Luego de años de debates, presentaciones judiciales y polémicas, el gobierno habilitó a las fuerzas de seguridad federales a utilizar armas electrónicas no letales. Popularmente se las conoce como pistolas Taser, en virtud del nombre de uno de sus principales fabricantes.
De acuerdo al reglamento general publicado este martes en el Boletín Oficial, las autoridades decidieron avalar el uso de este tipo de armamento con el objetivo de restringir el uso de otros medios que puedan ocasionar lesiones o muertes.
El protocolo de actuación indica que los efectivos solo podrán usar las Taser cuando sea estrictamente necesario en el cumplimiento de sus deberes y resulten ineficaces otros medios no violentos para inmovilizar, detener o impedir la fuga de una persona que manifieste un peligro inminente de lesionar a terceros o a sí misma; cuando deba ejercerse la legítima defensa propia o de terceros y cuando deba evitarse la comisión de un delito de acción pública.
Para graficar cómo es el funcionamiento de estas armas, el gobierno nacional difundió un video donde actores recrean un robo en un tren. En las imágenes se puede ver a a un ladrón que ataca con un cuchillo a los pasajeros. Dos efectivos que caminaban por el andén advierten el ilícito e ingresan al vagón. Luego de dar la voz de alto, uno de ellos dispara su Taser e inmoviliza al atacante (ver video adjunto).
El uso de este tipo de armas es un viejo anhelo del presidente Mauricio Macri, quien en sus años como jefe de Gobierno de la Ciudad había intentado implementarlas. Sin embargos, un fallo judicial y una fuerte resistencia del kirchnerismo -que en ese entonces era oficialismo a nivel nacional- terminaron sepultando la posibilidad.
Ahora, con Cambiemos en el poder, la ministra de Seguridad ya había adelantado que las fuerzas de seguridad tenían previsto comenzar a usar este tipo de dispositivos no letales. Lo mismo hará el gobierno porteño, cuyo vicejefe a cargo del ministerio de Seguridad, Diego Santilli, adelantó que comprarán Taser para los efectivos designados en las estaciones de subtes.
En su versión de puño, tienen un alcance de hasta 8 metros mientras que las escopetas pueden llegar hasta los 40. Ambas generan el mismo efecto: inmovilizan a quien recibe la descarga a través de múltiples contracciones musculares por segundo.
La controversia judicial se saldó en 2016. La Corte Suprema dejó firme un fallo que avalaba la implementación de estas pistolas que ya se utilizan en los Estados Unidos, Brasil, Colombia y México -entre otros países-.
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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