
Tuvieron que pasar 10 años para que las menores que fueron víctimas de violencia sexual y abuso por parte de su profesor de danzas, Helman Berrío Ramírez, lograran denunciar los hechos, que ocurrieron entre el 2003 y el 2006. Aunque se recogieron nueve testimonios de mujeres, se estima que hubo muchas más que no se atrevieron a denunciar.
Las menores contaron que el profesor, junto a su esposa, tenían una fundación de danzas en el sur de Bogotá en donde prestaban a estudiantes de colegios públicos servicios de clases grupales y les prometían presentaciones en grandes festivales.
En la investigación que adelantó El Tiempo, las víctimas explicaron que en el primer piso del lugar había una sala grande donde ensayaban y en ella había pintadas siluetas de mujeres en todas las paredes. Según cuentan, las imágenes fueron plasmadas con sangre de las niñas que eran abusadas.
Adicional, el hombre las obligaba a pasar por un tapete que les laceraba los pies, esto, porque les decía que tenían que activar ciertas partes del cuerpo para poder bailar bien. Entonces las obligaba a practicar tantras que él mismo se inventaba y ya que las niñas eran muy menores, no entendían el nivel de abuso al que las estaban sometiendo. Según el abogado de las víctimas, Alexánder Rogelis, quien habló con El Tiempo, las víctimas vivieron con el trauma por años hasta que, ya siendo adultas, tuvieron la valentía de denunciar lo que pasaba.

“Él nos hacía muchas cosas malas, nos grababa y después guardaba ese material en discos duros. También nos mostraba videos de mujeres y de maltrato a animales, asquerosos, y nos hacía llevar hielos, flores y otras cosas. Decía que tenían que tener contacto con todos los seres vivientes”, contó a El Tiempo una de las víctimas de Helman Berrío Ramírez
Una de las niñas que sufrió abuso por parte del hombre, confesó que mientras él las obligaba a hacer ritos que se inventaba y mientras las tocaba de manera indebida, la esposa sacaba una cámara para registrar cada momento, luego de que les mentía asegurándoles que eran rituales normales para bailar bien y soltar el cuerpo, las violaba. “Recuerdo mucho dolor de estómago, que había días en que me sentía muy mal, y que ese señor me decía que era normal, que tenía que expulsar todo lo que tenía adentro. Ahora sé que todo eso fue producto de sus actos en mi cuerpo”, confesó una de las víctimas a El Tiempo.
“Una vez nos hizo viajar a la Costa y nos obligó a todas a dormir en su cuarto, él y la esposa nos tocaban sin recato y nos hacían ver cómo ellos tenían relaciones sexuales con otras compañeras. En otras ocasiones me llevaron al salón de danzas de otro colegio; allá, la esposa del profesor y otro desconocido abusaron de mí”, confesó otra de las víctimas.
Pero los abusos no solo fueron sexuales, las mujeres denunciaron que las llevaba a comparsas del Distrito a bailar durante horas y, a pesar del cansancio, las ampollas en los pies y de que estuvieran deshidratadas, no las alimentaba, no les ofrecía ningún trato digno y les pagaba 20 mil pesos.
Orden de captura:
Después de una investigación intensiva por parte de las autoridades y luego de recoger los testimonios de todas las víctimas, la Fiscalía expidió una orden de captura, pero Helman Berrío Ramírez está desaparecido. No se sabe nada del paradero de él ni el de su esposa, las jóvenes, los familiares y autoridades piden a la comunidad que si lo han visto en algún lugar informen a la Policía para hacer justicia en este caso.
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