La formula Kicillof-Magario enfrenta una silenciosa resistencia en el conurbano bonaerense

Alberto Fernández, candidato a presidente, junto a los intendentes más poderosos del conurbano
Alberto Fernández, candidato a presidente, junto a los intendentes más poderosos del conurbano

La orden fue comunicada sin anestesia en el Instituto Patria. Axel Kicillof y Verónica Magario integrarán la fórmula para la gobernación de la Provincia de Buenos Aires, pese a la insistencia de ciertos intendentes del conurbano que tenían una posición diferente frente a la estrategia diseñada por Cristina Fernández para derrotar a la gobernadora María Eugenia Vidal.

La decisión del comando electoral fue comunicada a Martín Insaurralde, que aún guardaba una pequeña expectativa de ocupar el espacio que ya detenta Kicillof, pero el intendente de Lomas de Zamora es un dirigente alineado con la lógica partidaria y anuló sus sueños de poder cuando Cristina comunicó la decisión que había cocinado horas antes con Máximo Kirchner y Alberto Fernández.

Sin embargo, y pese al verticalismo que se aplica a destajo en el Instituto Patria, hay intendentes de la Primera y Tercera sección electoral que no comparten la perspectiva intelectual y la metodología política de Kicillof, el candidato a gobernador con formación marxista y aplicación cotidiana del programa Excel.

Martin Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora: quería ser candidato a gobernador bonaerense, hasta que Cristina nominó a Kicillof
Martin Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora: quería ser candidato a gobernador bonaerense, hasta que Cristina nominó a Kicillof

Al margen de las previsiones ideológicas sobre el candidato, los temores de los intendentes remisos tienen una específica connotación pragmática. Con María Eugenia Vidal en la gobernación bonaerense, los fondos públicos van a fluir hacia las intendencias. Además, su estadía en el poder tiene un horizonte de cuatro años. Muchos de los que ahora se quedaron fuera de carrera ya se ilusionan con volver a anotar sus nombres en la línea de partida en 2023.

En cambio, Kicillof-Magario tienen un horizonte de 8 años, y una lógica peronista que está en la antítesis de la administración de Vidal. Los jefes comunales temen que se ajuste la administración de partidas acorde a los vaivenes de la interna partidaria.

Los líderes remisos de la Primera y la Tercera Sección apoyarán en campaña a la fórmula diseñada por Cristina y Alberto, pero podrían no jugar todas las cartas en sus respectivos territorios. Aún están irritados por la decisión de CFK y por la imposibilidad de influir en una fórmula que tendrá juego propio y mucho poder en el conurbano bonaerense.

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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS

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