La devaluación, un nuevo problema para los productores de frutas

La devaluación registrada desde comienzos de año era reclamada por algunas economías regionales pero, sobre todo, por aquellos sectores que dependen de la exportación para sostener la actividad. La fruticultura no es la excepción. Sin embargo, los efectos para la industria y los productores primarios son dispares.

Desde la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI) consideraron que el sector mejorará su competitividad en la segunda mitad del año por la suba de la moneda estadounidense y a partir de mejoras recientes en las exportaciones del valle rionegrino a Brasil.

El gerente general de la entidad, Marcelo Loyarte, señaló que “la mayor expectativa es que podamos tener un mejor segundo semestre como consecuencia de la devaluación, pero todavía no se ve ese efecto porque lo que se observó a principio de año fue una fuga de fruta que, en realidad, era del año pasado”.

Según relevamientos de la CAFI, en los primeros cinco meses del año las ventas de manzanas a Brasil aumentaron un 5% comparado con el mismo período de 2017, alcanzando las 5.889 toneladas, 90% de las cuales son del valle rionegrino.

Dolarizados

La actualización del tipo de cambio experimentó un salto del 58% entre enero y junio. Mientras que el minorista pasó de $ 18,74 a $ 29,57 en el primer semestre, el mayorista se fue de $ 18,41 a $ 28,85 (+56,7%). En tanto, en el último año, el peso perdió más de 70% de su valor contra el 20% del real brasileño.

En ese sentido, Loyarte explicó que “se hace un monitoreo constante de la relación real-dólar porque cuando empezó la devaluación en la Argentina también comenzó en Brasil, y lo que se vio es que varios importadores buscaron renegociar los precios porque les salía más caro en la moneda brasileña”, detalló el hombre de la entidad que representa a las empresas de los valles productivos de las Río Negro y Neuquén.

Sin embargo, como se reflejó en Infobae en las últimas semanas, las entidades del campo vienen advirtiendo la preocupación que le generan a las diferentes economías extra-pampeanas o regionales los saltos en la cotización del dólar. Cabe recordar que un informe del departamento económico de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) señaló que “si bien un tipo de cambio competitivo mejora la performance de las actividades agrícolas y regionales, un tipo de cambio volátil implica incertidumbre y la toma de decisiones se posterga“.

Para el “Semáforo Mensual de Economías Regionales” de abril que elabora la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO), sobre un total de 19 actividades relevadas, diez tienen “signos de crisis” (arroz, cítricos, forestal, hortalizas, leche, mandioca, ovinos correntinos, papa, vino y mosto, yerba mate); cuatro presentaron crecimiento aunque tres de ellos con advertencia (algodón, aves, porcinos), con excepción de los bovinos, “por la recuperación de stocks y ganado”.

Según el área de Economía de CONINAGRO, los granos y la miel tienen la etiqueta de advertencia; y con prosperidad sólo el maní cordobés por una “actividad consolidada”. Dos rubros están catalogados directamente en crisis: el tabaco en Corrientes; y las peras y las manzanas del Alto Valle, por “actividad estancada” y “altos costos”.

De primera mano

En diálogo con Infobae, el presidente de la Federación de Productores de Fruta de Río y Neuquén, Sebastián Hernández, afirmó que desde la entidad que lidera “siempre decimos que es bueno tener un dólar competitivo para exportar, pero si no arreglamos los costos internos, inevitablemente se genera un efecto negativo para los productores primarios”.

El dirigente frutícola explicó el mecanismo por el que se le pone precio a la fruta, mucha de la cual se termina exportando. “La industria cierra el acuerdo a principios de año, en plena cosecha, y lo hace con un valor en dólares; pero al momento de pagar en diciembre, lo hace en pesos. Esa es una gran trampa que hacen las empresas, porque dolarizan el acuerdo que también deberían liquidar en dólares”, detalló.

Hernández alertó que como los productores tienen problemas para obtener financiamiento, reciben adelantos de parte de las empresas, “porque de otra manera no podemos acceder a créditos”, dijo. Esos anticipos se pagan en dólares al momento de levantar la fruta, por lo que los chacareros deben hacer frente con ese dinero a los costos de mano de obra, tareas sanitarias y de poda para la siguiente temporada, y para saldar las deudas por la adquisición de insumos, como agroquímicos.

“Antes de la devaluación de mayo, los productores ya habían recibido gran parte de los adelantos de la campaña actual, pero lo hicieron con un dólar a una cotización de $20, no con un dólar a futuro; y eso ya lo tuvo que cambiar para hacer frente a los costos en pesos” se queja el federado.

Según Hernández, “el promedio por kilo se acordó entre U$S 0,15 y U$S 0,19 que el productor ya lo tenía cobrado; ya se está hablando de que el año va a cerrar con una cotización de U$S 250 por tonelada cuando los costos de producción alcanzaron los U$S 340, por lo que ya arrancamos perdiendo”, advierte y señala: “como la liquidación es en diciembre, todavía nadie sabe cómo va a cerrar el 2018. En los últimos años, siempre nos mantuvimos unos U$S 0,10 el kilo por debajo de los costos de producción, y esta no parece ser la excepción”, lamenta el titular de la Federación.

Consumo devaluado

“En el primer semestre el consumo cayó mucho y los precios no ayudan. El productor está cobrando en promedio $ 4,50 por kilo de manzana y $ 4 por la pera. Cuando llegamos a la conclusión de que nos faltan unos U$S 0,10 para llegar a cubrir los costos de producción, estamos hablando de unos $ 2,80 y tenemos un costo de $ 6,50 y $ 7, respectivamente. Son por lo menos $ 2 para las manzanas y $ 3 para las peras de diferencia”, advirtió Hernández.

Estos datos coinciden con el último relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) sobre el Índice de Precios de Origen y Destino (IPOD). El informe publicado a principios de junio señala que para mayo de este año el productor estaba recibiendo por el kilo de manzana roja un promedio de $5,30 mientras que en los comercios se vendía a $41,50, lo que se traduce en una diferencia porcentual de casi 700% entre la salida del campo a la góndola.

Algo similar sucedió con la pera. El IPOD reveló que el precio de origen por kilo fue de $4,40 y el de destino $35,50, marcando una dispersión igual a la de la manzana. En ambos casos, la participación del productor en el precio final ronda el 12,5%.

Cabe recordar que en Río Negro y Neuquén hay casi 2.400 chacareros de los cuales el 75% están nucleados en la Federación. El otro 25% son empresas empacadoras que compran fruta pero además son productoras. Esa cuarta parte, tienen el 50% de la producción. La otra mitad se la reparten el otro 75%, que son los productores primarios.

Para Hernández, “el sistema de comercialización no es bueno, hay mucho manoseo y nos impide defendernos al momento de fijar condiciones. Para la próxima temporada 2019/20 muchos productores van a estar tan endeudados que no van a ser más los dueños de sus propia chacra“, reflexiona sobre la crisis del sector.

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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS

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