Según un informe de la consultora ACM, las provincias y CABA acumulan una pérdida de $10,5 billones desde el inicio de la gestión de Milei, pero la caída en sus ingresos también se explica en parte a las decisiones tomadas por la administración de Massa y Alberto Fernández, que dejaron una base fiscal muy debilitada.
El ajuste fiscal llevado a cabo por el Gobierno nacional recae en gran parte sobre el conjunto de las finanzas provinciales y municipales, que en el último tiempo vieron caer de manera drástica sus ingresos. Sin embargo, esta coyuntura tan desfavorable para la administraciones locales no sólo se deriva de las decisiones tomadas por la actual gestión, sino que también es consecuencia de acciones ejecutadas antes de las últimas elecciones.
Así lo indica el último informe elaborado por la consultora ACM, donde se contabilizó, por un lado, los recortes masivos en las transferencias de carácter presupuestarios (“discrecionales”), adjudicados principalmente al gobierno libertario; y, por otro, la drástica caída en las transferencias automáticas del Régimen de Coparticipación Federal, que corren por cuenta en gran medida de la gestión precedente.
Según el informe, desde el inicio de la gestión libertaria las transferencias discrecionales cayeron en un 72,2% ajustado por precios, en tanto que los envíos automáticos lo hicieron en un 13,2%, dando lugar a una caída combinada del 20,5%.
“Para dar una idea de la magnitud de estas caídas, sólo hay que contemplar que ambas fuentes explicaron el 49,6% de los recursos provinciales en 2023”, señala el estudio, elaborado por los economistas Francisco Ritorto y Christian Naud.
El conjunto de las provincias y CABA acumulan una pérdida de $10,5 billones desde el inicio de la gestión de Milei hasta septiembre de 2024, donde $5,9 billones tienen origen en la caída de los giros por coparticipación, en tanto que los restantes $4,6 billones responden a la “motosierra” sobre las transferencias presupuestarias.
A nivel desagregado, el mayor impacto en la caída de los ingresos provinciales proviene de la pérdida de recaudación del Impuesto a las Ganancias, vinculado a las decisiones tomadas por el ex ministro de Economía Sergio Massa (Decreto 473/23 y Ley 27.725), que redujeron los niveles de imposición para las personas físicas.
Puesto en números, la pérdida recaudatoria del Impuesto a las Ganancias explica más del 25% de la caída en los ingresos provinciales ($2,7 billones), seguido por las transferencias discrecionales de capital ($2,5 billones), el IVA ($2,2 billones) y los giros discrecionales para programas de gasto corriente ($2,1 billones), explicando en conjunto el 90% de la pérdida acumulada.
El informe demuestra que Buenos Aires es la jurisdicción que más sufrió la caída en los envíos automáticos con una pérdida de $1,35 billones, seguida por Santa Fe y Córdoba (ambas con $0,5 billones), Chaco ($0,28 billones) y Entre Ríos ($0,27 billones) en valores absolutos. Si se analiza la incidencia en términos de ingresos totales, los últimos dos distritos presentan un mayor impacto en términos relativos.
El análisis resume que el impacto de la gestión actual se hace sentir directamente sobre las provincias a través de la reducción en las transferencias discrecionales, mientras que las decisiones de la administración anterior dejaron una base fiscal debilitada que ahora enfrenta un contexto de ajuste aún más restrictivo.
“Ambos enfoques, aunque diferentes, han dejado a las provincias en una situación desafiante, expuestas a los vaivenes de la política económica nacional y con una creciente dependencia de los recursos que se asignan desde el gobierno nacional. La situación actual plantea la necesidad de un replanteo en el modelo de financiamiento provincial, uno que permita un federalismo fiscal más equilibrado”, concluye.
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