València, 9 abr (EFE).- El exministro y expresident de la Generalitat Eduardo Zaplana ha declarado este martes como investigado en el juicio del caso Erial y ha negado ser el propietario en la sombra de bienes y recursos económicos, que ha atribuido a varios de sus amigos más cercanos.
Zaplana no ha negado, sin embargo, haber hecho uso de viviendas, yates e incluso avionetas, aunque siempre con la premisa de que no fue él en ningún caso el propietario, sino que se las cedieron gratuitamente, o bien las arrendaba.
También ha asegurado que no conoce, más que por haber leído el sumario del caso Erial, ninguna de las empresas a través de las cuales se canalizaron supuestamente los sobornos o mediante las cuales repatrió, siempre según los investigadores, los capitales de los que disfrutaba en el extranjero.
Zaplana ha sido el primero en declarar de los 15 procesados en el caso Erial. La Fiscalía Anticorrupción pide inicialmente para él una condena de 19 años de prisión como máximo responsable de una supuesta trama de comisiones ilícitas por las concesiones de las ITV valencianas y de parques eólicos.
Su llegada al juzgado ha sido accidentada, al encontrarse con una mujer en la puerta que le ha reprochado que tratara de saltarse la cola para acceder. “¡Haz la cola, haz la cola!”, le ha espetado en varias ocasiones al expolítico del PP, que llegaba envuelto en una nube de cámaras.
Antes de que empezase a responder a las preguntas del Ministerio Público, el letrado del exministro, el exfiscal Daniel Campos, ha intentado sin éxito que su cliente declarase el último para cubrirse ante las posibles declaraciones de otros procesados y posibles pactos.
En su exposición, Campos ha afirmado: “Aunque formalmente no ha habido ninguna conformidad, parece que es de dominio público que hay un acuerdo con alguno de los acusados”, de modo que, “por fijar el debate”, consideraba beneficioso para los intereses de Zaplana que declarase en último lugar, algo que no ha logrado.
En numerosas respuestas, Zaplana se ha presentado a sí mismo como una persona dedicada a la “intermediación” para los negocios desde que dejó la política en 2008.
Preguntado acerca de una documentación intervenida en su maletín personal sobre unas propiedades en Villajoyosa (Alicante) que los investigadores creen que manejaba oculto tras testaferros, ha respondido que era su amigo Joaquín Barceló quien estaba a punto de venderlas al propietario de El Pozo, aunque no ha sido capaz de recordar su nombre a preguntas del fiscal.
“Habían llegado a unos acuerdos económicos y creo recordar que conllevaban un pago aplazado. Barceló me pidió que hiciera una gestión por ver si esos pagos podrían adelantarse. Si fuese yo el titular de esas propiedades no habría pedido ese papel, me lo sabría, lo pido precisamente por la ignorancia del asunto en el que voy a intermediar”, ha señalado Zaplana.
“De esas gestiones, señor fiscal, he hecho miles a lo largo de mi vida”, ha asegurado.
Ha reiterado en varias ocasiones que jamás ha tenido fondos en el extranjero, y ha atribuido a Barceló el capital andorrano por el que preguntó al abogado uruguayo Fernando Belhot (otro presunto testaferro que ha colaborado con la justicia española), en una conversación mantenida en el Hotel Wellignton de Madrid que grabó la Guardia Civil.
“Se preocupó por la intervención de BPA, al parecer por unos fondos que tenía -en esta banca andorrana-“, ha señalado.
Sobre el proceso de privatización de las ITV ha negado igualmente haber decidido nada ni haber hablado “jamás” con el ex director general de la Policía y expresidente de Les Corts Valencianes con el PP, Juan Cotino.
Sin embargo, ha admitido: “Sabía que tenía negocios con las empresas que resultaron ser adjudicatarias… En política sabía todo el mundo su relación con Sedesa, no era nada oculto”.
A preguntas del fiscal ha negado igualmente haber sido el beneficiario de operaciones inmobiliarias en Madrid (terrenos en La Finca y un piso en Núñez de Balboa) que se canalizaron a través de la firma Costera del Glorio, una empresa regentada por Barceló pero que, según la UCO, sirvió a Zaplana para ocultar sus bienes.
“Me arrepiento de no haber hecho yo esas operaciones, pero entonces necesitaba vivir cerca de un hospital”, ha señalado Zaplana en relación a su enfermedad oncológica.
Uno de los momentos anecdóticos de su declaración se ha producido cuando el fiscal le ha preguntado por qué usaba siempre el montacargas para acceder desde el garaje de Núñez de Balboa a su vivienda.
“Lo tenía en la puerta del coche. Para ir al ascensor había que subir al primer piso. ¿Qué ocultación puede haber por mi parte si había escoltas esperando mientras estaba en casa?”, ha señalado el exministro.
El interrogatorio a Zaplana por parte del fiscal se ha prolongado durante cerca de cuatro horas y “ha sido tan extenso y clarificador”, en opinión del abogado del exportavoz del Gobierno, que no ha sido necesario formular ninguna pregunta más.
Tampoco han preguntado nada los letrados de los amigos y considerados testaferros de Zaplana, alguno de los cuales podrían haber alcanzado algún acuerdo con la Fiscalía. El primero de ellos, Joaquín Barceló, declara este miércoles. EFE
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