La rivalidad entre Pekín y Washington se traslada a cada punto del planeta. América Latina y el Cono Sur no son la excepción. En el contexto de esa disputa geopolítica se inscribe el futuro pliego licitatorio de la Hidrovía Paraná-Paraguay. A partir de septiembre de 2021, cuando venció el actual contrato de concesión, la gestión pasó a manos de la Administración General de Puertos (AGP). Hay distintos interesados en el contrato, entre ellos una importante empresa china.
El creciente interés del gigante asiático ha acentuado la preocupación de Washington. No fue casual la visita que hizo, en abril pasado, el embajador Marc Stanley, a las obras de dragado en la provincia de Corrientes. Lo hizo en compañía de su colega de Bélgica, país de origen del grupo Jan De Nul, antigua compañía operadora de esa vía navegable y actual responsable del servicio de dragado y mantenimiento. Ese gesto “diplomático” puede interpretarse como una advertencia al gobierno argentino, en vista del futuro contrato de concesión.

UNA AUTOPISTA FLUVIAL CLAVE
Con sus 3442 kilómetros de extensión, desde Puerto Cáceres (Brasil) hasta Nueva Palmira (Uruguay), la Hidrovía Paraná-Paraguay es uno de los sistemas navegables más extensos del mundo. Se trata de la vía de salida del 80% de exportaciones del complejo agroindustrial argentino. Los países vecinos sin puertos marítimos, Paraguay y Bolivia, también dependen de esta estratégica vía fluvial para sus ventas externas, y lo mismo sucede con la producción de los estados brasileños de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul.
A partir de 1992, con la firma del Acuerdo de Las Leñas, la Hidrovía tomó una dimensión verdaderamente operativa. En 1995, nuestro país concesionó el mantenimiento, dragado y señalización a la sociedad Hidrovía S.A., conformada por la belga Jan De Nul y su socio local EMEPA. Durante los siguientes 25 años, esta importante arteria fluvial pasó de transportar 20 millones de toneladas de granos a más de 100 millones.

EL INTERÉS DE CHINA Y LA INQUIETUD DE EE.UU.
Tras el fin del contrato de concesión de la Hidrovía, en septiembre de 2021, un rumor comenzó a correr cada vez más fuerte: el interés chino en la estratégica vía navegable troncal. El nombre que suena más fuerte es el de la Shanghai Dredging Company, subsidiaria del coloso China Communications Construction Company Group.
En enero del año pasado, el gerente general Wang Zhimin destacó que el interés del grupo chino por la Hidrovía obedece a que se encuentra “altamente alineada con los principios de cooperación del programa de la Franja y la Ruta”, más conocido como la “Nueva Ruta de la Seda”, al Argentina se integró el año pasado.

La inquietud de Washington por el futuro de la Hidrovía quedó plasmada en la visita del embajador Marc Stanley a las obras de dragado, en la provincia de Corrientes, en abril pasado. Un mes antes, se había oficializado un memorándum de entendimiento entre los gobiernos de EE.UU. y Paraguay para la elaboración de un plan maestro para la navegabilidad del río Paraguay.
Con estas tensiones entre las dos grandes potencias como telón de fondo, la decisión final sobre la concesión del tramo navegable argentino recaerá en el futuro gobierno.
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