Veinte años no es nada pero tres son un montón (parte dos)

El presidente Mauricio Macri durante la ceremonia en la que recibió los atributos del mando realizada en el Salón Blanco de la Casa Rosada (NA)
El presidente Mauricio Macri durante la ceremonia en la que recibió los atributos del mando realizada en el Salón Blanco de la Casa Rosada (NA)

En estos días circuló por WhatsApp una lista de 81 logros del Gobierno. Me ha basado en ella y en las informaciones oficiales de Jefatura de Gabinete y los informes del Indec y los ministerios para confeccionar una lista de logros conseguidos o en ejecución en estos tres años. Por supuesto, señalarlos no significa olvidar las dificultades económicas que estamos atravesando ni creer que vivimos en Dinamarca. Significa, sí, mostrar la parte medio llena del vaso, muchas veces invisibilizada por el sesgo peronista de la información nacional. Esa parte medio llena que muestra que el cambio es posible y posiciona las penurias económicas actuales en su justa dimensión: no son pocas pero tampoco estamos en 1975, ni en 1989, ni en 2001; y el saldo en las áreas no económicas es enormemente favorable después de años de retrocesos permanentes en todas ellas.

CRIMEN ORGANIZADO. Se está dando un combate al crimen organizado como nunca antes, y sus principales responsables son dos mujeres: Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal. La Bonaerense, “la mejor policía del mundo” según Duhalde, cómplice de liberar zonas para los saqueos de 2001 que le permitieron llegar a la Presidencia, ha sido depurada. En tres años se iniciaron 14.500 sumarios, 5.655 efectivos fueron exonerados; 1.382, suspendidos y 469, detenidos; de los cuales 154 permanecen en la cárcel. A nivel nacional, el 99.7% de los integrantes de las fuerzas han presentado su declaración jurada anual, y su capacitación y jerarquización se ha visto reflejada en la superación de los récords de detención de delincuentes y de incautación de drogas, según esas estadísticas suspendidas por los Kirchner y recientemente reconocidas por su validez y precisión por la ONU. Los resultados hablan solos: el número de secuestros extorsivos ha bajado 77% y la tasa de homicidios cayó 23% a pesar de la suba en cinco provincias: Catamarca, Chubut, Salta, Santiago del Estero y Tucumán. Adivinen qué partido gobierna en todas ellas…

Se instalaron 4.000 cámaras en colectivos y 2.000 en estaciones de tren y se integraron villas y asentamientos al sistema urbano. Por eso, las zonas calientes se están enfriando. Los homicidios han bajado de 6 a 1 en el Barrio Verde de Santa Fe, y de 28 a 2 en el Barrio 11-14 y de 12 a 1 en el Barrio Zavaleta de la CABA. Para fin de año habrá 4.530 detenidos por tráfico de narcóticos, un 43% más que en 2015. El debate sobre el nuevo protocolo de uso de las armas de fuego ha hecho visibles otros datos cruciales: entre 2015 y 2017, el número de personas fallecidas por acción de las fuerzas federales ha bajado de 83 a 38 (-54%) y el de agentes federales, de 21 a 7 (-66%). De fascismo, nada.

JUSTICIA. A pesar de episodios como la salida de la cárcel de Boudou, fuertemente explotados para instalar desesperanza por quienes ayer nomás sostenían que en este país nadie iba preso, los avances en la lucha contra la impunidad son extraordinarios. Más de 20 funcionarios corruptos están presos en este momento, lo que incluye a personajes hasta ayer intocables como Milagro Sala, Lázaro Báez, José López, el Caballo Suárez, Milani, el Pata Medina, De Vido, Zannini y Cristóbal López. La cifra de detenidos por corrupción es mayor a la registrada en cualquier otro momento de la Historia nacional -acaso, mayor al total nacional anterior a Cambiemos- y la garantía de impunidad de la elite política ha saltado por los aires. Lo mismo sucede a nivel empresarial, donde se han destruido dos de las cartelizaciones más nefastas: la de la obra pública y la de los laboratorios.

Decenas de empresarios desfilan por primera vez por Tribunales, incluyendo a muchos de los propietarios de las mayores fortunas del país y al padre y el hermano del Presidente en ejercicio. Con lo que -más allá de inocencias y culpabilidades que solo puede establecer la Justicia- los relatos populistas de “el gobierno de los CEOS” y el de las “persecuciones políticas” contra el kirchnerismo han quedado fuera de la realidad objetiva.

Desde diciembre de 2015 se han designado 211 jueces (contra 60 del gobierno anterior), y por primera vez en el siglo el número de detenidos con condena supera el de los presos con prisión preventiva. Se aprobó además, hace pocos días, un nuevo Código Procesal Penal que quita protagonismo a los jueces para darles autonomía y poder de investigación a los fiscales, como en los sistemas más avanzados del mundo. Que todo este proceso concluya en una nueva decepción o se transforme en un Nunca Más de la corrupción depende más de la Justicia, de la participación activa y vigilante de los ciudadanos y de los resultados electorales de 2019 que del Gobierno; pero el progreso es incuestionable. Las leyes de defensa de las víctimas, de acceso a la información, del imputado colaborador (arrepentido) y de responsabilidad penal de las empresas están fijando un nuevo paradigma después de años de zaffaronismo. Motivo por el cual la Argentina ha mejorado diez puestos en un solo año en el ranking mundial de percepción de la corrupción de Transparency International. Y si la opinión de los ciudadanos puede ser subjetiva a la hora de medir avances también es posible acudir a datos duros: ahorro del 30% promedio en la obra pública respecto a lo que dejó el kirchnerismo, con récords de -53% en autopistas y -87% en locomotoras. Para no mencionar el 80% de ahorro logrado por el PAMI, el IOMA y otras obras sociales en la primera licitación de medicamentos basada en el nuevo sistema.

FEDERALISMO. Otro discurso que se ha venido abajo es el del “gobierno de los chetos porteños”. En 2015 Cambiemos recibió un país en que los déficits provinciales se habían multiplicado por siete en un año (2015) y en el que dos tercios de las provincias estaban en rojo, con la de Buenos Aires quebrada y superando los $20.000 millones de déficit. Pero el gobierno de los chetos capitalinos incrementó casi diez puntos las transferencias automáticas a las Provincias y hoy, sin que los gobernadores tengan que venir a suplicar a la Capital ni arrodillarse ante el Presidente, 21 de las 22 provincias que firmaron el pacto fiscal federal están en superávit. Solo quedaron afuera, por voluntad propia, las de La Pampa y San Luis, y la única de las 22 firmantes que aún está en déficit es… ya saben cuál: la que desde 1991 gobierna la familia Kirchner. También el diferencial de tarifas energéticas entre la Capital y el Interior establecido por quienes llegaron desde los confines del país pero fueron los mayores unitarios de la Historia está bajando, a pesar de las trabas impuestas por quienes hicieron un federalismo al revés que duró doce años.

INTEGRACIÓN AL MUNDO. Uno de los logros menos valorados por una sociedad educada en el ombliguismo nacionalista del militarismo y el populismo es el increíble avance en las relaciones internacionales. En solo tres años pasamos de ser parias aliados con el Irán de los ayatolas, la Cuba de los Castro y la Venezuela de Maduro a organizar el G20 más pacífico y exitoso de la Historia. Esta semana, casi al mismo tiempo que tuvimos la confirmación por parte del gobierno iraní de que el vergonzoso pacto de impunidad que llevó al asesinato de Nisman y por el cual están siendo procesados Cristina, Timerman, Zannini, Esteche, Parrilli y D’Elía, incluía levantar las alertas rojas de Interpol a los terroristas que volaron la AMIA, el G20 ha comenzado a dar resultados prácticos: USD 1.089 de inversiones chinas para reactivar 1.020 kilómetros de vías del San Martín Cargas; USD 125 millones del Banco Europeo de Inversiones para obras de saneamiento y gestión de residuos en el AMBA más USD 63 millones para energía solar en Jujuy; USD 134 millones de la Agencia Francesa de Desarrollo para infraestructura hídrica y energética; USD 130 millones del Banco Interamericano de Desarrollo para la modernización de Salto Grande, etc. Y es solo el comienzo. En un mundo regido por la globalización, el lugar de liderazgo que se han sabido ganar el Presidente, el Canciller y todo Cambiemos es un recurso de valor inestimable.

Infraestructura, Justicia, lucha contra el narco y el crimen organizado, federalismo e integración al mundo. Son seis ítems no económicos en los que el gobierno de Cambiemos lo está haciendo mucho mejor que cualquier otro de las últimas décadas. Y como el espacio vuelve a hacerse corto enumeraré en la dimensión máxima de un tuit algunos de los logros que restan.

-El 4G pasó de cubrir el 10% de la población al 58%. Las llamadas telefónicas ya no se cortan y hay buena señal en las rutas.

-Se implementaron el presentismo y los controles biométricos para empleados en la mayor parte de las reparticiones públicas nacionales, y se sigue avanzando hasta cubrir las que faltan.

-Existe completa libertad de información y los medios públicos han dejado de ser agencias de propaganda gubernamental. La pauta oficial se asigna sin clientelismo, según parámetros objetivos, y ha bajado a casi un cuarto respecto a la de 2015, pasando de representar el 0.22% del PBI al 0.06% (-73%). El Presidente, por su parte, ha ofrecido ya 92 conferencias de prensa (récord histórico) y no ha utilizado jamás la cadena nacional.

-A pesar de la desaceleración causada por la devaluación, el crédito hipotecario sigue creciendo. En octubre, el total asignado casi duplicó el valor interanual del año anterior para un total que está llegando a los 150.000 créditos otorgados y que cuadruplica las cifras de 2015.
Las exportaciones de carne se multiplicaron por 2.5 desde 2015 y por 1.7 desde 2017, mientras que -desmintiendo los postulados populistas- el consumo interno subió 5,3% desde el año pasado, manteniéndose estable desde 2015.

-Se reabrieron los concursos públicos, que habían sido solo siete entre 2009 y 2015 y que fueron 158 hasta ahora; a los que se sumarán 643 en 2019.
Pese a la oposición encarnizada de muchos gremios, el mes pasado se batió el récord para noviembre en vuelos de cabotaje, con 1.222.700 pasajeros.

-Llegaron al país las aerolíneas low cost, fundamentales para abaratar costos, y en 2018 volaron 13% más pasajeros que en 2017 y 38% más que en 2015, mientras que los subsidios a Aerolíneas descendían de USD 841 millones a USD 180 totales, y de USD 53 a USD 14 por pasajero.

-Nuestro Secretario de Ambiente podrá sacarse fotos muy poco formales, pero las energías renovables duplican hoy su participación en el total nacional. Representan ya el 4,6% de la matriz eléctrica contra el 1,9% generado en 2015. Y hay otros 50 proyectos en obra. No es todo. En 2018 se batió el récord de creación de Parques Nacionales que databa de 1.937, creándose las reservas de Traslasierra, Aconquija, Ciervo de los Pantanos, Iberá y las Áreas Marinas Protegidas Yaganes y Banco Burwood II; con lo que se avanza hacia el objetivo de duplicar las superficies ecológicamente protegidas.

-Gracias a la Reparación Histórica que ha beneficiado a más de un millón de jubilados, la cantidad de juicios contra el Estado bajó a menos de la mitad respecto a 2015 y es la más baja de la última década.

-Mediante el empleo de mejor logística y mayor transparencia, el costo por contenedor en el Puerto de Buenos Aires se desmoronó de USD 500 a USD 200, lo que abre una enorme oportunidad a las exportaciones.

-El Belgrano Cargas transporta ya el doble que hace un año y superó el récord de 1992 gracias a la renovación de vías ejecutada, que sigue en marcha.

-La red de fibra óptica, que en 2015 era de 6.500 kilómetros activos y conectaba a Internet a 17 localidades, tiene hoy 30.000 kilómetros y conecta a más de 550 localidades.

Después de la vergüenza del “se come con seis pesos” y el “menos pobres que en Alemania” se recuperó el Indec y el país ha vuelto a tener estadísticas confiables, sin las cuales es imposible evaluar la situación y establecer buenas políticas públicas.

-Por primera vez en la Historia y a pesar de la oposición de muchos gremios, el 94% de los establecimientos educativos del país son evaluados. Como era de esperarse, los resultados son malos pero su conocimiento permite conocer los problemas, implementar soluciones y medir su impacto real no discursivo. Además, se suprimieron las asistencias sociales disfrazadas de oportunidades y las Becas Progresar ahora exigen cumplir con objetivos educativos. También se sustituyó el revoleo clientelista de laptops en la secundaria por un plan de educación digital, programación y robótica para el nivel inicial, primario y secundario, Aprender Conectados, que alcanza ya a casi 8 millones de alumnos.

Podrá parecer poco cuando el bolsillo aprieta, pero es mucho en un país donde no se hizo otra cosa que vivir al día por décadas. Y los argentinos conocemos también los inconvenientes de razonar con el bolsillo. Lo hicimos en 1995 y en 2011, otorgándole una oportunidad fatal a dos ciclos político-económicos agotados. ¿Qué sucederá en 2019? ¿Apostaremos otra vez al corto plazo o el que tuvo que pagar la cuenta del populismo tendrá la oportunidad, por primera vez en la Historia nacional, de cosechar lo sembrado? Nadie lo sabe, pero las sociedades capaces de dejar atrás décadas de frustración son aquellas en las que el futuro logra derrotar al pasado.



FUENTE: INFOBAE NOTICIAS

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