La reforma tributaria no dejó a toda la mesa de empresarios contentos, ni mucho menos tranquilos. Aunque el Gobierno anunció que los cambios implicarán un costo del 1,5% del PBI -ergo, menos presión impositiva-los suba de alícuotas a productos como los vinos, cervezas, espumantes, sidras, bebidas espirituosas como el whisky y las gaseosas.
Preocupados, estos sectores ya se alistan a pedir explicaciones no sólo al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, sino también a los gobernadores de las provincias y regiones donde están instaladas las empresas. Es que muchas creen que si se avanza con el proyecto, deberían trasladar a precios esta suba impositiva, y el consumidor sentiría el impacto.
Las cervezas que pagan una alícuota del 8% pasarían a pagar del 17%, el whisky y el coñac (junto a otras bebidas blancas) tendrán una suba del 20 al 29% de la alícuota, los espumosos y champaña tendrá una suba gradual hasta el 17% (hoy no paga nada) y los vinos y sidras, que en la actualidad tampoco pagan, tendría suba gradual hasta un 10% de alícuota nominal.
El jaque lo tendrán las bebidas con azúcar añadido, con una alícuota que subirá al 17%. A contramano, las gaseosas y otras bebidas sin azúcar no pagarán alícuota, pero hay que considerar que la mayor facturación de las empresas del sector proviene de la primera tanda de gaseosas.
Las bebidas sin alcohol pagan impuestos Internos de distinto tipo. Por ejemplo, las aguas abonan un 4%: esa alícuota se eliminaría, de acuerdo a la propuesta oficial. Y si no tienen azúcar agregado, el mismo camino recorrerías las bebidas que tienen más de 10% de jugo en su composición, que puede ser de limón o las saborizadas con jugo de naranja, manzana o pera. El 8% actual pesa para las gaseosas sin jugo. Si tienen azúcar añadido, subirían al 17 por ciento.
No todo va para arriba: hay modificaciones de alícuotas nominales que representarán baja o dejarán de existir para una lista de productos. Los celulares, los televisores y los monitores le dieron una buena noticia a fabricantes y ensambladoras locales: la alícuota bajará del 17% al cero por ciento. Sin embargo, fuentes del sector de retail aseguraron a Infobae que la “alícuota actual” es confusa, ya que en realidad para esos productos se ubica por encima del 20%, y para los que se ensamblan de Tierra del Fuego, está en un 7,5 por ciento.
Los autos entre $380.000 y $800.000 no pagarían más alícuota, y las motos de entre $70.000 y $140.000 tampoco. Actualmente, ambos impuestos internos son del 10% para los vehículos de gama media.
Del otro lado, la alícuota subirá del 10 al 20% para aernoaves, embarcaciones mayores a los $430.000 y motos de gama alta de más de $140.000. La principal duda del sector automotor es si los valores de actualizarán con la inflación, ya que sino puede provocar que los precios de gama media y alta se pisen entre sí.
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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