Una nueva audiencia en Guantánamo intenta sentar las bases del juicio del 11-S

Marta Garde

Base Naval de Guantánamo (EE.UU.), 5 nov (EFE).- El autoproclamado cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001 (11-S), Khalid Sheij Mohamed (KSM), y tres de sus supuestos cómplices se enfrentan esta semana en la Base Naval de Guantánamo a una nueva comparecencia ante la comisión militar que decidirá su juicio.

Once años después de que fueran acusados de terrorismo, secuestro de aeronaves, conspiración, asesinato en violación de la ley de la guerra y ataques contra civiles, así como de causar intencionalmente lesiones corporales graves, el proceso sigue sin tener fijada su fecha.

Antes de la pandemia se programó para 2021 el inicio de la selección del jurado, pero la covid-19, negociaciones de acuerdos con la Fiscalía luego frustrados y la incapacidad mental de un acusado han vuelto a demorarlo.

Estos son sus protagonistas:

Nació en Pakistán el 14 de abril de 1965 y desde los 12 años, según el perfil que hizo de él el Departamento de Defensa, quiso participar en la Yihad (Guerra Santa).

Estudió Ingeniería Mecánica en la Universidad estadounidense de Carolina del Norte y dejó de formar parte de los Hermanos Musulmanes porque se oponían a esa violencia a la que él aspiraba.

Gestó relación en Pakistán con el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y en ese tiempo le transmitió la idea de lo que se acabaría convirtiendo en el 11-S.

A finales de los 2000 pasó a ser el líder del comité de propaganda de esa organización yihadista en Kandahar (Afganistán) y ha asegurado que Bin Laden lo declaró en 2002 jefe de las Operaciones Exteriores del grupo.

Está vinculado con algunos de los principales ataques de esa banda, como los lanzados contra el World Trade Center en 1993, con seis muertos, o contra la embajada estadounidense en Nairobi en 1998, con más de 200.

Fue detenido en Pakistán en 2003 y llegó a Guantánamo el 4 de septiembre de 2006. Según ha reconocido la Agencia Central de Inteligencia (CIA), fue sometido a asfixias simuladas, una tortura que ha complicado el eventual juicio.

Nacido en Yemen en 1978, es un antiguo teniente de Al Qaeda que ejerció como guardaespaldas de Bin Laden.

Luchó contra la Alianza del Norte afgana, una coalición opuesta a los talibanes, y en uno de esos combates, en 1997, perdió parte de una pierna.

Ayudó a coordinar y a comprar materiales para el bombardeo contra el destructor estadounidense USS Cole en 1995, donde murieron 17 personas, e iba a participar en la ramificación del 11-S en el sudeste asiático, que finalmente se abortó.

Para ello estudió las medidas de seguridad de las aerolíneas estadounidenses y en una formación de dos semanas en Karachi aprendió inglés básico y también a cómo usar internet para codificar comunicaciones y hacer reservas de viaje.

Fue detenido el 27 de abril en Karachi, el mismo día en que iba a recibir explosivos para una operación en esa misma ciudad, y hasta su llegada a Guantánamo el 4 de septiembre de 2006 estuvo bajo custodia de la CIA en uno de sus centros clandestinos.

Nacido en Kuwait hace 46 años, pero de nacionalidad paquistaní, al sobrino de KSM, conocido también como Ammar Al-Baluchi, se le reprocha haber facilitado el viaje y haber transferido dinero a al menos 13 de las 19 personas que secuestraron los cuatro aviones usados para atentar contra las Torres Gemelas y el Pentágono.

Actuó también como “enlace” entre su tío y líderes indonesios de Al Qaeda, según el perfil de Defensa, y facilitó la huida de combatientes de Al Qaeda y de sus familias de Afganistán a Pakistán.

Fue detenido en Karachi en abril de 2003, junto con Bin Attash, y no llegó a Guantánamo hasta septiembre de 2006, tras haber pasado unos 1.200 días en manos de la CIA.

Nacido en Arabia Saudí el 5 de agosto de 1978, se graduó en estudios islámicos con la intención de ser profesor en una madrasa, pero perdió posteriormente esa vocación.

Se interesó por la “vida yihadista” a partir de la cobertura mediática de la guerra en Chechenia y, como le resultó complicado viajar allí, fue a Kabul a principios de los 2000 para sumarse a la Yihad.

Comenzó a trabajar en el primer trimestre de 2002 para el director financiero de Al Qaeda, y él mismo ha asegurado haber facilitado el movimiento de cuatro de los terroristas del 11-S, destacando que desconocía la operación en cuestión.

Fue detenido en Pakistán en marzo de 2003 y, como los anteriores, no llegó a Guantánamo hasta septiembre de 2006.

Yemení de 51 años, este pasado septiembre fue apartado del caso porque el juez estimó que no estaba en condiciones mentales de afrontar un eventual juicio.

Está considerado un facilitador clave de los ataques y vio frustrada su participación directa en los mismos por sus sucesivos intentos fallidos a la hora de conseguir un visado para Estados Unidos, lo que le hizo asumir un rol de “coordinador”.

Fue capturado a finales de 2002 y, junto a los cuatro anteriores y otro más, es uno de los seis presos de Guantánamo cuyos cargos podrían implicar la pena capital. EFE

mgr/bpm/enb


Sé el primero en comentar en"Una nueva audiencia en Guantánamo intenta sentar las bases del juicio del 11-S"

Dejá un comentario

Tu dirección de Correo Electrónico no será compartida


*