“Ya no nos importa la ‘cana’. Esto no va a terminar hasta que se matemos todos”. La advertencia llegó por Whatsapp y fue dirigida a un familiar de Gustavo “El Gordo” González, líder de la barra brava de Atlético Tucumán. En la capital provincial, se inició una guerra entre bandas dedicadas al narcomenudeo, los secuestros extorsivos, robos y otros delitos. Son tres y se disputan el poder bajo la ley de la calle.
Este martes, una mujer señalada como líder de uno de esos clanes fue secuestrada, y acusó a integrantes de las otras dos facciones locales. Su familia fue obligada a pagar 500.000 pesos para que la liberen.
Se trata de Margarita Toro (53), sindicada por la Justicia como una de las cabecillas del Clan Toro, que domina las calles de Villa 9 de Julio, en la capital tucumana.
Según la denuncia que investiga la Justicia federal, la víctima se encontraba en el barrio 130 Viviendas, ubicado en ese sector de la ciudad, cuando fue abordada por un grupo de jóvenes que se desplazaban en una camioneta.
Minutos después, su hermana, Verónica Toro, realizó la denuncia en la seccional 10 de la Policía local y acusó a los miembros del Clan Acevedo y a “Los 30″ de haber sido los autores.
Si bien la Policía montó un amplio operativo en diferentes barrios de la capital tucumana, Toro apareció en la madrugada de ayer en Tafí Viejo, a 23 kilómetros de la capital, y según sus familiares fue liberada después de entregar los 500.000 pesos solicitados por los autores del secuestro.
Después del hecho, la mujer fue trasladada hasta un centro de salud para ser asistida debido a los golpes que habría recibido y allí le diagnosticaron un traumatismo encéfalo craneano, sin pérdida de conocimiento.
Según la Policía, Toro es una de las líderes del clan que desarrolla sus actividades delictivas principalmente en Villa 9 de Julio, un barrio ubicado en la zona noreste de la capital tucumana.
Allegados a la víctima aseguraron que uno de los líderes de “La Inimitable”, la barrabrava de Atlético Tucumán que es manejada por los hermanos Acevedo, estuvo involucrado en el secuestro junto con miembros del clan “Los 30”.
A raíz de esta situación, las autoridades de la provincia decidieron reforzar el operativo de seguridad en el estadio de Atlético Tucumán, donde el equipo jugaba este miércoles por la noche contra The Strongest, de Bolivia, por el grupo C de la Copa Libertadores.
Las hipótesis del secuestro que manejan los investigadores son tres: una cuestión vinculada a las drogas, una interna por quedarse con el poder de la barra del “Decano” y una venganza originada por un delito menor.
Gustavo “Gordo” González, hermano de los Acevedo y uno de los acusados por Margarita Toro, negó su participación en el hecho, pero reconoció que hace pocos días tuvo problemas con ese grupo porque uno de los integrantes le robó una moto de competición a su hijo.
“Me metieron en un bardo en el que no tengo nada que ver”, dijo el líder de la barra del “Decano”, aunque manifestó saber cuál fue el origen del enfrentamiento.
“Todo comenzó con un problema que tuvimos con ellos hace menos de una semana. Abel, que es uno de mis hijos, fue asaltado por Maxi Toro en la avenida Juan B. Justo. Le robó la moto de “cheto” con la que compite su hermano Ezequiel”, detalló al diario La Gaceta.
Nacida hace 53 años en el barrio La Costanera, Margarita Toro está acusada por la Justicia de liderar el clan de los Toro, señalados como uno de los grupos que vende drogas en el populoso barrio de Villa 9 de Julio.
Según los investigadores, su actividad delictiva comenzó junto con Daniel “Ordóñez” Tévez, un reconocido dealer de La Costanera, con el que convivió durante 23 años y tuvo un hijo.
A fines de 2003, el “Rengo” Ordóñez fue condenado a seis años de prisión por venta de estupefacientes y aunque recuperó la libertad en febrero de 2009, apenas 39 días después fue ejecutado de ocho balazos.
Desde ese momento, Margarita se instaló en el corazón de Villa 9 de Julio y, con una extensa red familiar, tomó la posta dejada por su ex pareja, de acuerdo a lo que surge de causas judiciales.
En 2009, purgó una condena en el Instituto Santa Ester, de Banda del Río Salí, después de que en un allanamiento en una de sus propiedades incautaran un kilo de cocaína, marihuana, armas y 65.000 pesos.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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