“Es para dar una buena noticia, las Abuelas de Plaza de Mayo, nuestros equipos, nos han ayudado a encontrar una nueva nieta. La enumeramos para darnos fuerzas para aumentar el número. La nieta n° 129 podrá conocer a su padre, que lo tengo acá a mi derecha. A sus hermanos, uno de ellos está acá, a mi izquierda. Y a su tío, quien también está acá”, dijo Estela de Carlotto tras el anuncio realizado desde Abuelas de Playo y la aparición de una nueva nieta.
La noticia se confirmó ayer luego de constatarse los estudios y el ADN, fiscalizados por el juzgado nacional número 12 de los Tribunales Federales de Comodoro Py a cargo del juez Sergio Torres. Los datos genéticos los habían proporcionado su padre, su hermano mayor y sus abuelos maternos.
“El encuentro de una nueva nieta, hija de Norma Síntora, secuestrada embarazada de 8 meses, y Carlos Alberto Solsona, con quien podrá finalmente abrazarse luego de casi 42 años. Norma Síntora nació el 9 de agosto de 1951 en Cruz del Eje, Córdoba. Allí hizo la escuela primaria y secundaria. En 1968 rindió libres las materias de 5to años y con su hermano Daniel se trasladaron a Córdoba Capital para ir a la universidad. Norma comenzó a estudiar ingenería ectronica”, relató de Carlotto a través de un comunicado.
“Durante el ingreso a la facultad, en 1968, conoció a quien sería su marido, Carlos Alberto Sonsona. Carlos venía de estudiar ingeniera química en Santa Fe y decidió a electrónica, para lo cual se mudó a Córdoba. Tras una amistad de varios años formaron pareja en 1974 y en marzo del 75 se casaron y al año siguiente nació su primer hijo, Marcos”.
Norma y Carlos militaban en el partido revolucionario de los trabajadores: Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). A ella, sus compañeros la llamaban “La morocha”, “Raquel”, “Marta”, o “La Turca”. Hacia fines de 1976, ante la ferocidad de la represión, la pareja decidió dejar a Marcos al cuidado de sus abuelos maternos por los tiempos que estaban corriendo y empezaron a pensar en el exilio. Por entonces, Norma cursaba su octavo mes de embarazo”.
“Pero los planes no pudieron concretarse. El 21 de mayo de 1977, alojada en la casa de sus compañeros de militancia, Isolina Beatriz Rochi y Noemí Castro en Moreno, provincia de Buenos Aires, Norma fue secuestrada junto a ese matrimonio. Los tres continúan desaparecidos“.
“Al momento del secuestro, Carlos Alberto se encontró afuera del país, y luego debió exiliarse. La familia Solsona Síntora pretendía escapar de la dictadura y reencontrarse en España. Norma con Marcos y su bebé, a quien pensaban llamar Pablo si era varón o Soledad si era mujer”.
“Y con Carlos ya fuera de Argentina, nada más se supo de Norma ni del bebé nacido en cautiverio. Se presume que por la zona del secuestro podía haber sido llevada a Campo de Mayo donde habría dado a luz en algunas de las maternidades de ese centro clandestino de detención”.
“Marcos, el hijo mayor de Norma y Carlos, creció con sus abuelos con una verdad contada lentamente mirando fotos y leyendo las cartas que le enviaba su papá. Cuando cumplió 10 años, su abuelo paterno, Domingo Sonsona, lo llevó con Carlos y se produjo el encuentro. Luego Carlos formó pareja con Ana y tuvo otro hijo, Martín, que también es el hermano que se va a encontrar con ella”.
“Carlos y los abuelos Sonsona y Síntora radicaron tempranamente la denuncia sobre el bebé que buscaban en Abuelas de Plaza de Mayo. Existen registros de las presentaciones del abuelo Héctor Síntora, en la filial de Abuelas de Córdoba, que mencionaban la desaparición de su hija embarazada de 8 meses”.
¿Cómo fue el caso?
“En el 2012, a partir de diversas informaciones recibidas sobre una joven que había sido inscripta como hija propia de un matrimonio, desde Abuelas se resolvió la aproximación del caso. La documentación reunida mostraba -entre otras cosas- que la partida de nacimiento apócrifa había sido firmada por un médico de la Policía Federal Argentina; y que el parto había ocurrido en domicilio”.
“En 2013, el equipo de aproximación, del área de investigación de Abuelas, contactó a la presunta hija de desaparecidos que vivía en el exterior para invitarla a realizarse el examen de ADN. El equipo realizó la comunicación por teléfono y quedó en continua vía de correo electrónico. La mujer adelantó que en 2014 viajaría al país para seguir conversando sobre la posibilidad de analizarse y se le transmitió que la prueba genética también podía efectuarse a través del consulado”.
“Ante la falta subsiguiente, el área de investigación informó a la presunta nieta que su caso sería derivado a la Unidad Fiscal Especializada por casos de apropiación de niños durante el terrorismo de Estado. El juez Sergio Torres tomó la causa y, a través de la representación diplomática donde reside la mujer, intentó en dos oportunidades que sea analizada. Ante las negativas, labró un exorto a la Justicia de ese país, que rechazó realizar un allanamiento para verificar la identidad de la joven”.
“En junio de 2017 a partir de un allegado de una joven que se incentivó en buscar su origen, se pudo retomar el vínculo. Este amigo, que vive en la Argentina, fue atendido por el equipo jurídico en representación espontánea de nuestra asociación para despejar dudas y reestablecer los puentes para que la mujer pudiera analizarse”.
“Hace dos semanas, la nueva nieta ingresó al país, y por una notificación de Migraciones, se presentó a la Justicia el miércoles 3 de abril. Allí, con la intervención del equipo interdisciplinario, de la Comisión por el Derecho a la Identidad (CONADI), aceptó realizarse voluntariamente el análisis en el Banco Nacional de Datos Genéticos, que arrojó que es hija de Norma Síntora y Carlos Alberto Sonsona”.
“Abuelas notificó a su papá y a sus hermanos sobre el encuentro, quienes viajaron, están aquí, para conocer todos los detalles del caso. Su papá Carlos, sus hermanos Marcos y Martín, sus sobrinos, la esperan para abrazarla y reconstruir más de 40 años de historia arrebatados por el terrorismo de Estado”.
Fotos: Patricio Murphy
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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