Ucrania pide a la ONU que se le quite el derecho de veto a Rusia en el Consejo de Seguridad

FOTO DE ARCHIVO: El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, asiste a una ceremonia de recepción de cartas credenciales de los embajadores extranjeros recién nombrados en el Kremlin en Moscú, Rusia, 20 de septiembre de 2022. Sputnik/Pavel Bednyakov/Pool vía REUTERS/File Photo
FOTO DE ARCHIVO: El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, asiste a una ceremonia de recepción de cartas credenciales de los embajadores extranjeros recién nombrados en el Kremlin en Moscú, Rusia, 20 de septiembre de 2022. Sputnik/Pavel Bednyakov/Pool vía REUTERS/File Photo (SPUTNIK/)

Por Michelle Nichols y Max Hunder

NUEVA YORK/KIEV, 22 sep (Reuters) – Ucrania exigió a las Naciones Unidas que castigue a Rusia por su invasión y la despoje de su derecho de veto en el Consejo de Seguridad, ante la inminencia de un enfrentamiento el jueves en el Consejo de Seguridad de la ONU por las atrocidades cometidas en el antiguo país soviético.

La reunión del Consejo de Seguridad tiene lugar un día después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenara la movilización de cientos de miles de rusos para luchar en Ucrania, se propusiera anexionar franjas de territorio ucraniano y amenazara con utilizar armas nucleares.

“Se ha cometido un crimen contra Ucrania, y exigimos un castigo justo”, dijo el presidente Volodímir Zelenski a los líderes mundiales en la Asamblea General de la ONU el miércoles.

Zelenski pidió que un tribunal especial de las Naciones Unidas imponga un “castigo justo” a Rusia y que se le retire a Moscú el veto del Consejo de Seguridad.

El Consejo no ha podido tomar ninguna medida significativa sobre Ucrania porque Rusia es un miembro permanente con derecho a veto junto con Estados Unidos, Francia, Reino Unido y China. La reunión del jueves será al menos la vigésima vez que el Consejo de Seguridad se reúne sobre Ucrania este año.

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, se enfrentará a sus homólogos ucranianos y occidentales, incluido el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, cuando el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, informen al Consejo de Seguridad de 15 miembros.

Ucrania, Estados Unidos y otros países han acusado a Rusia de crímenes de guerra en Ucrania. Rusia niega haber atacado a civiles durante lo que denomina su “operación militar especial”, y describe las acusaciones de abusos contra los derechos humanos como una campaña de desprestigio.

ENFRENTAMIENTO ENTRE EL ESTE Y EL OESTE

El miércoles, Putin ordenó la primera movilización bélica de Moscú desde la Segunda Guerra Mundial, con planes para empezar a reclutar inmediatamente a unos 300.000 soldados para luchar en el frente.

El presidente de la Federación Rusa ha calificado la invasión de Ucrania, iniciada en febrero y que ha dejado miles de muertos, millones de desplazados y ciudades reducidas a escombros, como un enfrentamiento decisivo entre Oriente y Occidente

La movilización de Rusia puede ser el movimiento político interno más arriesgado de las dos décadas de Putin en el poder, y se produce tras meses de promesas del Kremlin de que no haría tal cosa, y llega en un momento en el que Rusia se ha enfrentado a una serie de fracasos en el campo de batalla.

La preocupación por ser reclutados hizo que los vuelos fuera de Rusia se agotaran rápidamente, y el líder de la oposición encarcelado Alexei Navalny convocó manifestaciones masivas contra la movilización.

El grupo independiente de seguimiento de protestas OVD-Info dijo que hasta el miércoles por la noche habían sido detenidas casi 1.400 personas en 38 ciudades rusas en el marco de las protestas.

Putin ordenó el reclutamiento militar en un discurso televisado en el que también anunció medidas para anexionar cuatro provincias ucranianas y amenazó con utilizar armas nucleares para defender a Rusia, declarando: “No es un farol”.

Dirigentes prorrusos anunciaron referendos para el 23-27 de septiembre en las provincias de Luhansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia, que representan alrededor del 15% del territorio ucraniano.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, respondió en un discurso ante la Asamblea General de la ONU: “De nuevo, hoy mismo, el presidente Putin ha hecho amenazas nucleares manifiestas contra Europa, en un temerario desprecio por las responsabilidades del régimen de no proliferación”.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, condenó la “irresponsable escalada bélica” de Putin y dijo que “el comportamiento de Putin sólo demuestra que su invasión está fracasando”.

Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea acordaron el miércoles preparar nuevas sanciones a Rusia y aumentar las entregas de armas a Kiev.

“Está claro que Putin está tratando de destruir Ucrania”, dijo a la prensa el jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell, después de que los ministros se reunieran para decidir cómo responder.

Los ministros de Asuntos Exteriores de las economías avanzadas del Grupo de los Siete (G7) confirmaron en una reunión en Nueva York el miércoles su cooperación para ampliar el apoyo a Ucrania, según dijo el ministro de Asuntos Exteriores japonés, Yoshimasa Hayashi.

INTERCAMBIO DE PRISIONEROS

Rusia y Ucrania llevaron a cabo el miércoles un inesperado intercambio de prisioneros, el mayor desde el inicio de la guerra, en el que participaron casi 300 personas, entre ellas 10 extranjeros y los comandantes que dirigieron una prolongada defensa ucraniana de Mariúpol a principios de este año.

Entre los extranjeros liberados figuran dos británicos y un marroquí que habían sido condenados a muerte en junio tras ser capturados luchando por Ucrania. En el acuerdo negociado por Arabia Saudí, según un ministerio saudí, también fueron liberados otros tres británicos, dos estadounidenses, un croata y un sueco.

Los ucranianos liberados habían sido capturados tras una larga batalla por la ciudad portuaria de Mariúpol a principios de este año e incluían a altos mandos militares, dijo Andriy Yermak, jefe de la oficina de Zelenski.

Varios expertos militares occidentales afirmaron que la incorporación de cientos de miles de nuevos soldados llevaría meses, no contribuiría a frenar las pérdidas de Rusia e incluso podría empeorar la situación al retirar recursos del campo de batalla para entrenar y equipar a los reclutas.

En la primera actualización de Moscú sobre el número de bajas en casi seis meses, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, dijo que 5.937 soldados rusos habían muerto desde el comienzo del conflicto.

Hasta ahora, la guerra ha parecido gozar de apoyo popular en Rusia, donde se han cerrado todos los medios de comunicación independientes y se han prohibido las críticas públicas a la “operación militar especial”.

Pero para muchos rusos de a pie, especialmente en las clases medias urbanas, la perspectiva de ser enviados a luchar sería el primer indicio de que la guerra les afecta personalmente.

En el metro de Moscú se veían hombres estudiando los papeles de la convocatoria.

“Siempre te sientes preocupado en momentos así. Porque tienes esposa e hijos y piensas en ello”, dijo un residente a Reuters.

(Información de las oficinas de Reuters; redacción de Cynthia Osterman y Michael Perry; edición de Rosalba O’Brien y Shri Navaratnam, traducido por José Muñoz en la redacción de Gdańsk)


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