Turba armada intentó rematar a un hombre en pleno hospital: médicos vivieron momentos de terror

Golpes, sangre, gritos y llantos se presentaron dentro del hospital del municipio de Barranca de Upía, en el departamento del Meta, luego de que una turba enfurecida ingresó al centro médico para atacar a uno de los pacientes. Al parecer, todo se habría desatado mientras atendían a un herido de una riña que se presentó en el centro urbano.

El hecho se presentó sobre la 1:30 de la madrugada del 29 de octubre. A esa hora llegó un herido con una lesión en la región dorsal por arma cortopunzante al ESE Departamental del municipio. Minutos después llegó otro también con lesiones del mismo tipo para recibir atención por las heridas.

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Ambos habían estado implicados en un riña y el segundo de ellos, al ver al otro dentro del hospital, llamó a sus compañeros. Posteriormente llegó una turba de personas furiosas, borrachas y con armas cortopunzantes para tratar de rematar al herido, ya en estado crítico, que tenía una puñalada en el dorso.

El único guardia de seguridad que se encontraba en la entrada no pudo detener a las casi 20 personas que ingresaron al centro médico a buscar al herido. La turba dañó la puerta de ingreso y se enfrentó a los médicos que atendían al paciente en una sala de procedimientos para salvarle la vida al primer lesionado.

“La turba agrede al personal médico y paramédico, tengo un médico con una lesión en su brazo izquierdo, pero probablemente la afectación más grave es la mental”, señaló Hernán Mojica, gerente del ESE Departamental del Meta ‘Solución Salud’.

Los dos médicos, un hombre y una mujer, que se encontraban brindando atención trataron de resguardar en uno de los cuartos al herido. Mientras el doctor trataba de calmar la turba y el herido se protegía con una silla, una persona le lanzó un objeto que lo impactó fuertemente en el brazo.

La doctora grabó todo lo ocurrido mientras se protegía y gritaba de pánico. “Por favor, no más”, le decía a las personas que intentaban llegar hasta el herido para matarlo, pasando incluso por encima del personal que trataba de cumplir con su labor, niños y enfermos que se encontraban en el centro médico.

La Policía llegó al hospital para detener a las personas que mantenían una riña, pero varios de los vándalos ya habían huido del lugar. Sin embargo, el terror se mantuvo en el hospital y todavía genera zozobra entre los trabajadores.

Una vez se cerró el hospital, las enfermeras y médicos se encerraron en un cuarto atemorizados. Le vendaron el brazo al doctor que resultó herido por una posible fractura y varios llamaron a sus familiares en medio de los llantos.

“Nos tocó salir corriendo del centro de atención. Entraron a rematar a un paciente, atentaron contra nuestra vida, me fracturaron un brazo. Estamos en este momento escondidos en una casa, no sabemos qué está pasando, hay disparos, nos estaban buscando”, aseguró el doctor lesionado en un video grabado poco después de los hechos.

Los médicos tuvieron que salir del hospital para buscar donde resguardarse, dejando todas sus pertenencias abandonadas. “Duramos una hora encerrados en el baño del centro de salud, llegaron a dañar las puertas, a tratar de agredirnos, de matarnos. Tuvimos que salir corriendo como Dios nos ayudó”, afirmó el médico.

“Uno no estudia para matar gente, sino para tratar de ayuda”, agregó el doctor. El gerente estuvo en el lugar de los hechos y ayudó a que el personal saliera del lugar para resguardarse y tratar de coordinar la respuesta de las autoridades ante los hechos.

“Acabaron con el hospital, rompieron las rejas, los vidrios, los equipos biomédicos”, señaló el gerente de la institución. Las paredes del hospital quedaron manchadas de sangre, con latas de cerveza regadas y todos los puestos de trabajo revolcados por los hechos vandálicos.

Debido a esa situación fue necesario suspender el servicio de atención de urgencias por más de un día completo. Además, los dos médicos que se encontraban de turno y fueron agredidos renunciaron.

“Ese es el inconveniente que vamos a tener para poder volver a dar el servicio de urgencias porque esto es manejado por rurales y esas plazas no son fáciles de reemplazar”, aseguró Mojica, quien señaló que además fue necesario el apoyo de un equipo de ingenieros biomédicos de Villavicencio para realizar el mantenimiento de los elementos tecnológicos, identificar los que se pudieran reparar y hacer una evaluación de los daños.

La atención general solo se pudo retomar hasta dos días después de los hechos. Todavía se mantienen las reparaciones para la zona de urgencias que resultó principalmente afectada. Además, el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, se comprometió a enviar los 15 médicos rurales que hacen falta para prestar los servicios.