Tras la traición de Eugenia a la tribu sur, que provocó la eliminación de Francisco Pardo, el campamento de Survivor Expedición Robinson (Telefe) vive un clima de tensión como nunca antes en esta edición del reality. Con solo cuatro participantes, los integrantes del exgrupo amarillo buscan la forma de inclinar la balanza. Con ese panorama, Mauro se convirtió en la pieza clave de un equipo golpeado que busca sobrevivir al próximo concejo tribal.
Más allá de la bronca y la indignación por la decisión de Eugenia, la jugada de su excompañera provocó una fuerte angustia en Mauro. “Ya son 41 días y me está agarrando el bajón de nuevo, de extrañar a mi gente, y se me suma que me siento solo acá”, dijo entre lágrimas el jugador. Segundos después Aixa se sentó a su lado y el superviviente le expresó: “Me quise alejar un poco para llorar un rato, ayer no me lo permití, no quería mostrar una cara de debilidad. No entiendo qué clase de persona es Eugenia, me siento decepcionado”.
Ante ese panorama, los cuatro exintegrantes de la tribu del sur afrontaron el desafío de inmunidad con total determinación. Sin embargo, para su sorpresa, Marley les planteó la posibilidad de competir por el ansiado collar o obtener un lugar en un banquete. Nuevamente, la instancia marcó las diferencias en el campamento, ya que la alianza de la tribu roja (con Eugenia y Martina) decidió no formar parte de la prueba y sentarse a comer mientras veían a los demás esforzarse.
Fue en ese entonces que el conductor se le acercó a Eugenia y le preguntó cómo estaba la relación con Mauro. “Yo lo sigo apreciando de la misma manera, creo que él tiene un enojo conmigo particular por no haberlo hecho partícipe de una jugada interesante siendo él tan espectador de Survivor. Yo no guardo rencor alguno y espero que fuera del programa sigamos teniendo amistad”, contestó la ingeniera química. Al escuchar estas palabras, el participante respondió por lo bajo: “Sor..de mier…como la odio, te juro que la odio, mi motivación es odiarla”.
Así las cosas, fue Aixa quien pudo hacerse con la inmunidad de cara al próximo concejo. Aún así, el cuarteto del sur seguía sintiéndose vulnerable ya que no contaba con los números suficientes. Con esa idea en mente, Mauro se acercó hasta la alianza del norte para intentar persuadir a Eugenia: “Entiendo que no te caigan bien Balta y Aixa, pero creo que ir del otro lado es terrible. Ellos tres nunca se van a votar (Malena, Agustín y Juan Pablo) entre ellos. Del otro lado sí tenemos más posibilidades de llegar a la final. Entiendo que ellos te caigan mejor, pero hablando de juego creo que a vos te conviene ir con la gente que estaba de nuestro lado. Si me tengo que cambiar lo voy a hacer, porque todo lo que me haga llegar más lejos lo voy a hacer, no me va a temblar el pulso. Pero siento que así tampoco voy a llegar lejos”.
En un último intento por convencer a su excompañera de volver a unir fuerzas, Mauro expresó los defectos en el plan de Eugenia: “Yo voy a estar de un lado o del otro, depende de lo que me convenga. Si veo que ellos no tienen números para hacer nada (los amarillos), lamentablemente no voy a poder jugar con ellos. Ese es el juego real, no me molesta jugar con ellos (los rojos), son divinos, pero es solo llegar a sexto o séptimo. Y creo que vos serás quinta, porque creo que Martu está más ligada a ellos que cualquiera de nosotros”.
Luego, a solas frente a la cámara, Eugenia contó sus sensaciones tras el encuentro: “Fue una postura que me pareció totalmente rara o sumisa, extraña. Creo que algo con Mauro se rompió, creo que no me lo va a perdonar nunca, pero yo estoy muy tranquila con lo que hice, Y si no me quiere perdonar, que me disculpe, yo voy a continuar con mi juego”. De igual forma, Mauro destacó su estrategia: “Mi única chance en este momento es seguir con los amarillos y que alguien se voltee y juegue con nosotros”.
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