Tras las tensas negociaciones para definir las listas, Vidal se prepara para su elección más compleja

María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo (Foto: Mauro Dorst / Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires)
María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo (Foto: Mauro Dorst / Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires)

Final del misterio y comienzo de los pases de factura.

Al momento en el que estampaba la firma de su candidatura, en la noche del viernes, María Eugenia Vidal y sus principales colaboradores terminaban de definir la lista de diputados nacionales encabezada por Cristian Ritondo, después de varios días de especulaciones y tensas negociaciones que incluyó un vigoroso intercambio de nombres con la Casa Rosada.

La del ministro de Seguridad bonaerense, un histórico dirigente del ala peronista porteña del PRO que en cuatro años tejió una estrecha relación con Vidal, fue desde el inicio de las conversaciones por el cierre de listas la única candidatura confirmada. Inamovible. Y oficializada con una llamativa anticipación: en el medio del verano y tras unos durísimos entredichos entre la Casa Rosada y Emilio Monzó, en la previa de la gira oficial por Asia en la que el titular de la Cámara baja compartió avión con Mauricio Macri.

No es casual que Ritondo, que tiene desde hace años un vínculo distante con Monzó, vaya a ocupar el sillón que ahora ostenta el dirigente de Carlos Tejedor al frente de Diputados si es que Macri consigue la reelección, una promesa que el Presidente le volvió a confirmar por estos días a la gobernadora bonaerense. Tampoco es casual que los principales colaboradores de Monzó se hayan quedado afuera de la renovación de las listas provinciales.

El cierre dejó, otra vez, un ensordecedor ruido entre el diputado y Vidal. El quiebre final. “Todo vuelve”, razonaban este mediodía muy cerca del titular de Diputados.

Ritondo estará secundado por María Luján Rey, madre de Lucas, una de las víctimas de la tragedia de Once. Rey, que aborrece por obvios motivos al kirchnerismo, trabaja desde hace tiempo al lado de Vidal. Hace algunas semanas se mostró junto a ella y Macri en un acto oficial. Es de esperar que su rol en la estrategia de campaña pase por alumbrar la corrupción K frente a la lista liderada por Sergio Massa, que cuenta entre los primeros puestos con Máximo Kirchner.

Cristian Ritondo y María Lujan Rey, cabeza de la lista de diputados nacionales
Cristian Ritondo y María Lujan Rey, cabeza de la lista de diputados nacionales

Entre los diez primeros lugares de la lista hay tres para la UCR. Miguel Bazze -tercero- y Karina Banfi -décima-, ambos renuevan su banca, y Sebastián Salvador, concejal de San Fernando. Es el hijo del vicegobernador de Vidal que buscará la reelección junto a la mandataria. Es el postulante que se le ocurrió cuando le pidieron un nombre.

Más allá del abismo entre el vidalismo y Monzó, hay dos dirigentes del riñón del presidente de la Cámara de Diputados que firmaron en la mañana de este sábado sus candidaturas en el hotel NH de la calle Bolívar, a metros de la Casa Rosada. Se trata de Silvia Lospennato, en el cuarto lugar, y Sebastián García de Luca, en el noveno.

Lospennato era número puesto. De buena sintonía con la Casa Rosada, fue una de las más activas defensoras en el Congreso de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que dividió al oficialismo y que le dio un condimento extra al cierre de listas de este año. Tuvo un manejo clave de la Cámara baja durante estos años.

Afuera quedó, por el contrario, Daniel Lipovetzky, que no renovará y que había sido otro de los más efusivos impulsores del proyecto del aborto. Cuentan que Macri tiene un encono personal con él. Sin embargo, podría llegar a tener un lugar en las listas de legisladores bonaereses. Eduardo Amadeo también quedó sin renovación: se había entusiasmado con la llegada de Miguel Ángel Pichetto.

García de Luca, viceministro del Interior de Rogelio Frigerio, es uno de los integrantes del círculo íntimo de Monzó. Pero trabó un buen vínculo con Marcos Peña. Su despacho de la planta baja de la Casa de Gobierno fue una romería de dirigentes durante estos años.

Waldo Wolff es uno de los diputados del PRO que renovará su banca: fue ungido en el quinto lugar. El interbloque de Cambiemos -todavía conserva ese nombre- pone en juego 12 diputados: 9 del macrismo y 3 del radicalismo.

Con una elección similar a la de 2015, el Gobierno mantendría esas 12 bancas correspondientes a la provincia de Buenos Aires e incluso podría sumar otra. La polarización, de hecho, podría hacer que el oficialismo consiga 14 legisladores.

En ese hipotético caso haría su debut Camila Crescimbeni, presidenta de la Juventud del PRO y funcionaria del Ministerio de Salud y Desarrollo Social. Fue un pedido del jefe de ministros y de Fernando de Andreis, secretario General de la Presidencia.

Silvia Lospennato, del riñón de Emilio Monzó, renovará su banca
Silvia Lospennato, del riñón de Emilio Monzó, renovará su banca

Elisa Carrió, que guardó silencio durante las negociaciones por las listas, logró colar para la Coalición Cívica a dos de sus abogadas de confianza: Mariana Stilman y Mónica Frade, en el sexto y doceavo escalón, respectivamente.

Stilman había trabajado al inicio de la gestión de Macri en la Unidad AMIA hasta que la CC se enfrentó al ministro Germán Garavano por la estrategia del procesó que enjuició a los imputados del atentado de 1994. Frade es una de las principales autoras de muchas de las denuncias que presentó Carrió en la Justicia.

El octavo lugar es para una debutante: Mercedes Joury, politóloga platense, muy cercana a Federico Salvai, jefe de Gabinete y operador político de Vidal, que este sábado seguía al frente de las negociaciones desde su oficina.

Entre las sorpresas del cierre de la alianza figuró a última hora del viernes la de la incorporación de Alberto Assef, un veterano dirigente que había acercado su sello a la candidatura de José Luis Espert y que tras una maniobra de Pichetto terminó aliado al PRO. Una de las jugadas de Macri para atraer al voto de derecha. Assef ocupa el escalón 11 de la lista.

Al filo, en el treceavo lugar, figura Pablo Torello, otro de los diputados que renueva. Es el hermano de José Torello, jefe de Asesores de la Casa Rosada, íntimo amigo del Presidente, que repite cábala: como en todas las elecciones, su rol es el de legislador suplente. Esta vez en la lista de diputados nacionales de la Ciudad.

Vidal tiene por delante el más complejo de los desafíos del universo oficialista, incluso mayor aún que el de Macri: retener la provincia de Buenos Aires frente a Axel Kicillof, el candidato elegido por Cristina Kirchner y Alberto Fernández en el distrito más relevante del país, en el que el Presidente registra sus mayores niveles de impopularidad, en especial en el conurbano.

María Eugenia Vidal y Daniel Salvador junto a Federico Salvai, Jorge Macri y Néstor Grindetti, entre otros
María Eugenia Vidal y Daniel Salvador junto a Federico Salvai, Jorge Macri y Néstor Grindetti, entre otros

En el entorno de la gobernadora ya no hay tiempo para lamentos, aunque todavía quedan resabios por la decisión de la Casa Rosada de no habilitar el desdoblamiento del calendario bonaerense. Macri y Peña ataron a Vidal a la suerte del jefe de Estado. En ese proceso, el Presidente podría ser reelecto, y la gobernadora quedar a mitad de camino. En el comando de campaña bonaerense le prenden velas a la potencia de la mandataria, que en períodos electorales muestra su mejor versión.

Vidal corre desde atrás. En la Provincia no hay segunda vuelta: se pierde o se gana por un voto.

Los intendentes de Cambiemos hacen cuentas: muchos de ellos aventajan a los candidatos del kirchnerismo, pero la boleta compleja los pone contra las cuerdas. Frente a la fórmula Fernández-Fernández, Macri tiene el boleto picado.

Intendentes como Julio Garro, Martiniano Molina, Diego Valenzuela, Néstor Grindetti o Ramiro Tagliaferro, que hace dos años tenían allanado el camino a la reelección, ahora se muestran inquietos. El caso de Nicolás Ducoté, de Pilar, es más complicado: tiene muchas más chances de perder que de ganar.

Idéntica situación que los dirigentes llamados “sin tierra”, que no gobiernan y que todavía quieren desbancar al PJ. El desdoblamiento electoral los beneficiaba. La campaña se les hace cuesta arriba. Muchos de ellos son socorridos por Horacio Rodríguez Larreta. Y por Jorge Triaca, el ex ministro de Trabajo que dedica casi todo su tiempo a estos dirigentes desde sus nuevas oficinas de Retiro.

Macri nunca ganó en la provincia de Buenos Aires, en ninguno de los tres turnos electorales de 2015. Vidal sí. Su triunfo frente a Aníbal Fernández fue producto de un fenomenal e histórico corte de boleta de casi el 7%, motivado por una certera campaña negativa contra la figura del ex jefe de Gabinete K. Kicillof no es Fernández.

La principal duda ahora pasa por cómo estará la figura de Macri dentro de algunos meses y de cuánto será el corte de boleta.

Hace algunas semanas, uno de los intendentes más relevantes del oficialismo del Conurbano bonaerense le planteó a Vidal que los vecinos le decían que querían cortar la boleta. La gobernadora no lo va a propiciar en público: quiere ser reelecta, pero también desea la reelección de Macri. Sin embargo, no hará nada para limitar esa práctica.

El triunfo o la derrota de Vidal se define en octubre. El destino de Macri podría esperar a noviembre.



FUENTE: INFOBAE NOTICIAS

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