El tenis aprovechó el auge tras la aparición de Guillermo Vilas y surgió la famosa Legión (Guillermo Cañas, Guillermo Coria y David Nalbandian –luego Juan Martín del Potro-), el básquet, gracias a la creación de La Liga Nacional “formó” a la Generación Dorada de Fabricio Oberto, Manu Ginóbili, Luis Scola y Carlos Delfino.
El beach handball, tras los Juegos Olímpicos de la Juventud, dio su golpe. Gracias a lo vibrante y dinámico del juego y las espectaculares anotaciones mediante los giros 360 o los fly, esta disciplina se convirtió en una de las más populares del torneo realizado este año en Buenos Aires. La gente colmó la capacidad en todos los encuentros y en las finales miles de personas se quedaron observando el partido en pantallas gigantes, algo que parecía totalmente impensado hace unos meses.
Esta euforia generó un gran interés, especialmente entre los más jóvenes, quienes comenzaron a buscar lugares para poder practicar este deporte. Pero esta explosión abrió un interrogante: ¿el beach handball se subirá al tren del éxito o dejará pasar una chance inmejorable?
“Evidentemente algo cambió tras las medallas de oro y bronce en Buenos Aires 2018, es innegable el interés de las distintas provincias. Se anotaron 22 de 24 posibles. Es una barbaridad. Dejó una llama prendida”, sostuvo Rodrigo Cleppe en diálogo con Infobae. El entrenador de la selección mayor masculina de beach acudió a los Juegos Nacionales de Playa Rosario 2018 con la intención de captar algún talento oculto.
El combinado nacional actualmente entrena en el CeNARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) y aguarda a que se regularice la situación en el Parque Roca y en el Parque Sarmiento.
“Si no tenés torneos… En el Sur hay algunos circuitos, o algún torneo de fin de semana, pero no tenemos uno como Brasil. Hay que encontrarle una vuelta”, sostuvo el director técnico del conjunto que viene de obtener el undécimo puesto en el Mundial de Kazán, Rusia. Esta situación hace que los jugadores tengan que recaer casi de manera obligada al indoor –la versión madre- para competir con regularidad.
No obstante, Cleppe valora que antes los propios jugadores tenían que poner dinero para viajar y disputar los torneos internacionales, mientras que ahora reciben el apoyo de la Confederación. “Hay que hacer algo con cuidado, para que no se estropee lo conseguido. La decisión que se tome debe ser acertada, supongo que por eso se estarán tomando su tiempo”, afirmó.
Leticia Brunati, DT de las Kamikazes en los Juegos Olímpicos de la Juventud, por su parte, afirmó con dolor que “en la región metropolitana no tenemos lugar para brindarle espacio a los jóvenes que quieren incursionar en el beach”. Y agregó: “La Confederación le pidió a sus afiliados que presenten un torneo, pero Femebal no lo hizo”.
No obstante, asegura que “ahora hay mucha más gente que se acerca, no sólo por las medallas sino por la repercusión que tuvo. Ese es el puntapié inicial. No para que se acerque gente del handball, sino también gente por fuera del handball”.
Otro inconveniente es la convivencia con la modalidad indoor, la cual la entrenadora de Mariano Acosta catalogó como “compleja”. “Cuando viajamos en el beach hay federaciones que no lo tienen contemplado en el calendario, entonces es difícil”. Aunque varias de sus jugadoras en los Juegos de la Juventud fueron llamadas para la selección indoor, ella sostiene que “no tienen que elegir, hay que saber coordinar los calendarios”.
Todos los protagonistas coinciden en que el Sur del país es la región más organizada hasta el momento. “Acá siempre se le dio importancia, hay torneos de menores y cadetes. Por eso surgieron varios jugadores de la Selección”, comentó Agustín Cabezas, uno de los árbitros del torneo, oriundo de Viedma.
En Río Negro se encuentra el famoso Circuito Patagónico, aunque es privado (lo organiza la fundación Deportes en Arena). Se disputa en Viedma, en el balneario el Condor, en Las Grutas y en Puerto Madryn. Además, la federación local organiza torneos y tienen en vistas realizar competencias en Cipoletti, Roca, Viedma y Las Grutas.
Por otra parte, a raíz de la explosión de Gisela Bonomi, la mejor pívot juvenil del mundo, Neuquén está próximo a lanzar torneos de cadetes y mayores.
“En Mendoza antes el beach como que no existía, la gente no le daba importancia. Ahora las provincias están comenzando a poner canchas. Acá están haciendo en Godoy Cruz y Tunuyán. Los que quieren jugar son los más chicos, lo quieren hacer a toda costa”, sostiene Nicolás Dieguez, uno de los medallistas de bronce de Argentina, ante la consulta de Infobae.
En su provincia, hasta el momento, sólo hay una cancha –la que utilizaron para prepararse para los Juegos Nacionales de Playa-, pero sin las medidas reglamentarias.
El caso de Entre Ríos, y en particular el del medallista Francisco Daudinot, es muy particular. El joven en su Chajarí natal se dedicó al básquet, al no haber handball de manera federada, y fue “captado” durante un Juego Evita con su colegio.
En su provincia no hay un circuito, pero prometió “meter fichas” a las autoridades para que se comiencen a realizar certámenes en la región. Aunque no tiene lugar para practicar en su ciudad, Daudinot sostiene que su decisión es la de “ser jugador de beach handball” y que cuando se mude a Rosario para estudiar buscará un club para practicar.
Pese a los buenos resultados, la falta de organización hace que el país se encuentre lejos de Brasil, una de las máximas potencias del mundo. El país vecino posee un circuito que se realiza por distintas ciudades y los equipos van sumando puntos, creando una especie de liguilla.
El beach handball viene creciendo a pasos agigantados al ser medallistas en los World Games (una especie de Juegos Olímpicos para los deportes de playa), dos medallas en Mundiales y las dos en los Juegos Olímpicos de la Juventud, pero sólo el tiempo dirá si Argentina aprovechó su oportunidad.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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