Un fantasma recorre el planeta: el fantasma del cambio climático. Y un grupo de especialistas de la ONU asegura que si no se actúa de inmediato, ya no habrá nada que pueda detenerlo. La afirmación es un claro aviso a todos los gobiernos del mundo y pertenece al último documento firmado por los miembros del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático creado por Naciones Unidas.
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Según el documento, si el aumento de la temperatura global del planeta se elevara por encima de un grado y medio, se agudizaría irreversiblemente el riesgo de incendios forestales, aumentarían las posibilidades de sequías extremas y se elevaría el número de lluvias torrenciales e inundaciones.
Todo esto afectaría la vida en la tierra de forma indefectible. No sólo por el impacto directo que tendría el aumento de la temperatura sobre las personas, sino por la ostensible reducción que se produciría en la producción de alimentos, fundamentalmente en regiones sensibles como Latinoamérica o el Mediterráneo.
Si la temperatura se elevara en los niveles señalados se esfumaría gran parte del plancton y de los arrecifes de coral con la consecuente e inmediata extinción de especies en los océanos. Se tornaría inevitable un descongelamiento total del océano ártico una vez cada diez años, hecho que originaría un aumento de 10 centímetros en el nivel del mar y que acarrearía inundaciones y desaparición, lisa y llana, de decenas de ciudades y de Estados-isla en el mundo.
En los últimos dos años, el 77% de las pérdidas económicas mundiales se explican por la variación climática
Pero para reflexionar sobre el cambio climático no es necesario trasladarnos ni al futuro ni a otros continentes. El año pasado, Comodoro Rivadavia sufrió la peor catástrofe de su historia tras una grave alteración meteorológica: normalmente, en marzo, la lluvia suele llegar hasta los 18 milímetros. En ese mes, pero de 2017 la marca trepó hasta los 320,4 en tres días. El futuro ya llegó (ver video).
Tampoco para hablar de daños económicos es necesario viajar al año 2030. La misma ONU revela que mientras las pérdidas en la producción causadas por fenómenos meteorológicos extremos fueron de 895.000 millones de dólares entre 1978 y 1997, en las dos décadas posteriores ese número se triplicó y más, hasta rozar los 2,9 billones de dólares. Esa misma información nos dice que en los últimos dos años, el 77% de las pérdidas económicas mundiales se explican por la variación climática.
Por estos días, la ONU nos está marcando que el futuro no estaría dependiendo tanto del accionar del humilde consumidor y su conciencia ambiental individual sino de las políticas públicas que los gobernantes y funcionarios del mundo estén emprendiendo ahora mismo. Habrá llegado la hora de exigirles prisa y responsabilidad.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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