Lisboa, 30 dic (EFE).- Portugal estrena 2022 con una subida del salario mínimo, nuevas reglas para el teletrabajo, entre ellas la obligación de la empresa de respetar el descanso de sus trabajadores, y los vientres de alquiler, que vuelven a ser legales tras sortear varios vetos constitucionales.
El país entra en el nuevo año sin Presupuesto, tras el rechazo a las cuentas del Gobierno socialista para 2022 que abocó a un adelanto electoral.
La convocatoria de elecciones para el 30 de enero no ha impedido que algunas medidas consigan avanzar sólo con el aval del Gobierno, que se suman a las normas aprobadas por el Parlamento en los últimos meses.
SALARIOS Y PENSIONES
A partir del 1 de enero, el salario mínimo sube a 705 euros mensuales, 40 más que en 2021, la mayor subida en términos absolutos desde que António Costa es primer ministro.
También entra en vigor una subida del 0,9 % para los funcionarios y una actualización de las pensiones en base a la inflación, que variará entre el 0,2 % y el 1 %.
La mayoría de las jubilaciones subirán un máximo de 8,9 euros.
El Gobierno y sus antiguos socios de izquierda habían negociado un incremento extraordinario de 10 euros para los pensionistas, pero se quedó en el cajón con la caída del Presupuesto.
TELETRABAJO
Portugal estrena el año con nuevas reglas para el teletrabajo, aprobadas por el Parlamento en la maratón de votaciones realizada en noviembre, antes de su disolución.
La nueva normativa recoge que las empresas portuguesas no podrán contactar a sus empleados durante sus períodos de descanso, a excepción de en situaciones de fuerza mayor, medida que se aplicará a todos los empleados, no sólo a los que estén en régimen de teletrabajo.
Además, las compañías deberán pagar a los trabajadores los gastos extra derivados del teletrabajo, como los costes de electricidad e internet, y hacerse cargo de la adquisición de equipos y servicios necesarios para desempeñar sus funciones en remoto.
VIENTRES DE ALQUILER
En esa maratón parlamentaria también se aprobó la ley de gestación subrogada, con varias modificaciones para superar los vetos que había planteado el Tribunal Constitucional en el pasado.
En Portugal ya estuvo en vigor una ley de los llamados vientres de alquiler, en 2017, que fue anulada el año siguiente por el Constitucional y dejó en el aire varias parejas que ya habían iniciado los trámites.
Tras otro veto posterior, el Parlamento luso consiguió aprobarla de nuevo el pasado noviembre, con un plazo de hasta 20 días tras el parto en el que la gestante puede arrepentirse y no entregar el bebé, para cumplir con las exigencias del Tribunal.
Con esta modificación, el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, promulgó la norma, que entrará en vigor el primer día de 2022.
OTRAS MEDIDAS
Este 1 de enero también entran en vigor otras medidas, como la tarifa social de internet, que costará 6,15 euros (IVA incluido) y beneficiará a unas 780.000 familias de bajos recursos.
También llega el nuevo régimen de las Golden Visa, que ya no permitirá conseguir el visado por grandes inversiones inmobiliarias en Lisboa, Oporto y el litoral, para impulsar las operaciones en las regiones del país más olvidadas, como el interior.
A partir de enero la factura de la luz subirá en el mercado regulado un 0,2 % respecto al precio medio de 2021. Y en el liberalizado, EDP Comercial -el principal operador de este mercado de electricidad con una cuota de casi el 75 % en clientes- ha anunciado una subida de tarifas del 2,4 %.
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