Houston (EE.UU.), 11 jun (EFE).- Los Philadelphia Sixers comenzaron a hacer buenos los pronósticos con su segundo triunfo consecutivo ante los Atlanta Hawks, retomar de nuevo el control de la eliminatoria de semifinales de la Conferencia Este al ganar el tercer partido a domicilio por 111-127 y ponerse con ventaja de 2-1 al mejor de siete.
También les fue bien a los Phoenix Suns, que le dieron otra lección de baloncesto a los Denver Nuggets y vencieron por 102-116 a domicilio para ponerse con ventaja de 3-0 y a un triunfo del pase a las finales de la Conferencia Oeste.
Ningún equipo en las semifinales de conferencia ha podido venir de atrás y remontar una desventaja de 0-3 desde que se establecieron las eliminatorias al mejor de siete.
Todo volvió a la normalidad con el triunfo de los Sixers, que seguirán en Atlanta para disputar el próximo lunes el cuarto partido y luego pensar en volver a Filadelfia para un quinto encuentro, que podría ser el definitivo, si se mantienen en el camino ganador.
Tras la derrota sorpresa sufrida en el primer partido disputado en Filadelfia, los Sixers se han recuperado y lograron su segundo triunfo consecutivo después de tener de nuevo el apoyo del pívot camerunés Joel Embiid, que coqueteó con un triple-doble después de anotar 27 puntos, capturar nueve rebotes y repartir ocho asistencias.
Embiid, jugando con una rotura de cartílago en su rodilla derecha, también tuvo protagonismo a la hora de poner tres tapones y ser el líder del equipo en esa faceta del juego.
El alero Tobias Harris también mantuvo su consistencia al aportar 22 puntos, ocho rebotes y cinco asistencias, mientras que el base australiano Ben Simmons llegó a los 18 tantos, además de dar siete pases de anotación.
La brillantez en el juego individual y colectivo de los Sixers tuvo una excelente aportación del banquillo con 48 puntos. Además, hizo que siempre tuviesen el control del ritmo del partido y del marcador, que les permitió acabar con la racha de 13 triunfos consecutivos que tenían los Hawks en su campo.
La última derrota de los Hawks en su campo del State Farm Arena, que esta noche registró una asistencia oficial de 16.888 aficionados, fue el pasado 15 de abril contra Milwaukee Bucks.
La racha de 13 victorias consecutivas en casa fue la racha activa más larga de la NBA.
El alero turco Furkan Korkmaz, con 14 puntos, incluidos tres triples de seis intentos, fue el sexto jugador de los Sixers, mientras que el veterano pívot Dwight Howard acabó con 12 tantos (4-5, 0-1, 4-5) y seis rebotes que fueron decisivos.
Los Sixers, que acabaron la temporada regular con la mejor marca de la Conferencia Este, se colocaron hasta con 22 puntos de ventaja y no bajó de los 10 tantos durante toda la segunda mitad, sin darles nunca opción a los Hawks de meterse en el partido e intentar la victoria.
La última ventaja que los Hawks tuvieron en el marcador fue con el parcial de 11-10.
El base Trae Young lideró a Atlanta con 28 puntos y ocho asistencias, pero nunca pudo ser factor ganador como había sucedido en el primer partido.
Tampoco lo fueron el ala-pívot John Collins, que acabó con 23 puntos y siete rebotes, mientras que el escolta serbio Bogdan Bogdanovic llegó a los 19 tantos como tercer mejor encestador de los Hawks.
El pívot suizo Clint Capela tampoco pudo hacer nada ante la superioridad de los hombres altos de los Sixers y, aunque capturó 16 rebotes, apenas anotó ocho puntos y no impidió que Embiid y Howard acabasen siendo factores ganadores.
Una vez más la combinación del escolta hispano Devin Booker y el veterano base Chris Paul fue la clave ganadora de los Suns, que, al concluir el primer cuarto, ya tenían encarrilado el partido con un parcial de 37-27 y con advertencias a los inconsistentes Nuggets que estaban listos para mantenerse invictos en la serie.
Booker acabó con 28 puntos, seis rebotes y cuatro asistencias, mientras que Paul logró 27 tantos, capturó seis balones bajo los aros y dio ocho pases de anotación, además de recuperar tres balones en otra gran labor defensiva.
Mientras que el pívot jamaiquino Deandre Ayton también fue factor ganador al dominar en el juego interior con un doble-doble de 10 puntos y 15 rebotes, incluidos 12 defensivos.
El ala-pívot Jae Crowder llegó a los 14 puntos y el alero Mikal Bridges anotó otros 11 tantos que dejaron a los cinco titulares de los Suns con números de dos dígitos.
Los Nuggets intentaron resurgir en el segundo cuarto cuando lograron un parcial de 28-22, pero fue un puro espejismo porque todo el buen juego lo pusieron los Suns y también los tantos decisivos.
Aunque el pívot serbio Nikola Jokic acabó con un triple-doble monumental de 32 puntos, 20 rebotes -10 fueron defensivos-, 10 asistencias y un tapón, el resto del equipo no brilló de la misma manera y, de nuevo, la falta de un jugador de calidad que dirigiese su ataque hizo la diferencia negativa en el resultado final.
La ausencia del base canadiense Jamal Murray volvió a hacerse sentir demasiado, y ni el novato argentino Facundo Campazzo ni Austin Rivers fueron la solución para el entrenador de los Nuggets, Michael Malone, que también quedó en evidencia al no saber encontrar la formula defensiva que pudiese meter al equipo en el partido.
Sonia Salazar
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