“Las partes en conflicto continúan perpetrando crímenes de guerra y contra la humanidad”, denuncian
MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
La Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria ha concluido que no se dan las condiciones para que los refugiados puedan volver de una manera “segura y digna”, en la medida en que, más de una década después de que estallase la guerra, “las partes en conflicto continúan perpetrando crímenes de guerra y contra la humanidad”.
Los investigadores han expresado su preocupación por el recrudecimiento de la violencia en Siria, un país del que han huido 6,7 millones de personas, según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). El régimen de Bashar al Assad controla el 70 por ciento del territorio y, según los investigadores, continúa implacable en su lucha contra los rebeldes.
Las tensiones han aumentado en zonas del noroeste, noreste y sur del país, según un informe que cubre desde julio de 2020 a junio de 2021 y que da cuenta de nuevas situaciones de asedio como las vividas en Deraa al Balad, uno de los focos de la rebelión que estalló en 2011 al albor de la Primavera Árabe en el norte de África y Oriente Próximo.
La Comisión que encabeza el brasileño Paulo Pinheiro ha documentado casos de torturas, violencia sexual, muertes bajo custodia y desapariciones forzosas.
La inseguridad alimentaria ha aumentado más de un 50 por ciento en el último año y, en palabras de otra de los miembros de la Comisión, Karen Koning AbuZayd, “la situación general en Siria es cada vez más desoladora”.
“Además de que la violencia se intensifica, la economía se está desplomando, las famosas riberas de Mesopotamia están en su nivel más seco en décadas y la extendida transmisión comunitaria de la COVID-19 parece imparable por un sistema sanitario diezmado por la guerra y la falta de oxígeno y vacunas”, ha añadido.
NIÑOS RECLUIDOS
La derrota del grupo terrorista Estado Islámico dejó a miles de personas atrapadas en campos del noreste de Siria, en zonas controladas por las fuerzas kurdas. Su situación, según los investigadores, “podría equivaler a tratos crueles o inhumanos”.
En campos cercanos a la frontera iraquí como el de Al Hol hay unos 40.000 niños, de los cuales casi la mitad son iraquíes. Además, también hay otro grupo de unos 7.800 que representan a casi 60 nacionalidades distintas y cuyo futuro está en el aire desde hace años.
La mayoría de los niños extranjeros permanecen privados de libertad y sin que el país de origen de sus familias asuma la repatriación. Pinheiro ha pedido que se respeten los Derechos Humanos y ha abogado por poner fin a una detención indefinida: “Castigar a los hijos por los pecados de sus padres no puede justificarse”.
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