“Se te olvida respirar”: exconsumidor de fentanilo cuenta su experiencia con el potente opioide

Un joven de la CDMX narró a Infobae México su experiencia con el fentanilo. (Infobae México/Jovani Pérez)
Un joven de la CDMX narró a Infobae México su experiencia con el fentanilo. (Infobae México/Jovani Pérez)

“Me sentí horrible, quería salir corriendo”, fueron algunas de las palabras que utilizó Óscar para describir las reacciones de su cuerpo luego de probar el fentanilo.

En entrevista para Infobae México, el hombre de 38 años residente de la Ciudad de México narró su experiencia como fugaz consumidor de este opioide.

Todo comenzó cuando a su mamá le diagnosticaron le diagnosticaron cáncer de páncreas a principios de 2023, por lo que comenzó un tratamiento en el Instituto de Cancerología (INCan).

Para atender los fuertes dolores que su madre sufría, el personal médico le recetó medicamentos cuya potencia incrementó con el paso de los meses.

En un inicio, intentaron disminuir su dolor crónico con Tramadol, un analgésico opiáceo que, a diferencia del fentanilo, no tiene un efecto depresor respiratorio.

El fentanilo es considerado como uno de los opioides más potentes actualmente. (AP Foto/Cliff Owen, archivo)
El fentanilo es considerado como uno de los opioides más potentes actualmente. (AP Foto/Cliff Owen, archivo) (Cliff Owen/)

Debido a la persistencia de los malestares, el siguiente paso fue añadir Buprenorfina, otro opioide que comúnmente se usa para manejar la dependencia a otras sustancias, como la heroína.

En algún momento, los médicos incluso le suministraron ambos fármacos combinados, pero resultó ineficiente. “Ya no soportaba, tanto era el dolor que ella me decía ‘ya no quiero vivir yo ya no quiero’”, recordó Óscar durante la conversación.

Fentanilo, el último recurso

Cuando el dolor se volvió inaguantable, el personal del INCan aceptó, finalmente, incluir el fentanilo en el tratamiento de la mamá de Óscar. “[Eso] le dio un poco un poco más de vida y de tranquilidad”, dijo el ciclista y fotógrafo vía telefónica.

Los especialistas en oncología le recetaron una pastilla efervescente con 400 microgramos (μg) de fentanilo al día. Para ingerirla, era necesario partirla en cuatro y tomar una cuarta parte cada hora. Con esto, era posible disminuir las dolencias sin que el opiáceo representara un riesgo para ella. Lamentablemente, el plazo fatal de seis meses que los médicos anticiparon llegó y el cáncer se sobrepuso.

fentanilo, DEA
El fentanilo suele ser la última opción para el tratamiento de dolor crónico en pacientes oncológicos. (Foto: DEA)

Debido a su cercanía con el tratamiento y al conocimiento que adquirió a lo largo de varias semanas, Óscar se animó —en julio de 2023— a probar el fentanilo.

“Soy muy curioso y a veces esa curiosidad yo sé que incluso me podría matar”. Lo que a Óscar le interesaba era comprobar si la fatal narrativa que se ha construido alrededor de este analgésico estaba bien fundamentada.

Al igual que lo hizo el personal del INCan con su madre, Óscar preparó a su cuerpo con otros medicamentos antes del fentanilo.

Para este “experimento”, puso un plazo máximo de una semana. “Empecé el primer día con un cuartito de pastilla y sentí de inmediato el subidón de energía, de dopamina, de felicidad”, contó al rememorar su primera reacción.

(Arte: Jesús Abraham Avilés Ortiz/Infobae México)
Óscar decidió probar el fentanilo por curiosidad. (Arte: Jesús Abraham Avilés Ortiz/Infobae México)

La principal sorpresa fue que el efecto de la droga se fue casi con la misma velocidad con la que llegó. “En 20 o 30 minutos ya se estaba diluyendo y después de una hora desaparecieron todos los efectos recreativos”, señaló.

Al día siguiente, Óscar repitió el procedimiento, pero su cuerpo ya no respondió igual. Para volver a sentir ese “golpe” de felicidad tuvo que duplicar la cantidad.

Para el tercer día consumió una pastilla completa (400 μg). “Al cuarto día ya estaba con pastilla y media, que son 600 microgramos y la verdad es que ahí ya no sentía nada”. Según las indicaciones de los oncólogos, el límite máximo de consumo de fentanilo son 800 microgramos (μg). Después de dicha dosis, el peligro es inminente.

El súbito incremento de la dosis que su cuerpo exigía para que las sensaciones fueran perceptibles fue el primer factor que alertó a Óscar.

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En años recientes, el fentanilo ha atraído la atención de autoridades en México y EEUU por su potencial destructivo. (Archivo DEF)

“Empecé a sentir los efectos de la droga, sentía mis pulmones, toda la caja torácica, como si la apretaran, como si me estuvieran poniendo una mano y apretaran”.

Sumado a esto, se percató de los notorios cambios que sufrió su respiración. “El sistema nervioso central deja de mandar los impulsos que le dan la orden a tu cuerpo de que necesitas aire. Se te olvida respirar, entras en un estado de inconsciencia”.

Tal consecuencia (la depresión respiratoria) es uno de los más peligrosos resultados del consumo de fentanilo. “Había investigado que no te tienes que dormir, porque si te duermes, entras en la inconsciencia y te puede dar un paro respiratorio”, explicó Óscar.

El infierno después del fentanilo

Por si no fueran suficientes las desagradables sensaciones en el organismo bajo los efectos del fentanilo, los días posteriores al corte de su consumo son sumamente complicados.

Salud mental depresión ansiedad
Los ataques de ansiedad fueron la primera respuesta que el cuerpo de Óscar tuvo ante la abstinencia.

Óscar narró aquellas jornadas de la siguiente forma: “Me dio una crisis de ansiedad y empecé a sentir una desesperación horrible, como si no pudiera estar en mi cuerpo, como si quisiera salirme de mi cuerpo porque no podía estar en él y ahí es donde dan ganas de que te quieres aventar a algún lado o ya probar otra vez la sustancia para calmarlo”.

La calma después de esa primera crisis duró apenas dos horas. “De repente estaba muy bien y luego me llegaba, es una sensación de malestar muy horrible, la respiración también se modifica, empiezas a respirar más rápido y es esa sensación de que no puedes estar en tu cuerpo”, especificó.

Después de tres días, y gracias a la ingesta de Citalopram en tabletas, los episodios de ansiedad comenzaron a ser más espaciados hasta que, finalmente, se detuvieron.

Al final de la conversación, Óscar enfatizó los peligros que este opioide puede representar para el cuerpo. “No es en definitiva una droga recreativa, su uso se tiene que limitar exclusivamente a lo médico”. Una semana fue tiempo suficiente para que él, incluso con la cercanía que tuvo y la información que recibió, se percatara del impacto del fentanilo en el cuerpo.

Me sorprendió su poder destructivo”, escribió en una publicación sobre este tema compartida en sus redes sociales.


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