¿Qué es la experiencia? Según la Real Academia Española (RAE), se refiere a una práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo. El fútbol premia ese don y puede llegar a juzgar al que no lo tiene, según cada caso. Este deporte posee diversos casos de entrenadores que han llegado a la cúspide de su carrera sin un gramo de experiencia previa a ese rol. Sin ir más lejos, uno de los más recientes es Lionel Scaloni, campeón del mundo con la selección argentina criticado en sus inicios por haber suplantado a Jorge Sampaoli en el cargo, pero ni siquiera es un requisito ser jugador profesional porque hay otro caso que despierta curiosidad en Europa. Una persona que inició su carrera a través de un videojuego, ni siquiera tiene el título de entrenador y se dio el gusto de hacerle frente al París Saint-Germain (PSG) de Messi, Neymar y Mbappé.
Como tantas otras personas, William Still, nacido el 14 de octubre de 1992, tenía el firme deseo de ser futbolista, pero un paso sin éxito por la cantera del Sint-Truidense de Bélgica, un club que volvería a marcar su vida años después, precipitó su plan original. Luego de esa frustración, un juego de gestión deportiva le permitió comenzar a idear cuál sería su nuevo trabajo: “Me obsesioné con el Football Manager y encendió mi pasión por entrenar. Mi hermano y yo jugábamos sin parar. No nos dejaban tener una PlayStation, así que jugábamos a Football Manager en la computadora de la familia. Creábamos una plantilla, organizábamos los entrenamientos”. “Nunca hubiera pensado que el juego hubiera podido influir en mi carrera en la vida real, pero está claro que lo ha hecho”, declaró en una extensa columna publicada en The Coaches Voice.
Este gusto iniciado en la adolescencia permitió darle una orientación a su vida a este hombre nacido en Bélgica, pero de padres ingleses. Uno de los primeros cursos realizados fue en el Myerscough College, ubicado en la ciudad inglesa de Preston. Con solo 20 años, tuvo su primera experiencia en el elenco de la ciudad, Preston North End, para desenvolverse en la academia de la entidad. A su regreso al país que lo cobijó desde la cuna, se encontró con un escenario decepcionante: “Cuando volví a Bélgica después de terminar la universidad, me propuse adquirir experiencia en el fútbol profesional. Fui a tocar puertas. ‘Soy joven y no soy nadie, pero tengo experiencia en el Preston y en la universidad. ¿Puedo, de alguna manera o forma, ser de alguna ayuda?’, les decía. Fue un no tras otro. Me cerraban la puerta en la cara. Empezaba a perder la esperanza”.
Las dudas iniciaron a carcomer la cabeza de Still, que iniciaba a desilusionarse con su elección. Su lista comenzaba a estar llena de tachones. Su última opción era el que le había cortado su carrera futbolística, el Sint-Truidense de la segunda división belga: “No quería volver a un sitio en el que ya había estado, pero ahora quería una oportunidad donde fuera”. El entrenador del primer equipo, Yannick Ferrara, le dio una oportunidad para ser analista de video ad honorem. Nunca dejó de lado el primer amor que lo llevó a este rol, porque su vínculo con el club era tan fuerte que hasta “intentaba ganar la liga” con ese equipo en el videojuego.
Estas experiencias, sumadas a un breve camino por el mismo rol en el Standard de Lieja, le permitieron desembarcar en el Lierse, de la misma categoría. Fue analista, ojeador y segundo entrenador hasta que el despido del técnico saliente le abrió una oportunidad en el primer equipo. “Lo vas a hacer tú”, fue el mensaje del presidente, que estalló como una bomba en su mente. A pesar de haberle objetado que había otras personas capacitadas para este cargo, el dirigente se mostró inflexible con ese joven de 24 años: “No, no me importan los demás. Me gustas tú”. Un apoyo absoluto en medio de un escenario en el que el plantel marchaba penúltimo y con riesgo de descenso: “Estaba muerto de miedo”. Dirigió un total de ocho partidos con un saldo de siete victorias consecutivas. Inició su ciclo en octubre de 2017 y finalizó a fin de ese año. ¿Por qué? No tiene Licencia UEFA A, la permitida para dirigir al más alto nivel. Permaneció como ayudante, pero la buena relación entablada con los jugadores era un obstáculo para el flamante entrenador y se terminó alejando en abril siguiente.
Cuatro años más tarde, se convirtió en el entrenador más joven de la primera división de Bélgica con el Beerschot. Luego de 15 partidos, arribó al Reims de Francia para ser ayudante del nuevo entrenador, Óscar García. “Llevamos tiempo siguiéndote. ¿Quieres venir a charlar?”, le lanzó el director general. Tiempo atrás, habían asistido a una serie de entrenamientos sin que supiera y los dirigentes quedaron cautivados: “No me lo pensé dos veces y acepté la oferta”.
Luego de un regreso efímero a Bélgica, volvió para tener la misma ocupación en la entidad de la Ligue 1 a partir de la presente temporada, pero su vida daría un vuelco de 180 grados días antes de su cumpleaños número 30. Una victoria en nueve presentaciones y la posibilidad latente del descenso pusieron fin a la estadía de García en el banquillo: “Me dijeron: ‘Óscar se marcha, pero tú no te puedes ir. Queremos que te hagas cargo’. No tenía muchas opciones ni tiempo para pensarlo. Me dijeron que, en principio, sería hasta el Mundial de Qatar”. Debutó, ni más ni menos, con el puntero: “Yo pensaba ‘que no nos metan seis’. Sin embargo, fue la primera vez que el PSG se quedó sin hacer goles en toda la temporada”. El sábado 8 de octubre igualó 0-0 y, en enero último, empató 1-1 en un encuentro que incluyó un eufórico festejo de su autoría por el tanto que marcó tablas sobre el final. Terminó invicto en los dos cruces del torneo doméstico y dejó atrás las cuatro derrotas consecutivas ante el líder del campeonato.
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*La celebración de William Still en el agónico empate de Reims ante PSG
La satisfacción dirigencial causada por los tres triunfos y misma cantidad de empates provocó que se extiendiera el ciclo más allá de la Copa del Mundo. Por cada partido que pasa, Reims debe pagar 25 mil euros porque aún no cuenta con el diploma de entrenador habilitado para este certamen. Recién lo podría tener a mitad de 2023. Esta pérdida, que podría alcanzar una cifra cercana a los 700 mil de la misma moneda al término de la temporada, se respalda en sus números. Ha alcanzado una racha de 15 partidos invicto, producto de 8 victorias y 7 empates. Perdió por primera vez el 8 de febrero pasado en la eliminación ante Toulouse por los octavos de final de la Copa de Francia, mientras que continúa limpio de derrotas en la Ligue 1. Se coloca décimo con 34 puntos, muy alejado de la lucha por la permanencia y a 9 del Rennes, último que clasifica a una copa internacional.
Este club, que llegó a ser subcampeón europeo en 1955 y 1959 cayendo ante el Real Madrid de Alfredo Di Stéfano, y que tuvo entre sus filas a gloriosos delanteros como Just Fontaine o Carlos Bianchi, apunta a recuperar una porción de las mieles de esos éxitos de la mano de William Still. Un entrenador que centra su máximo sueño en dirigir al West Ham, entidad de la que es hincha, y desafía al destino. “Si alguien me hubiera llegado a decir que llegaría a ser entrenador de un equipo de la Ligue 1 a los 30 años, le hubiera dado un puñetazo en la cara”. Evidentemente, se hubiera equivocado.
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