Moscú, 26 nov (EFE).- El ejército ruso y el ucraniano se han intercambiado los papeles, pues el primero está ganando terreno en el Donbás y en el sector nororiental del frente, mientras que el segundo acusa la falta de munición occidental en su contraofensiva en el sur, aunque se mantiene firme en la margen izquierda del río Dniéper.
Todo apunta a que, después de muchos meses, Rusia ha recuperado finalmente la iniciativa en varios sectores del frente. Esto no ocurría desde la toma de Bajmut (Donetsk) en mayo pasado.
Los expertos consideran que Kiev no dispone, a día de hoy, de un ‘kulak’ (‘puño’) -en forma de tropas bien equipadas, tanques y blindados- suficientemente potente como para alcanzar siquiera la plaza fuerte rusa de Tokmak, en la región sureña de Zaporiyia.
El avance ucraniano en la zona se ha visto ralentizado aun más por la llegada del invierno, lo que complica los planes de alcanzar en los próximos meses la costa del mar de Azov.
El ejército ruso habría lanzado esta semana su tercera ofensiva general desde principios de octubre para reducir al mínimo el cuello de botella que permite la llegada de pertrechos y refuerzos, y, de esa forma, cercar Avdivka.
El Estado Mayor ucraniano admitió abiertamente este domingo que Moscú no deja de intensificar su presión sobre Avdivka, donde en las últimas 24 horas los ucranianos rechazaron 23 ataques con un alto coste de vidas y equipos para el enemigo.
Eso sí, debido a las condiciones climáticas y la falta de visibilidad, los ataques incluyen cada vez menos columnas motorizadas y aviones, y más soldados de infantería.
Según el Instituto de Estudio de la Guerra (ISW), la imágenes geolocalizadas confirman avances rusos al norte de Krasnogorivka, a siete kilómetros de Avdivka.
Blogueros afines al Kremlin aseguran que unidades rusas también avanzaron en el polígono industrial -Ribar asegura que las tropas rusas ya controlan totalmente la zona-; en una estación de tren al sureste, en el pueblo de Stepove -a cuatro kilómetros de la ciudad- y cerca de la planta de coque, aunque el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, siglas en inglés) no puede confirmarlo.
Según el parte de guerra ucraniano, los rusos tampoco renuncian a tomar Márinka, más al sur en Donetsk, y también intentan recuperar posiciones en Zaporiyia, especialmente en la localidad de Robotine, bajo control ucraniano.
Las defensas antiaéreas rusas abortaron el domingo un ataque con misiles en el mar de Azov, donde se encuentra el puente que une Crimea con la Rusia continental, objetivo prioritario del ejército ucraniano.
Se trataba de dos cohetes lanzados desde un sistema antiaéreo S-200 contra objetivos terrestres, según explicó el Ministerio de Defensa en un comunicado.
El jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), Vasili Maliuk, aseguró que el puente de Crimea está “condenado” y que los ataques de los últimos meses impiden que funcione como cadena logística del ejército ruso.
“Los drones han demostrado la vulnerabilidad del puente de Crimea, en cuya defensa Rusia invirtió 1.000 millones de dólares. Hemos destruido el mito de que Rusia es invencible (…). Habrá continuación. Tendremos muchas sorpresas”, afirmó.
Las operaciones de sabotaje contra el puente y la propia Crimea se han intensificado según se acerca el décimo aniversario de la anexión rusa de la península, en marzo de 2014.
A falta de éxitos en el frente, el ejército ucraniano lanzó un ataque masivo con drones contra las afueras de la capital rusa y las regiones de Moscú; Tula, famosa por su industria militar; Kaluga; Smolensk y Briansk, que comparte frontera con Ucrania.
Según informó el Ministerio de Defensa ruso, los veinticuatro aparatos no tripulados enemigos fueron derribados por las defensas antiaéreas durante la madrugada y a lo largo de la mañana.
El ataque ucraniano es una represalia por el realizado el sábado por Rusia con 75 drones, la mayoría de los cuales tenían como objetivo Kiev, donde resultaron heridas cinco personas
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, precisó que, durante “el ataque masivo” de hoy, varios drones fueron abatidos en las inmediaciones de la ciudad.
Los drones causaron algunos desperfectos, pero no llegaron a alcanzar el territorio de la urbe, de 13 millones de habitantes.
Con todo, los aeropuertos internacionales de Domodédovo y Vnúkovo, que se encuentran en los alrededores de la capital rusa, tuvieron que suspender provisionalmente las operaciones.
Horas después, Kiev dijo haber abatido ocho de los nueve drones suicidas rusos que martillearon territorio ucraniano.
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