El inmigrante salvadoreño Félix Herrera recuerda estos días más que nunca su llegada a Afganistán como miembro de la reserva de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos para trabajar en la reconstrucción del país en 2002, luego de expulsar del poder a los talibanes.
De aquella estancia hasta el año 2003, Herrera -maestro de escuelas y aún miembro en activo de la Guardia Nacional- extrae los recuerdos más positivos de aquellas misiones, donde él y sus compañeros resultaron ilesos, y llegaron a entablar buena relación con los afganos en las zonas remotas de Afganistán donde estuvo destacado. Aunque siempre se comunicaron con traductores.
Lo más importante enumera es haber trabajado para crear infraestructuras que durante 20 años le dieron esperanzas y sueños de prosperidad al pueblo afgano, pero que con la reconquista de los talibanes del poder en días recientes, todo ha saltado por los aires.
Al hablar con la Voz de América, en Washington DC, este veterano dice que las imágenes que se han difundido estos días, le evocan con nitidez su llegada a Afganistán y puede entender la complejidad de la situación.
No solo de los miles de afganos que intentan salir del país por temores justificados, sino también por las limitantes para los efectivos militares estadounidenses y de las fuerzas internacionales aún desplazados allá para cumplir su trabajo en un entorno tan complicado.
“Ver las imágenes que están pasando ahorita en Afganistán no solamente de la población civil -que es el enfoque de mi trabajo en el ejército- sino también desde el punto de vista de los efectivos militares que están lidiando con los civiles; son cosas que viví y básicamente las imágenes como que traen eso a primer plano en mi mente de mi experiencia, lo difícil que es decidir en un momento tan crítico”, dice Herrera a VOA.
Este reservista agrega que es el pueblo afgano el que sufrirá de manera directa el fin de la presencia militar de la coalición; cuya decisión política de poner fin a la campaña militar de Estados Unidos, unido a este inesperado desenlace, ha generado opiniones encontradas.
En febrero de 2020 la administración del expresidente Donald Trump firmó un acuerdo de paz con el Talibán para poner fin al derramamiento de sangre en Afganistán y permitir que la salida de las tropas estadounidense.
El reservista Félix Herrera argumenta que hasta el contenido noticioso que se genera desde Afganistán estos días se utiliza para fomentar la controversia en Estados Unidos. “Cuando la prensa toma una fotografía, no cuenta la historia completa de todo lo que está pasando y se presta a propaganda o utilización tendenciosa de la situación”, agrega.
Estados Unidos ante la urgente salida
Estados Unidos aún mantiene unos 5.000 efectivos militares en aquel país –cantidad reforzada luego de llegar a niveles mínimos a finales de 2020- con los que se echa mano estos días para trabajar en la evacuación de colaboradores que durante 20 años trabajaron con las fuerzas ocupantes.
El asesor de seguridad de la Casa Blanca, Jake Sullivan ha dicho a la prensa que la administración del presidente Joe Biden podría garantizar evacuaciones continuas y de manera segura hasta después de finales de agosto.
“Lo que estamos haciendo, cada minuto de cada hora de cada día, es trabajar para crear un paso seguro para todos los civiles, incluidos los afganos que trabajaron para nosotros, llevarlos al aeropuerto para subirlos a los aviones y sacarlos”, dijo Sullivan a CNN.
El alto funcionario de la Casa Blanca asegurado que han establecido comunicación con todos los eventuales evacuados que todavía no habían llegado a la Terminal aérea en Kabul.
“El objetivo aquí es trasladar a las personas de la manera más rápida, segura y eficiente posible. No vamos a descansar hasta que hayamos cumplido con la obtención de visas para todas esas personas, subirlas a los aviones y sacarlas del país”, reiteró el funcionario.
Un informe del Congreso señala que hasta finales del año pasado había en Afganistán más de 7.800 ciudadanos estadounidenses como contratistas privados de compañías de seguridad.
Durante el cuarto trimestre del año fiscal 2020, el Comando Central de las Fuerzas Armadas de EE. UU. (CentCom) informó de “aproximadamente 44.000 contratistas” que trabajan para el Departamento de Defensa en de “su área de responsabilidad”, que incluye Afganistán, Siria e Irak”, según el informe del Congreso.
La rápida caída de gobierno civil de Afganistán, consolidado tras el asalto a Kabul el 15 de agosto, ha generado una escalada de reacciones políticas y conmoción en todo el mundo.
Félix Herrera, luego de ver el desenlace, dice que guarda entre sus recuerdos el haber contribuido en Afganistán -junto con sus compañeros reservistas- al trabajar para hacer pozos, construir escuelas y crear infraestructuras que dieron otra cara al pueblo afgano después de la primera era de los talibanes.
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