“Durante años no quise que me hablaran de la serie que me llevó a la fama. Reconozco que esas 8 temporadas cambiaron mi vida y que, luego de su éxito mundial, pude tocar blues -mi verdadera pasión- en países que ni siquiera sabía que existían, siempre con la condición de que nadie me insinuara volver a estar en la piel de Dr House por algo muy sencillo: había perdido toda motivación. Pero a raíz de los sucesos ocurridos en las últimas semanas en Argentina, tras la crisis cambiaria que sacó a flote a los miserables de siempre, agazapados esperando la caída del que será el primer presidente no peronista capaz de terminar su mandato, mientras empresarios e industriales que vivieron toda la vida del Estado intentaban resucitar cadáveres políticos para su provecho, a la vez que mercenarios operaban en las redes sociales, en conjunto con militantes políticos capaces de morir incendiados con tal de ver el país en llamas, me convencieron de que era hora de volver a la TV”.
Hugh Laurie, el galardonado actor que se metió en la piel de uno de los personajes más cínicos y crueles de la televisión, nos recibió en su amplio departamento ubicado en pleno centro de Londres con vista al Palacio de Buckingham, en vísperas de una nueva Boda Real. Luego de servirnos un escocés sin hielo, se acomodó en el piano y comenzó a tocar una melodía de Piazzolla. “Argentina es un país de contrastes. Por un lado se palpa la miseria en las calles y, por el otro, la gente desborda los teatros de la calle corrientes y los restaurantes hasta altas horas de la noche. Es el país donde surgió la segunda liga de Fútbol más antigua del mundo luego de la inglesa, el Rugby sigue siendo amateur y son los nº1 en el deporte de los Reyes: el Polo”. Está claro que Hugh disfruta nuestro país, el que conoce como pocos. “Cuando estas últimas tres semanas vi a peronistas endemoniados, el modus operandi extorsivo de la corporación judicial y a muchos de los cronistas de la realidad darse vuelta como una media, me llevó a revisar las 8 temporadas de Dr House, donde logré entender que era un principiante”.
¿Qué se puede esperar de un país que lleva 72 años venerando a un militar que le rindió culto a la mayoría de los dictadores de su época, mientras ponía en marcha medidas populistas que le aseguraran el voto de los desposeídos?. Esa extraña mezcla de aspirar a lo europeo mientras fueron creciendo las villas de emergencia en el conurbano bonaerense, dieron como resultado una sociedad injusta -sobre todo intolerante- que sólo sabe comunicarse a los gritos, desautorizar la palabra del otro y, a partir de eso, generar caos en el medio de tanta ansiedad por resolver todo en un minuto. “Lo de estas semanas fue el colmo del cinismo. Volver a ver Cavallo en la televisión, como si nada, relatando experiencias que recuerdan tiempos turbulentos, mientras los medios tendeciosos vaticinaban una guerra civil, era como estar viendo un capítulo mío donde Psicopateo a una paciente sin ninguna enfermedad, asegurándole que lo suyo no tiene cura, mientras le muestro la ventana abierta por si quiere tirarse al vacío. Ya sabemos que la Argentina tiene una vocación natural por el lamento, pero de ahí a generar caos las 24hs del día, me superó a mí mismo, que soy experto en operaciones y dar malas noticias. Por eso decidí hacer la 9º temporada de Dr House en Argentina. Acá tengo la historia que tanto buscaba”.
Entre sorbos del exquisito Single Malt y los acordes de un Piazzolla elegantemente ejecutado, le preguntamos intrigados acerca de la trama de esta nueva temporada. Muy amable, nos aclara que tiene prohibido contar detalles por cuestiones de confidencialidad -como era de esperar- aunque adelantó que “vamos a filmar en un hospital público, donde falta el instrumental, las gasas, el alcohol en gel, no hay camas disponibles, la guardia desborda de gente que no vive en este país pero se viene a atender de manera gratuita y las prepagas no cubren ni el 20% de lo que le cobran a los afiliados”. Como buen anfitrión, está en cada detalle. Así que nos ofrece Fish and Chips, que aceptamos con gusto por tratarse de un clásico de la cocina inglesa y, además, estamos muertos de hambre. Mientras pica con nosotros, nos cuenta entusiasmado: “La serie comienza en un quirófano, en el momento en que estamos por operar y, cuando estoy por cortar con el bisturí, entra un delegado gremial que frena todo por más que el paciente está al borde de la muerte, alegando que nadie moverá un dedo hasta que no arreglen las paritarias para que las enfermeras y los médicos cobren un salario digno. La tensión es tal, que me obliga a sentarme a negociar ya que hay una vida en juego. El más vivo de todos dice que hará una excepción porque son fans de la serie y se lleva 100 mil razones en un sobre, entonces logramos salvar una vida. Más que eso no les puedo contar”.
Duele ver nuestras miserias a través de una producción internacional. Aunque el problema no es la serie, sino quienes sufren esto en la vida real todos los días. Debe ser tan evidente nuestra cara, que luego del adelanto de cómo será la 9º temporada, intenta aflojar el ambiente. “Argentina es un país maravilloso. Entiendo la vergüenza de saber que muchos de los corruptos no sólo no están en la cárcel sino operando para que todo explote, cuando ellos mismos llevaron a que esto suceda. Pero esta gente a la que ustedes tanto detestan no la eligió el espíritu santo, muchachos. Alguien los votó y los volvió a votar. Alguien miró para otro lado mientras este sistema corrupto crecía como una bola de nieve, así que háganse cargo”. Lo de Hugh Laurie puede sonar cruel, pero es sincero. Después de todo, lo cuenta quien convivió con un dolor profundo y, en el medio de esa gangrena que le carcomía la pierna, maltrataba a todos los que tenía a su alrededor. Interesante metáfora de nuestros gobernantes, quienes disfrutan del sufrimiento de la gente, en una absoluta desconexión con la realidad.
Sorprendidos por el nivel de detalle con que conoce la escena política argentina, le preguntamos si algún actor local formará parte de la tan esperada vuelta de Dr House a la pantalla. Nos sorprende con un nombre inesperado: “Javier Milei”. Se ve que lo miramos tan sorprendidos, que vuelve a la carga: “Si, claro, Milei, el economista. Tiene ese toque de locura, esas ganas de ser famoso a cualquier costo, que da perfecto con el perfil egocéntrico que busco para esta temporada donde hay que operar con cuchillo”. De golpe suena el celular, se disculpa y atiende: “Hola Adrián”. Tapa el teléfono con la mano como para que no se escuche y nos dice en voz baja “es Adrián Suar”. Nos miramos alucinados. “Si chueco, contame ¿Que el dólar superó los 25 pesos y ahora te cuesta un huevo la serie? Problema tuyo, empezamos la semana que viene. Te mando un abrazo”. Corte a primer plano de Hugh Laurie sonriendo a cámara. Imprime.
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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