Raúl Rizzo cree que la diferencia que Alberto Fernández le sacó a Mauricio Macri “empaña” su triunfo: “No tendrá la solidez que uno creía”

Consumado el triunfo de Alberto Fernández, Raúl Rizzo no experimentó una sola sensación, sino más bien “un par”, según confiesa. Son las mismas que todavía conserva. “Primero alegría, sin ninguna duda -dice, en una emoción que resultaba esperable-. Todo el mundo sabe que yo quería eso”. Pero vino entonces la “sorpresa”. Y fue “mucha”. Aquella, según el actor, es general: los ocho puntos (48,03% contra 40,44%) que terminaron distanciando al candidato del Frente de Todos de su competidor, Mauricio Macri, cuando las horas previas se vislumbraba un margen superario. Y que al fin, Rizzo entiende que “empaña” la victoria del peronismo, sumergiéndolo en otro sentimiento: la “preocupación”.

“Todas las encuestas, con el antecedentes de las PASO, daban una diferencia mucho mayor de Alberto con Macri. De pronto esto no sucede: se achica. En un determinando momento informan de cinco puntos, y esto era muy lejano a lo que todas las encuestas habían pronosticado. Ahora me llega un (mensaje de) WhatsApp: hubo anormalidades bastante pronunciadas. No sé si es cierto… -advierte Rizzo-. Cuando venga el escrutinio definitivo ahí aparecerá la cifra real de la elección. Y esto no es cualquier cosa: modificará la conformación de la Cámara de Diputados, por ejemplo”.

—Pero además, esta diferencia menor a la esperada, ¿los deja posicionados de una manera distinta tanto a Fernández como a Macri?

—Precisamente. Frente a la enorme situación que va a encontrar, y la responsabilidad que tendrá en su gestión de Presidente, con un país que está devastado, una cosa es tener un porcentaje mucho más alto de votos, y otra es tener a la oposición, que es la que generó esta situación, con un 40% del electorado que la apoya. Queda bien parada la oposición, y no es tan sólida la del que va a gobernar. En ese sentido, es una situación bastante delicada. ¿De dónde vinieron esos votos, de golpe, para el Gobierno? ¿De dónde salieron?

—¿Usted qué cree que terminó pasando?

—Siempre hubo dudas de la (empresa) Smartmatic. La oposición muchas veces pidió información al Ministerio del Interior, que se negó. Hubo una serie de anormalidades que ya habían ocurrido en las PASO y volvieron a ocurrir ahora. Frente a un resultado positivo, uno tiene derecho a pensar sobre alguna irregularidad. Esperemos que el escrutinio definitivo lo confirme, con un conteo real y riguroso, o que aparezca la verdad. Yo que tengo son sospechas: no tengo ninguna prueba. Y como simple ciudadano, necesito certezas.

—¿No hace una lectura política…?

—(Interrumpe) Hago una lectura política; por eso mis sospechas.

—Sí, pero digo: ese porcentaje, ¿pudo haber aumentado por el voto anti Cristina, como muchos especulan?

—No, ya está… Ese voto ya estaba dado en un 32, 34%. Es una excusa poco creíble, como cuando el jueves pasado aparecieron de nuevo los cuadernos… Se apelan a cocas remanidas; la gente ya no lo cree. Lo real es que este resultado sorprende máxime teniendo en cuenta un dato: apenas terminaron las PASO el dolar se dispara, la inflación llega a niveles altísimos y la situación de la gente se agraba mucho más.

—No hay motivos para que Macri…

—¡Ninguno! ¡La elección para él debería haber sido peor! La gente está mucho peor. Ningún motivo habilita a que se lo votara más; al contrario, se lo debería haber votado menos. Porque sino voy a tener que pensar que hay un sector del pueblo argentino que se pega tiros en los pies, directamente. Y no creo que haya ese grado de masoquismo.

—¿Le preocupa esta situación?

—Sí, porque tenemos un país destrozado. En cuatro años lo aniquilaron. Criticaron el cepo de una manera feroz, se vanagloriaron de haberlo levantado, y ahora están con el cepo.

—¿Cómo vio la convocatoria de Macri a Alberto para desayunar el día posterior a las elecciones?

—Me resultó sospechosa. No le creí nada. Se lo impusieron desde algún centro de poder como muchas cosas de las que hace este presidente, y se puso en simpático, en amable, para terminar con un 40% de respaldo y con una actitud muy democrática. No le creo absolutamente nada. Es parte más del cinismo y la mentira con la que Macri se manejó siempre, desde que empezó.

—Esta diferencia en los números, ¿empañó la alegría?

—Sí, sí, tal cual. Porque uno dice: menos diputados, la solidez que uno creía que (Alberto Fernández) iba a tener para enfrentar una situación tan grave no es tal, en estos días. Esa es una realidad.

—Con este cambio en la gestión, ¿la grieta entre los actores encontrará una conciliación o crecerá el enfrentamiento?

—No me lo pise a pensar… Pero probablemente, por un tiempo se van a aquietar las aguas. Y además, la necesidad de trabajar hace que algunas cosas se dejen de lado. Hoy el laburo escasea bastante en nuestro medio, especialmente el de tevé, y te toca compartir trabajo con alguien con quien no compartís el ideario, ¡vas a hacerlo! No vas a dejar un trabajo por esa cuestión. Nos llevaremos lo mejor que podamos. Y nos tenemos que unir, porque a veces hay situaciones de determinados empresarios que nos afectan.

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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS