Fue en enero de 2016 cuando, después de dos fugas espectaculares e improbables, se reportó la última y definitiva captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el ex cabecilla del Cártel de Sinaloa que llegó a ser el hombre más buscado en el hemisferio occidental.
Anteriormente, el miembro del Cártel de Sinaloa ya se había escapado dos veces de prisión: la primera fue en 2001 de la cárcel de Puente Grande, en Jalisco. Posteriormente, en 2014, fue recapturado en Mazatlán, Sinaloa. Tras pasar 17 meses recluido, logró otra vez su cometido y a través de un túnel se fugó del penal de El Altiplano en el Estado de México.
El 12 de febrero de 2019, un jurado lo declaró culpable por narcotráfico. Sin embargo, su sentencia le llegó cinco meses más tarde: condena a cadena perpetua en una prisión federal de Estados Unidos, sin posibilidad de libertad condicional, por su culpabilidad en 10 cargos de narcotráfico.
El 19 de julio de 2019 la prisión federal ADX Florence o “Alcatraz de las Rocosas” se convirtió en el nuevo hogar del narcotraficante, donde se ha quejado por los “malos tratos” que ahí recibe.
Sin embargo, pese a que ya pasaron cinco años desde que “El Chapo” fue extraditado al país vecino del norte, el narcotraficante más famoso de México sigue dando de qué hablar.
Mariel Colón Miro, uno de los abogados de Guzmán Loera, en entrevista para Business Insider, dijo cuál es la opinión del capo respecto al problema del narcotráfico, las soluciones para erradicarlo y quiénes son, a juicio del propio Joaquín Guzmán Loera, los verdaderos culpables.
“Durante años, las autoridades han encerrado a estos presuntos líderes, pero no está sirviendo de nada. Sin embargo, si se persigue a los políticos que están permitiendo que esto ocurra, es una cosa diferente. Eso es lo que él ha expresado antes. Eso es lo que piensa”, declaró Colón al medio estadounidense.
Según Colón Miro, Guzmán Loera se considera a sí mismo como un “juguete” político de los gobiernos de México y Estados Unidos. “Siempre ha sido solo política”, agregó.
“Bien no la está pasando”
En septiembre de 2021 el narcotraficante hizo llegar una declaración jurada, escrita en primera a persona, al fiscal general Merrick Garland, al director del Buró de Prisiones (BOP), Michael Carvajal, y a funcionarios del penal ADX Florence.
En la misiva, el narcotraficante mexicano señaló que a tres años de su encierro en la prisión conocida como La Alcatraz de las Rocosas sufría de depresión, hambre, trastornos del sueño, dolores de cabeza, pérdida de la memoria, calambres musculares y estrés.
“El Chapo” se quejó de que el trato que ahí recibe es “cruel e injusto”, además de que “ha sufrido mucho” porque le sirven poca comida y usualmente se queda con hambre.
También dijo que ahora está bajo “revisiones constantes dentro de su celda, cámaras de vigilancia hasta en el sitio en donde conversa con sus defensores legales y un análisis minucioso de las cartas que ha escrito, son algunas de las medidas que toma el gobierno para evitar que se fugue”.
Dos años antes, en 2019, Colón ya le había dicho a Univisión, después de que le preguntaran cómo se encontraba su cliente en prisión, cuál era el estado de Guzmán: Bien no la está pasando”.
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