Si los forenses cavan en el jardín de la casa de Jorge De Marco, encontrarán huesos. Durante años, De Marco enterró allí a los animales que rescataba, cuando morían, usualmente por su vejez. Regaba el pasto y los nombraba cada mañana, uno por uno.
Ayer por la tarde, su cadáver fue hallado en su habitación, atado de pies y manos. La autopsia al cuerpo comenzó hoy por la mañana en la Morgue Judicial de San Fernando, poco después de las 10. Su última pareja, la abogada Susana Dascalaky, aguardaba allí.
“Ese era su ritual”, le dice a Infobae: “Regar sus plantas y nombrar a los perros que salvó”.
Dascalaky es una referente de los derechos de los animales en Argentina. Durante años, integró el Centro de Prevención de Crueldad al Animal, que De Marco mismo fundó y presidió, hasta que tuvo que dejarle el puesto a su pareja, a causa de una EPOC. “Fumaba mucho, tuvo un desmayo por estrés”, recuerda la abogada: “La vida del rescatista de animales es así, tiene esos momentos”. Al momento del crimen, De Marco tenía en su casa a dos gatas que había recuperado semanas atrás, “una de una familia que había muerto y otra de la villa La Cava, una bebé”, completa: “Por suerte, nos las pudimos llevar”.
En su habitación, el empresario también tenía su arma: era instructor de tiro, iba semanalmente a practicar al Tiro Federal, un hobby que cultivaba desde su juventud. Allí, desalentaba a otros en el polígono a que dejen la caza. Odiaba ver publicidades de escopetas en revistas deportivas, patos y ciervos muertos colgados de las patas.
De Marco y la abogada habían sido pareja durante trece años. Dascalaky podría presentarse como querellante en el expediente a cargo de la fiscal Carolina Asprella, que investiga un homicidio en ocasión de robo.
“No sé si voy a hacerlo”, dice la letrada: “Todavía estoy en shock. No sé si me voy a presentar. No puedo asimilarlo. Todos en San Isidro lo reconocen como un protector de los animales. La gente me para en la calle. Nació acá, en el centro de San Isidro. Todos me dicen: ‘Me adoptó una perrita’, ‘me pagó la veterinaria, el alimento’. No puedo asimilar que no está. Hizo tanto por el derecho animal en Argentina. Estoy confiada de que todos los animales que él rescató lo estaban esperando del otro lado del arco iris. Es mi consuelo”.
El CPCA era una clave en la red de apoyo para rescate de mascotas y caballos maltratados. Comenzó como una simple organización dedicada a la castración para avanzar en el apoyo jurídico en diversas causas: Dacalasky se sumó en 2009, con los abogados Gerardo Biglia e Ivalú Turnes. Fue también clave en la militancia para convertir al Zoo de Buenos Aires en el actual Ecoparque. De Marco llevó su activismo al Congreso, para oponerse a proyectos de ley que afectaban a los animales. Tenía, incluso, un uniforme de patrulla, azul marino, con insignias del CPCA.
En las Fiestas, en la madrugada del 24 y el 31, salía con la camioneta para buscar perros heridos por la pirotecnia. En cierta forma, salía de patrullaje.
“En 2006, Jorge vio la necesidad de empezar a castrar a los animales que encontraba abandonados, para recuperarlos y darlos en adopción. La mejor manera era de hacerlo era través de una ONG, así fundó el Centro de Prevención. Empezó levantando perros en la camioneta que la gente abandonaba o atropellaba en la Panamericana. Iba a los refugios en el interior a hacer campañas. Decía que había que presentarse en las causas, así empezó a hablar con distintos abogados”, rememora Dascalaky.
“Lo conocí en 2009. Así, me invitó a ser parte de su ONG”. Empezaron su relación tres años después.
Su última aparición pública fue en mayo de 2016, cuando Steven Wise, abogado y una de las figuras principales del activismo jurídico por los derechos de los animales en Estados Unidos, autor de libros como Unlocking The Cage, realizó una presentación en la Legislatura porteña y el Congreso. Dascalaky fue parte de uno de los paneles de discusión.
La investigación de la fiscal Asprella continúa con el relevo de cámaras. Lo que diga la autopsia será esencial. El cuerpo de De Marco evidenciaba golpes, pero ninguno lo suficientemente fuerte como para ser, a simple vista, causa de su muerte.
Dascalaky cree, tal como la fiscal, que su pareja fue víctima de un robo, que no llegó a tomar su arma para defenderse. No habla de enemigos, de una venganza, de un botín especial.
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