¿Qué son las Islas de Calor Urbanas y como nos afectan en la temperatura de la Ciudad?

Habitante de la ciudad de México aplacan el calor en las fuentes de los espacios públicos. (Foto: Especial)
Habitante de la ciudad de México aplacan el calor en las fuentes de los espacios públicos. (Foto: Especial)

Las olas de calor se han vuelto una cosa cada vez más común en los últimos años debido a la actual crisis climática que se vive a nivel mundial, y a otros factores medioambientales como el Efecto de El Niño, pero, pese a que en toda la República Mexicana este efecto climático ha impactado, en específico en las ciudades pareciera que es mucho más intenso, y esto se debe al efecto provocado por las denominadas Islas de Calor Urbanas.

Las Islas de Calor Urbanas son un fenómeno que se caracteriza por temperaturas más elevadas en zonas urbanas en comparación con las áreas rurales circundantes. Dicho incremento de la temperatura se debe a la modificación de la superficie natural por asfalto, edificios y otras infraestructuras que absorben y retienen el calor. Además, las actividades humanas, como la industria y el transporte, también contribuyen a la generación de calor adicional.

Este fenómeno puede afectar significativamente el clima local, incrementando el uso de energía para refrigeración, elevando las emisiones de contaminantes y gases de efecto invernadero, y afectando la calidad de vida y la salud de los habitantes urbanos.

Isla de Calor Urbano
Este efecto se da por el tipo de suelo que las ciudades emplean en su construcción, entre otros factores. Crédito: X/@MissAtomicF

Las altas temperaturas ligadas a esta anomalía climática pueden provocar varios riesgos a la salud, especialmente durante los períodos de altas temperaturas. Entre los riesgos más significativos se encuentran:

Golpes de calor y agotamiento por calor: el aumento de las temperaturas puede llevar a condiciones peligrosas como el golpe de calor, una condición potencialmente mortal, y el agotamiento por calor, que se manifiesta con síntomas como debilidad, mareos y deshidratación.

Agravamiento de enfermedades crónicas: las condiciones cálidas extremas pueden empeorar enfermedades crónicas, especialmente en personas con problemas cardiovasculares, respiratorios y diabetes, incrementando el riesgo de complicaciones y hospitalizaciones.

Calidad del aire: las altas temperaturas pueden incrementar la concentración de contaminantes y ozono a nivel del suelo, empeorando la calidad del aire. Esto puede provocar o agravar problemas respiratorios, como el asma y enfermedades pulmonares obstructivas crónicas.

Problemas de salud mental: el estrés causado por el calor excesivo también puede afectar la salud mental, contribuyendo a la ansiedad, el estrés y otros trastornos mentales.

La prevención de estos riesgos implica medidas de mitigación para reducir el efecto de las islas de calor, así como acciones de salud pública para proteger a las poblaciones vulnerables durante olas de calor, incluyendo el acceso a espacios refrigerados y campañas de hidratación y concienciación.

Imagen de archivo. Miembros de Protección Civil entregan botellas de agua fría durante una ola de calor, en Monterrey, México, 9 de mayo de 2024. REUTERS/Daniel Becerril
Imagen de archivo. Miembros de Protección Civil entregan botellas de agua fría durante una ola de calor, en Monterrey, México, 9 de mayo de 2024. REUTERS/Daniel Becerril (Daniel Becerril/)

¿Cómo combatir este efecto en las ciudades?

La mitigación de las Islas de Calor se puede abordar mediante la implementación de diversas políticas y medidas a favor del medio ambiente, para lograr que las ciudades sean un lugar más habitable para las poblaciones. Para revertir el efecto de las Islas de Calor Urbano se pueden implementar varias estrategias, entre las que se incluyen:

Plantación de árboles y vegetación: Los árboles y las áreas verdes pueden reducir las temperaturas en las áreas urbanas al proporcionar sombra y liberar agua al aire a través de la transpiración.

Techos verdes y jardines verticales: Instalar vegetación en los techos y paredes de los edificios no solo aísla térmicamente las construcciones, reduciendo la necesidad de climatización, sino también absorbe dióxido de carbono.

Pavimentos reflectantes y permeables: Utilizar materiales con altas propiedades reflectantes y permeables en pavimentos y techos puede disminuir la absorción de calor, contribuyendo a menores temperaturas urbanas.

Mejorar la eficiencia energética: La implementación de políticas y tecnologías energéticas eficientes en edificios reduce el consumo de energía y la producción de calor asociada a acondicionadores de aire y otros sistemas.

Incrementar el uso de energías renovables: La promoción y el uso de energías renovables, como la solar y eólica, para la producción de energía ayudan a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la dependencia de combustibles fósiles.

Planificación urbana y diseño arquitectónico: Integrar criterios de planificación y diseño urbano que consideren la orientación de las edificaciones, el uso de materiales reflectantes y la creación de corredores verdes, puede contribuir a la reducción de las temperaturas urbanas.

Creación de espacios públicos con sombra: Desarrollar plazas, parques y otros espacios públicos con suficiente vegetación y áreas sombreadas promueve el esparcimiento en entornos más frescos.

Implementar estas estrategias requiere un enfoque integrado que involucre a gobiernos locales, desarrolladores urbanos, comunidades y entidades privadas. La colaboración y la inversión en infraestructura verde y tecnologías sostenibles son clave para mitigar los efectos de las islas de calor urbano y mejorar la calidad de vida en las ciudades.


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