En política, el enojo siempre termina en involución. Y puede ser tan nefasto como la corrupción, motor de tal enojo. Sus consecuencias dañan a las sociedades de igual manera. Brasil hoy es un ejemplo de ello. La corrupción y el enojo destruyen por igual la dignidad de las sociedades, es una afrenta a ellas. Jair Bolsonaro, con el fusil de sus conceptos, por ahora, destruye y esclaviza a las minorías que pueblan ese país. En Brasil el fracaso no es de la democracia, es del valor de lo humano, de la consideración del otro como un semejante. Lo significativo que ocurrió el domingo en Brasil no es Bolsonaro, sino los millones de personas que se creen una raza superior. Estamos a un paso de que esa sociedad se encamine a repensar la esclavitud. De ver en negros, mujeres, homosexuales, discapacitados, descartes de una sociedad que no los merece.
Argentina ha tenido una educación vasta y esparcida sobre su sociedad. No obstante, ya hemos tenido Bolsonaros. La pregunta es por qué repetirlo. Creíamos haber vivido todo en Argentina. El robustecimiento de las instituciones, su destrucción. El ensanchamiento de la clase media y su declive. La previsibilidad económica, la inseguridad económica. Ser un país con moral y valores, a ser permisivo de la corrupción y del todo vale. Con presidentes formados y con visión estratégica a improvisados y miopes.
Consultando a economistas avezados sobre si es posible que el Gobierno argentino cumpla con lo acordado con el FMI, la respuesta casi al unísono fue que sí, desde lo económico. Mis fuentes tuvieron absoluta incertidumbre sobre cuál será la reacción social. Una de ellas recordó que en Corrientes fue suficiente la suba del boleto urbano para que se produzca el viborazo.
Desde lo económico también se monitorea al dólar. El FMI quiere un dólar pegado al piso de la banda de flotación, por eso las altas tasas de interés. Pero el mercado ya no toleró el atraso cambiario y lo hizo saber, podría entonces provocar una nueva suba del valor del dólar.
En lo político, si el peronismo persiste en la actitud de priorizar la ambición al proyecto, es decir todos juntitos, lo más probable es que el 2019 encuentre a un Mauricio Macri reelecto sin plan o con el indicado por el FMI, aferrado a la doctrina duranbarbista que dice “lo importante es durar”.
La oposición al actual Gobierno desperdició una oportunidad histórica de analizar quirúrgicamente el presupuesto 2019, para evaluar cada partida y ver si, como plantea el BID, hay siete puntos del PBI improductivos. En cambio, una vez más su aprobación resultó un canje por quórum y votos. El canje consistió en parte con 380 millones de pesos para municipios de San Luis que habilitaron el quórum; 400 millones de pesos a Catamarca y 300 millones de pesos a Santiago del Estero para viviendas, 800 millones de pesos para agua potable y alcantarillas para Chubut. Es solo una muestra del total de: 3373 millones de pesos para obras que llegó también a otras provincias.
Esta situación devela el nivel de precariedad en el que algunos distritos se encuentran en infraestructura, en un país devastado por la mala praxis política. El Senado, de donde saldrá seguramente la aprobación, al menos está evaluando cambios en algunos puntos clave, por ejemplo, bienes personales. Sería loable escuchar el consejo de especialistas sobre la necesidad de aplicar el ajuste por inflación a los balances contables, dado que si no, como dice el tributarista César Litvin: “Aconsejamos la judicialización porque una ganancia mal medida genera un impuesto confiscatorio”.
Antes estas actitudes políticas, ¿cómo esperar que en la campaña electoral del 2019 los candidatos traten con eficiencia los grandes temas y propongan soluciones a los grandes problemas si con el presupuesto 2019 no lo hicieron?
Esta semana la CGT analiza si realizará o no un nuevo paro de 36 horas como bienvenida a la reunión del G20. Para que se disipe, se le pide al Gobierno un bono de tres mil pesos por decreto y un aumento de emergencia para los jubilados con haberes mínimos.
Política en Santa Fe
Se conoció un borrador con el calendario electoral de Santa Fe: 14 de abril las PASO y 16 de junio la general.
Las primeras reacciones a la media sanción del presupuesto nacional 2019 en Santa Fe derivó en: el gobernador Lifschitz denunciará a nación por el incumpliendo del dictamen de la Corte sobre el pago de la deuda a esta provincia; la Cámara de Diputados de la provincia dio media sanción a la suba de ingresos brutos a cerealeras y del impuesto inmobiliario a los locales de entidades bancarias, para palear la disminución de subsidio al transporte. El senador provincial Danilo Capitani me decía: “No estamos de acuerdo, tenemos que ser prudentes. Todo este tipo de aumentos de impuestos termina pagándolo la gente, las empresas lo trasladan a precios“.
Otra de las consecuencias es la no aprobación del presupuesto nacional, de la senadora María de los Ángeles Sacnun, quien manifestó: “Es un presupuesto que destina el 48% al pago de los intereses de la deuda”. Y el senador Perotti, quien, por su parte, dijo: “No tengo una sola razón para votarlo, discrimina brutalmente a Santa Fe”.
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
Sé el primero en comentar en"Presupuesto 2019: la oposición desperdició una oportunidad histórica"