El presidente iraní, Ebrahim Raisi, prometió el jueves intensificar su lucha contra el covid-19 y mejorar la economía, asegurando que la situación actual “no es digna” del país, en un discurso tras la primera reunión de su gobierno.
“La situación actual del país no es digna de la gran nación iraní, debe cambiar absolutamente”, dijo Raisi, estimando que “el país está seriamente retrasado” en algunos sectores.
El presidente ultraconservador ofreció este discurso un día después de que el Parlamento ratificara 18 de los 19 ministros de su propuesta de gobierno.
La prioridad de su ejecutivo será luchar contra la propagación de la epidemia y contra la inflación para “mejorar los medios de subsistencia de la población”, dijo.
Raisi fue elegido el 18 de junio en unas elecciones marcadas por una abstención récord y por la escasez de competidores de enjundia, la mayoría inhabilitados previamente por las autoridades.
Su elección fortalece el poder de los conservadores en este país, asfixiado por las sanciones restablecidas por Estados Unidas tras abandonar unilateralmente en 2018 el acuerdo internacional sobre la energía nuclear iraní cerrado en Viena tres años antes.
La crisis económica se agravó por la pandemia del coronavirus, siendo Irán el país más castigado de la región.
Según datos oficiales, menos de 6,5 millones de sus 83 millones de habitantes han recibido la pauta completa de vacunación.
Raisi prometió aumentar las importaciones de dosis y acelerar la producción de vacunas locales que, según el presidente, son “necesarias, pero no son suficientes”.
Teherán asegura que las sanciones estadounidenses le dificultan la adquisición internacional de vacunas.
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