Antonio López de Santa Anna pasó a la historia de México como el personaje que vendió la mitad del territorio nacional a Estados Unidos después de la firma del tratado de Guadalupe-Hidalgo el 2 de febrero de 1848.
California, Arizona, Nevada, Utah, parte de Colorado, Nuevo México y Wyoming pasaron a ser territorio de Estados Unidos en uno de los momentos más críticos para el país.
Sin embargo, lo que no se precisa de manera contundente en los libros de historia es que Santa Anna no fue quien firmó dicho tratado, sino el entonces presidente Manuel de la Peña y Peña, el cual hizo público el documento hasta el 7 de mayo de 1848.
El tratado de Guadalupe-Hidalgo estipulaba el fin a la guerra entre Estados Unidos y México, así como también que este último cedía el 55% de sus tierras.
Estados Unidos le pagó a México 15,000,000 millones de pesos “en consideración de la extensión adquirida en sus fronteras”.
Los negociadores que estuvieron a cargo por parte de México fueron José Bernardo Couto, Luis G. Cuevas y Miguel Atristain; Nicholas P. Ttrist fungió como representante y negociador del gobierno estadounidense.
Tras la firma de los tratados de Guadalupe- Hidalgo, el ex presidente de la Peña y Peña expresó ante el Congreso de la Unión lo siguiente:
“El que quiera calificar de deshonroso el Tratado de Guadalupe por la extensión del territorio cedido, no resolverá nunca cómo podrá terminarse una guerra desgraciada...Los territorios que se han cedido por el Tratado no se pierden por la suma de quince millones de pesos, sino por recobrar nuestros puertos, por la cesación definitiva de toda clase de males, de todo género de horrores, por consolar a multitud de familias… Demasiado sentimos ya la desorganización social, la inseguridad de las poblaciones y caminos, la paralización de todos los ramos de riqueza pública y la miseria general”.
El conflicto armado entre Estados Unidos y México comenzó después de que Texas, aún siendo parte de México, se proclamara independiente el 1 de marzo de 1836. En marzo de 1845, la República de Texas se anexó a Estados Unidos.
Se dice que la independencia de Texas fue consecuencia de la administración de Santa Anna, sin embargo, no se comprometió a nada más que a gestionar que el gobierno mexicano recibiera una comisión texana para negociar la independencia de ese territorio; nunca lo reconoció como independiente.
Por otra parte, el gobierno norteamericano ofreció pagar la supuesta deuda mexicana a colonos estadounidenses, si México permitía que los norteamericanos compraran los territorios de la Alta California y Nuevo México. México se negó.
Ante la postura de México, el presidente James Folk declaró la guerra contra México en 1846.
“La bandera de Estados Unidos fue izada sobre Palacio Nacional. Su ejército ocupó la Ciudad de México del 14 de septiembre de 1847 al 12 de junio de 1848… Con la presencia del ejército invasor, el paisaje urbano de la capital del país cambió radicalmente” escribió Alejandro Rosas en su libro Érase una vez México.
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