Desde las primeras horas del día se denominó como lunes negro al 5 de agosto, debido a los problemas financieros que se han presentado en la mayor parte de las Bolsas de Valores alrededor del mundo y México no ha estado excepto a los cambios del mercado internacional.
En todas las redes sociales se volvió tendencia dicho nombre, así como su variante en inglés Black Monday; sin embargo, no es la primera vez que es utilizado. Se trata de un término usado por los analistas financieros y economistas para explicar caídas inesperadas en la economía mundial.
De acuerdo a lo que se explica en diversas fuentes académicas, la caída de las bolsas de valores afectan directamente a las monedas nacionales en relación con el precio del dólar; no obstante, pese a que podría parecer que la divisa estadounidense se podría ver beneficiado, la realidad es que los expertos apuntan a que se podría dar una recesión económica, lo cual impactará en muchísimas naciones más.
Desplome en las bolsas mundiales genera preocupación por posible recesión en Estados Unidos
Todo comenzó cuando el índice Nikkei —la bolsa de valores de Japón— de Tokio lideró el desplome con una caída del 12.4%, arrastrando consigo a otros mercados ante la incertidumbre generada por los recientes datos macroeconómicos de Estados Unidos. Este nuevo retroceso ha borrado las ganancias obtenidas en Wall Street durante los últimos tres meses y llevó a las bolsas europeas a niveles no vistos desde marzo del año pasado.
La incertidumbre sobre el estado de la economía estadounidense y su posible entrada en recesión podría tener efectos negativos en el crecimiento global. El panorama incierto está llevando a los inversores a revaluar sus expectativas, afectando negativamente a las valoraciones bursátiles en casi todos los sectores.
El incremento de la volatilidad y la caída en las bolsas refleja no sólo una preocupación inmediata, sino también un temor subyacente sobre el futuro económico global.
¿Qué pasa con el peso mexicano?
En medio de la crisis, el dólar estadounidense registró un cierre al alza, cotizando a 19.35 pesos en la última sesión, lo que representó un incremento del 0.91% respecto a los 19.18 pesos del día anterior. Este movimiento reafirma una tendencia positiva de la divisa, que en la última semana ha acumulado un aumento del 3.87% y, en el último año, un impresionante 15.22 por ciento.
El peso mexicano no había experimentado una depreciación tan significativa y repentina desde el 2 de junio, fecha en la que se celebró la elección federal. Este comportamiento inusual del peso se explica, en parte, por factores externos, como la caída de la bolsa japonesa, que provocó un “efecto dominó”.
Ante esto, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) minimizó el reciente desplome del peso frente al dólar y atribuyó la caída a los indicadores de desempleo en Estados Unidos divulgados la semana pasada.
“No fue mucho el crecimiento, creo que estaba en 3.9% y subieron a 4.5%. Esto puso nerviosos a los mercados financieros y afectó a nivel mundial el tipo de cambio en los países”
El presidente mexicano subrayó que, aunque la moneda mexicana se haya visto afectada, el país posee un margen de protección significativo gracias a sus reservas. Según López Obrador, el único dato negativo en EEUU generó un impacto global, pero aseguró que México se mantiene fuerte con finanzas sanas.
Por su parte, la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, explicó que, aunque la economía mundial está muy interconectada y algunos países dependen significativamente de Estados Unidos, México está en una posición relativamente fuerte gracias a sus finanzas saludables y un mercado interno fortalecido: “La economía en el mundo está muy bien integrada, incluso con la orientación desde hace unos años hacia los mercados regionales más que la globalización”.
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