La pregunta al llegar este día es siempre la misma: me comí todo, ¿y ahora qué hago? Primero y principal, no hay que desesperar, ni empezar con la culpa, eso no suma. Al contrario, nos lleva a caer en un círculo de frustración y ansiedad que nos lleva a tener conductas poco saludables.
Con tranquilidad y sin obsesionarnos hay algunas cosas que podés hacer el día después de una cena muy abundante.
En primer lugar, quiero dejarte una alerta: si un profesional te ofrece una dieta detox, corré bien lejos. ¡Las dietas no desintoxican! Para eso están el hígado y el riñón que lo hacen por sí solos.
Pero si bien sabemos que siempre apuntamos a un plan alimentario equilibrado y sostenible, en el tiempo hay algunas estrategias que te van a ayudar a recuperar el equilibrio y proteger tu salud.
– Hidratate mucho: por lo menos 8 vasos de agua, soda o agua saborizada casera.
También podés prepararte infusiones (en este caso frías) como té verde, de manzanilla, valeriana, tilo, cedrón y boldo que favorecen la digestión además de ayudarnos a eliminar toxinas. Dejá las gaseosas y los jugos comprados para otro momento.
– No tenés que ayunar para compensar. Eso no sirve, no tiene beneficios y hasta puede resultar peligroso. Mejor organiza las ingestas y planificalas estratégicamente.
– Si sobró comida, trata de elegir la que sea más liviana y en porciones más chicas y acompañalas con verduras.
– Acordate la regla del plato dividido en 2: la mitad del plato llénala de ensalada. Eso te va a aportar fibras y agua, como resultado: mayor saciedad por más tiempo. Y la otra mitad, puede ser con algo que haya sobrado . Pero así te asegurás de comer la porción justa.
– Cuidate del exceso de sal, ya que provoca retención de líquidos. Tratá de no llevar el salero a la mesa, probá la comida antes de agregarle sal y evita los snacks, salsas, aderezos, embutidos y quesos duros y saborizá con especias.
– Aprovechá el calor y prepará ricos licuados. Pueden ser con agua o leche. Podés agregarles semillas, algún fruto seco, avena y frutas de estación. Evitá el agregado de azúcar y miel.
– Como cena, podés prepárate un omelette, con un huevo, un rollito de jamón y una porción de queso. Las proteínas nos ayudan a aumentar el metabolismo y se libera más calor para digerirlas. Además de brindar mucha saciedad.
– Descansa. Pocas horas de sueño, o sueño de mala calidad repercute en forma negativa en nuestra salud a corto y largo plazo.
Podes elegir alguna, o una de estas estrategias. Lo importante es evitar los excesos que pongan nuestra salud en situaciones riesgosas. Y aprovechemos estos días para bajar un cambio y disfrutar más.
Edición de video: Sofía Boutigue / Producción gastronómica: @solemartinss11
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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