El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, quiere que cuando el momento llegue, tenga el camino lo más despejado posible. Conscientes de la “complejidad” de las negociaciones a varias bandas con los partidos políticos (necesitan el sí de Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG), en las filas socialistas evitan ponerse un calendario para la investidura de su secretario general. Los movimientos de las últimas horas, de hecho, la abocan a noviembre con el plazo límite del 27 de noviembre en el horizonte.
Mientras tanto, una vez recibido el encargo del rey para intentar volver a formar un gobierno, Pedro Sánchez sigue dando pasos para abonar la idea de la amnistía a los encausados por el procés catalán, la principal exigencia de ERC y Junts para brindar su apoyo al hoy presidente del Gobierno en funciones. La distancia que separa un acuerdo de los socialistas con los de Carles Puigdemont (el líder de JxCat sería uno de los beneficiados) marcará el punto de partida para que la medida sea pronunciada por Pedro Sánchez y el resto de dirigentes del PSOE.
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En este nuevo complicado camino en el que transita Sánchez para lograr ser investido, el líder del Ejecutivo en funciones se atrevió a explicar por qué no menciona la palabra amnistía. En Granada, donde acudió como anfitrión de la III Comunidad Política Europea (CPE), celebrada en el marco de la Presidencia española de la UE, Sánchez admitió por primera vez que esta medida se está “negociando”.
Tal como ocurrió el pasado martes, cuando aceptó el encargo del rey, el secretario general socialista se jactó este jueves de su decisión sobre los indultos a los líderes del procés catalán y recordó que fijará posición cuando se reúna con todos los grupos. En el marco de esta ronda de contactos, Sánchez asumirá en primera persona encuentros poco cómodos para los socialistas con los representantes parlamentarios de Junts, ERC y EH Bildu.
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De este modo, a la espera de que se haga público un acuerdo en esta dirección, el líder del PSOE recorrió un nuevo paso de especial relevancia en su carrera hacia la investidura al reconocer que ya negocia la amnistía, un verdadero elefante en la habitación para este partido a diferencia de Sumar, que desde primera hora habló sin tapujos de esta medida e incluso creó un grupo de expertos para trabajar en una eventual ley de amnistía.
Estos pasos han sido precedidos por otras declaraciones recientes en las que, leyendo entre líneas, Sánchez apuntaba la posibilidad de explorar esta vía. El 21 de septiembre, desde Nueva York, abrió la puerta a la amnistía y criticó la judicialización del procés: “Lo que hemos hecho durante todos estos años ha sido tratar de devolver a la política lo que nuca tuvo que salir de la política”. “Voy a ser coherente con la política que he hecho de normalización de estabilización de la situación política en Cataluña. Y ya estoy diciendo mucho”, apostilló.
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Este martes, desde la Moncloa, apeló a la “generosidad” en política y garantizó que, de acometerse esta media de gracia, será “refrendada” por el Congreso” y “seguro, porque ha ocurrido en la pasada legislatura, que hasta el Tribunal Constitucional se tendrá que pronunciar”, aseveró. Todo ello, por supuesto, sin mencionar la palabra, pero sí en respuesta a preguntas sobre ella.
La otra incógnita: la fecha
Mientras tanto, la otra incógnita que rodea la investidura del presidente en funciones es la fecha. Todo apunta a que esta cita se dará en noviembre, alejando la previsión de una investidura rápida como quería el PSOE tras la “perdida de tiempo” de la fallida de Feijóo. En primer lugar, Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, acordaron darse de margen el mes de octubre para cerrar un pacto de gobierno de coalición.
En público, ambos insisten en anteponer en la negociación el acuerdo programático sobre el reparto de ministerios, pero esta última cuestión también está sobre la mesa en esas negociaciones. Desde las filas de Sumar ponen el foco en que su prioridad no es formar parte de un gobierno “si no es para avanzar”. “Para consolidar ya hay otros partidos y también de derechas”, sostienen fuentes de la formación de Yolanda Díaz en relación a la premisa del PSOE con la que se presentó al 23 de julio.
Así, entre las medidas que deben ser desbloqueadas, la formación de Yolanda Díaz destaca la reducción de la jornada laboral, la subida del salario mínimo, la financiación autonómica, el impulso de una Ley de cuidados, el avance hacia una fiscalidad progresiva o el control efectivo de alquileres.
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Más allá de las negociaciones, octubre es un mes cargado de actos institucionales. Esta misma semana, el presidente está este jueves y viernes en Granada, donde asiste como anfitrión de dos importantes reuniones con líderes europeos y del club de los 27. Los días 26 y 27 estará en Bruselas para acudir a un nuevo Consejo Europeo. Y el 31 de octubre, la princesa Leonor jurará la Constitución ante las Cortes al cumplir los 18 años.
Mientras tanto, y hasta que las negociaciones no estén “maduras”, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, no fijará un pleno de investidura que, a diferencia de la de Feijóo, sí podría ser “exitosa”. Si bien, esta cita no podrá extenderse demasiado en el tiempo con el 27 de noviembre como plazo tope.
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