El expresidente Pedro Castillo dispuso, en octubre del 2021, que un helicóptero del Ejército traslade a sus dos hijos al balneario El Paraíso (Huacho) junto con la familia del recluido exsecretario de la Presidencia, Bruno Pacheco.
Arnold y Alondra viajaron en compañía de Graciela Palomino, esposa de Pacheco, y de sus pequeñas Yasmin, Brunella y Vania, según un informe difundido este viernes por el Centro Líber, que accedió a documentos oficiales.
La solicitud de la aeronave fue realizada en los últimos días de septiembre por el entonces jefe de la Casa Militar del despacho presidencial, Miguel Herrera, quien remitió el documento al general Ángel Pajuelo, secretario de la Comandancia General del Ejército.
Aunque fue un viaje no oficial, el texto indica que el traslado fue “por especial encargo del Despacho” de Castillo en “apoyo” a sus actividades. El transporte aéreo debía encontrarse listo para iniciar operación a las 08:00 horas del sábado 2 de octubre del 2021. Las coordinaciones estuvieron a cargo del teniente coronel Luis Honores.
Según el informe del centro adscrito al Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), el helicóptero EP partió desde el cuartel Fuerte Rafael Hoyos Rubio, en el Rímac. Entre los tripulantes también se encontraba una sobrina del exmandatario, dos secretarios de prensa, el entonces edecán Roberto Quesada, el funcionario de la oficina de protocolo Emiraldo Almerco, el coronel Marco Marín y dos miembros del equipo de seguridad.
En junio pasado, la Comisión de Defensa del Congreso aprobó el informe final del grupo que investigó el uso indebido de aeronaves de los sectores Defensa e Interior para actividades en las que participaron familiares del expresidente. El grupo parlamentario consideró que los hechos y conductas constituyen presuntos ilícitos penales.
Cuatro meses después de llegar al poder, Castillo anunció que pondría a la venta el avión presidencial —un antiguo Boeing 737-528, adquirido en 1994 por Alberto Fujimori— para recaudar dinero que se gastaría en Salud y Educación.
El fallecido expresidente Alan García había intentado venderlo sin éxito durante su segundo mandato tras el escándalo del “avión parrandero” protagonizado por un grupo de funcionarios ebrios durante una gira oficial por España.
En administraciones anteriores, de hecho, hubo propuestas para adquirir un nuevo avión presidencial con mayor autonomía de vuelo que permitiera a las autoridades viajar sin realizar numerosas escalas técnicas, como sucede con la actual aeronave.
El exmandatario se encuentra arrestado desde el pasado 7 de diciembre por cargos de rebelión y corrupción. En una audiencia realizada en la víspera, aseguró que fue víctima de “un complot” y consideró que no se está respetando su derecho a la defensa de manera pertinente.
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