Oyarbide en problemas: levantaron el secreto bancario e investigan más de 30 viajes al exterior

Además de los moños, los trajes caros, y las comidas en Puerto Madero, al ex juez Norberto Oyarbide le encantaban los viajes de placer. La Justicia investiga más de 30 viajes al exterior de los últimos diez años (son al menos 60 vuelos). Su destino preferido era Estados Unidos. Pero también se suceden viajes al Caribe, Uruguay y varias capitales de Europa. Luego de meses de recopilar información entre las compañías aéreas, los datos ahora son cruzados con sus posibles testaferros: su pareja actual y un excéntrico financista. El fiscal federal Jorge Di Lello quiere saber quién pagó esos viajes y con quién volaba el ex juez. Es la punta del iceberg para demostrar otros vínculos más oscuros.

Oyarbide está siendo investigado por posible enriquecimiento ilícito a raíz de una denuncia de otro fiscal, José María Campagnoli. La causa tiene otros cinco imputados: su pareja Claudio Blanco, el financista Ariel Roperti, y tres socios que comparten las empresas de sus dos supuestos testaferros.

Los bienes de todo ese grupo están siendo analizados por la Unidad de Información Financiera (UIF), el organismo elegido por el fiscal para la investigación patrimonial. Cada imputado tiene un legajo separado. Se investigan propiedades, autos y hasta cuentas bancarias, porque el juez Sergio Torres autorizó que se levante el secreto fiscal, financiero y bancario de los imputados, tal como había reclamado el fiscal.

Norberto Oyarbide

Tanto Roperti como Blanco adquirieron varios autos de lujo. No todas las operaciones se hicieron en blanco. El empresario Mariano Martinez Rojas, con pedido de captura del juez Gustavo Meirovich por la causa de las DJAI, le dijo a Infobae que la pareja de Oyarbide le compró un Porsche 911, color azul, del año 2013, a Damián Barros, socio de Sung Ku Hwang, más conocido como “Mr. Korea”. Casualmente, la ex mujer de Roperti, Martha Cavallaro, declaró en una entrevista que su marido circulaba en un Porche similar.

La mujer luego ratificó sus dichos ante el fiscal Di Lello. Ahí relató que su ex marido conoció a Oyarbide en una suerte de reservado del restorán “El Mirasol Campo & Mar”, y que partir de ese momento su posición económica mejoró de manera ostensible. ¿En qué se reflejaba? Empezó a llevar autos a su casa cada vez más caros y viajaban al menos cuatro veces al año. Como dato llamativo, la mujer contó que iban a eventos donde no se podía usar celular y estaba lleno de custodios. También confirmó que viajaron varias veces con Oyarbide, que terminó siendo el padrino de una de sus hijas.

Mientras la UIF investiga los bienes de Oyarbide y de sus dos posibles testaferros, en la Fiscalía de Di Lello cruzan los datos de todos los viajes. De Roperti hay datos a partir de 1993. Blanco, en cambio, nunca había salido del país hasta que conoció a Oyarbide, en 2010. En el caso del ex juez, los investigadores se concentraron en los últimos diez años de su carrera. En ese periodo, suma más de 30 viajes.

Campagnoli ya había probado que los tres compartieron varias salidas al exterior. Los investigadores no descartan que aparezcan nuevos datos.

En el despacho de Di Lello se acumulan todas las causas contra el ex juez, incluso la del famoso anillo. Por eso, hace pocos días, el fiscal mandó un oficio al fuero Penal Económico para saber detalles de un allanamiento en la joyería Simonetta Orsini, donde habría sido comprado el “regalo” de Oyarbide.

En la pila de papeles se destaca una carpeta negra con las hojas amarillas por el paso del tiempo. Es un denuncia de 1996 contra todos los jueces federales. En esa causa, se pudo probar un incremento patrimonial de Oyarbide. Por entonces, el magistrado pagaba casi todos sus gastos con tarjeta de crédito. Luego se fue “emprolijando”: se buscó testaferros y ni si quiera usaba celular.

Oyarbide se salvó del juicio político varias veces a lo largo de su carrera. Cuando asumió como presidente Mauricio Macri, quedó en la “lista negra” de Comodoro Py. Sin los votos necesarios en el Consejo de la Magistratura, el Gobierno optó por aceptarle la renuncia. “Era el mal menor”, siguen justificando en el oficialismo.

Su juzgado quedó a cargo de Marcelo Martinez de Giorgi. Apenas asumió, no dudó en aplicar cambios profundos en el organigrama interno. Luego de una licencia forzada, el ex secretario y mano de derecha de Oyarbide, Carlos Leiva, tuvo que dar un paso al costado. Trabajaban juntos desde 1994 y habían conformado una de las sociedades más oscuras de Comodoro Py.

Con la jubilación bajo el brazo, Oyarbide decidió bajar el perfil en los últimos meses. Sigue en pareja con Blanco. En Tribunales no aparece. Lo representa su abogado defensor, Gonzalo Gamarra, ex pareja de Nazarena Vélez.



FUENTE: INFOBAE NOTICIAS

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