Por Eduardo Simões
SAO PAULO, April 9 (Reuters) – El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, criticó el viernes una investigación pendiente del Senado sobre su manejo de un brote récord de COVID-19, que los funcionarios de salud mundial compararon con un “infierno furioso”. El juez de la corte suprema Luis Roberto Barroso dictaminó el jueves por la noche que suficientes senadores habían aprobado el inicio de una investigación por la respuesta del gobierno a la pandemia. “Es un intento de Barroso y los izquierdistas del Senado para desgastar al gobierno”, dijo Bolsonaro a sus partidarios fuera de su residencia, acusando al juez de “politiquería”. Una investigación del Senado representa la consecuencia política más severa hasta la fecha para el enfoque de Bolsonaro sobre el coronavirus. El mandatario comparó el COVID con una “gripecita” el año pasado e ignoró a los expertos en salud que pedían el uso de mascarillas y el distanciamiento social.
Bolsonaro ha retrocedido en sus críticas a las vacunas, pero continúa atacando a los gobernadores que intentan aplicar confinamientos e incluso medidas más leves, acusándolos sin pruebas de haber matado a más personas con esas restricciones que el propio virus.
El COVID-19 se ha cobrado más de 345.000 vidas en Brasil, solo superado por Estados Unidos. Una de cada cuatro muertes por la pandemia esta semana fue en Brasil, donde una ola brutal está abrumando a los hospitales y estableciendo récord de más de 4.000 muertes por día.
“Se está lidiando aquí con un infierno furioso de un brote”, dijo Bruce Aylward, asesor principal del director general de la Organización Mundial de la Salud, en una sesión informativa pública.
Sin embargo, la presión política de Bolsonaro ha llevado a algunos gobernadores a flexibilizar las restricciones a pesar de las muertes récord.
El estado de Sao Paulo, cuyo gobernador ha criticado al presidente, anunció que aflojaría algunas restricciones la próxima semana, incluso cuando sus hospitales luchan por gestionar de la mejor forma la creciente cantidad de casos.
Mientras tanto, la ciudad de Río de Janeiro, la segunda más grande del país, dejó expirar el viernes una serie de restricciones que se habían impuesto a fines de marzo. Como resultado, los bares, restaurantes y centros comerciales ahora pueden reanudar el servicio en persona.
La campaña de vacunación de Brasil, aunque más rápida que la de la mayoría de los países de América Latina, avanza lentamente en comparación con muchos países desarrollados y hasta ahora se ha basado en gran medida en una vacuna, Coronavac, desarrollada por la china Sinovac Biotech Ltd. El viernes por la tarde la agencia nacional de salud Anvisa anunció que enviaría inspectores a dos fábricas rusas donde se produce la vacuna Sputnik V para evaluar su seguridad
(Reporte de Eduardo Simoes en Sao Paulo; Información adicional de Tatiana Bautzer en Sao Paulo y Rodrigo Viga Gaier en Río de Janeiro. Editado en español por Rodrigo Charme)
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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