En los últimos tiempos, gracias a varias investigaciones, se pudo conocer cuáles son los distintos métodos que los perros y gatos usan para reconocer a sus tutores, sus afectos más cercanos.
Uno de los sentidos que utilizan, quizás el más importante, es el olfato. Ambas especies tienen este sentido extremadamente desarrollado, por lo que pueden identificar a las personas por su olor distintivo, único e irrepetible, que bien podría compararse con una huella dactilar.
Los perros y los gatos memorizan el aroma, caracterizando a sus tutores por su olor, lo que les permite reconocerlos para siempre, aún después de un tiempo sin verlos. Otra pauta del reconocimiento es la voz, o sea los sonidos en diferente tono, color y estructura que somos capaces de emitir.
Los perros y gatos pueden reconocer las voces y los tonos específicos de sus seres humanos cercanos, o sea sus tutores. Estos sonidos de la voz, los pueden relacionar con experiencias tanto positivas como negativas.
Otro aspecto para nada despreciable que permite el reconocimiento, es la apariencia física de los tutores. Aunque está establecido, casi de manera indiscutible, la idea de que los gatos no prestan atención a la apariencia física, esto no es estrictamente tan así, y son capaces del reconocimiento físico.
En cambio, en los perros sí está muy claro que pueden reconocer a sus tutores por su aspecto general, la forma de moverse y las características físicas. Sobre todo son capaces de asociar ciertos rasgos con experiencias positivas o negativas.
Los perros registran todo, absolutamente todo, y son muy observadores, por lo que resultan muy proclives a identificar, clasificar y registrar imágenes que les permiten reconocer las rutinas diarias de los seres humanos que los acompañan.
En cualquier circunstancia ya sea a la hora de comer o en el paseo o en el juego, pueden llegar a reconocer con precisión si esa es la persona que habitualmente los cuida o no.
Tanto los perros como los gatos pueden reconocer a otros seres vivos por el mero contacto físico. Todos los animales disfrutan de las caricias y del contacto humano, por lo que ese estímulo contribuye a desarrollar un vínculo más fuerte con quienes los acarician y los cuidan, facilitando su reconocimiento. Un rol fundamental y recientemente reconocido son las marcas de olor, generadas a través de los compuestos orgánicos volátiles y de las feromonas.
Los perros y sobre todo los gatos tienen muchas glándulas odoríferas distribuidas en el cuerpo. Una forma de marcar territorio es frotándose contra sus tutores dejando su olor en ellos. Por otra parte, de esa forma liberan feromonas que les generan un efecto calmante y tranquilizador.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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