Taipéi, 8 ene (EFE).- La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, abandonará su cargo el próximo 20 de mayo, tras ocho años de mandato que estuvieron marcados por los permanentes roces con China, la pérdida de aliados diplomáticos y el fortalecimiento de las relaciones con sus socios más importantes, especialmente con Estados Unidos.
En cumplimiento con lo establecido en la Constitución de la República de China (denominación oficial de Taiwán), la política de 67 años, perteneciente al Partido Democrático Progresista (PDP), no podrá postularse a un tercer mandato, dejando vía libre para que su vicepresidente, Lai Ching-te, compita por el asiento presidencial en las elecciones del próximo 13 de enero.
Según Xulio Ríos, asesor emérito del Observatorio de la Política China y autor de varios libros sobre Taiwán, el triunfo contundente de Tsai en las presidenciales de 2016 ya hacía presagiar una relación más conflictiva con China, hasta el punto de que no ha existido ningún tipo de diálogo oficial o extraoficial entre ambas partes desde entonces.
“Son años en los que realmente no ha habido contacto, no ha habido relación. (Taiwán) ha empeorado a nivel internacional en términos formales, con el fin de la tregua diplomática; por el contrario, ha mejorado mucho la relación con Estados Unidos, Japón y la Unión Europea”, asegura Ríos en una conversación con EFE.
Durante los ocho años de mandato de Tsai, las tensiones en el Estrecho de Formosa no han hecho más que aumentar, alcanzando su punto máximo en verano de 2022, cuando la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi -tercera en la línea de sucesión a la Casa Blanca-, visitó la isla, lo que provocó una reacción airada por parte de Pekín.
Desde entonces, las incursiones de aviones y barcos de guerra chinos en los límites geográficos de Taiwán han sido constantes, con un récord de 103 aeronaves registradas el pasado 18 de septiembre.
Todo ello pese al “compromiso” con el statu quo expresado reiteradamente por Tsai, quien, en palabras de Xulio Ríos, se ha mostrado “más moderada” al respecto que Chen Shui-bian, expresidente de Taiwán (2000-2008) por parte del PDP.
“El Minjindang (PDP) no apuesta por la reunificación y la reunificación es una de las claves esenciales de la política china (…). Entonces, por más que Tsai intente corresponder a esta nueva situación con el máximo de moderación posible, a lo que no va a renunciar es a los puntos de vista expresados en su programa”, manifiesta el experto, quien observa un contraste “total y absoluto” entre la Presidencia de Tsai y del exmandatario Ma Ying-jeou (2008-2016), del opositor Kuomintang (KMT).
“Era muy difícil que se produjera continuismo entre las políticas de Ma Ying-jeou y del Minjindang, están prácticamente en las antípodas. Mientras uno quiere poner distancia en las relaciones con el continente, el otro considera que cuanto más acercamiento, mejor para la estabilidad de las relaciones”, apunta Ríos, recordando la reunión de Ma con el presidente chino, Xi Jinping, en Singapur en noviembre de 2015.
Las fricciones entre Washington y Pekín, agravadas tras la llegada del expresidente Donald Trump (2016-2020) a la Casa Blanca, tuvieron efectos colaterales en Taiwán, puesto que “es el tema con el que Estados Unidos puede más fácilmente meter el dedo en el ojo a China”.
Precisamente, la mejora de las relaciones de Taiwán con Estados Unidos constituye uno de los principales logros del mandato de Tsai, que, por lo demás, ha visto la pérdida de nueve aliados diplomáticos durante su Presidencia: Santo Tomé y Príncipe (2016), Panamá (2017), República Dominicana, Burkina Faso, El Salvador (2018), Islas Salomón, Kiribati (2019), Nicaragua (2021) y Honduras (2023).
Una cifra muy superior a la registrada en la etapa de Ma como presidente, en la que Taiwán tan solo perdió un socio diplomático, Gambia (2013).
De esta forma, Taiwán conserva actualmente el reconocimiento diplomático de trece Estados, siete de ellos ubicados en América Latina y el Caribe, como Paraguay, Guatemala y Haití; cuatro en Oceanía, uno en África y otro en Europa (Ciudad del Vaticano).
Las autoridades insulares son conscientes de que “es una batalla un poco perdida”, afirma Ríos, puesto que la única forma de mantener vínculos diplomáticos con Taipéi es desconociendo a la República Popular China, y viceversa.
“Hay una tendencia inexorable. Creo que ese tema solo se resuelve con la tregua diplomática, y la tregua diplomática no la puede hacer el Minjindang, la pueden hacer el Kuomintang o Ko Wen-je (candidato a presidente por el Partido Popular de Taiwán)”, asevera Ríos.
Respecto al sucesor de Tsai, la mayoría de los sondeos señalan como ganador de las próximas elecciones a su vicepresidente, Lai Ching-te, lo que supone una prolongación de la actual línea política del Ejecutivo de la isla.
Javier Castro Bugarín
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