La crisis económica afecta a diversos sectores, como la actividad teatral. En los últimos meses hubo una caída en la cantidad de espectadores y en la recaudación de los teatros porteños, tanto comerciales como independientes. Para muchos, disfrutar de un buen espectáculo se convirtió en una salida de lujo.
“Cuando la gente tiene bolsillos flacos, los primeros recortes van a la cultura y al entretenimiento. Las personas gastan en salud, educación y alimentación, más con las tarifas que hay. Estos sacudones en la caída del consumo en el espectáculo retumban más fuerte que en otras actividades“, le dijo a Teleshow Sebastián Blutrach, presidente de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (AADET).
Según Blutrach, el primer trimestre del año fue bueno, pero la situación cambió en los últimos meses. “En abril, hubo una caída de espectadores del 7% comparado con el mismo mes del año pasado. En mayo fue del 12%, en junio del 7%, 13% en julio y un 2% en agosto”, precisó. Por la complejidad del panorama en general, no tiene expectativas de que esta tendencia se modifique durante este año.
Comprar una platea para ver una obra en la calle Corrientes puede costar entre 570 pesos y 700 pesos, aproximadamente. Por el ajustado presupuesto del público, los empresarios son cuidadosos con los valores de los tickets y buscan tener una cartelera atractiva. “Los que no somos formadores de precios y no vendemos alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad, no podemos aumentar al nivel de inflación porque no hay consumo. Entendemos que no hay una obligación de ver un espectáculo. Si ponés un precio demasiado alto, la gente se da media vuelta y se va. Además, tenés costos fijos que aumentaron, como las tarifas”, explicó el empresario.
La recaudación de los teatros comerciales también se derrumbó si se contrasta 2017 contra 2018. “En mayo hubo una caída en la recaudación del 5%. Si a eso le sumamos un 30% de inflación interanual, estamos en alrededor de un 35% de caída. En julio la recaudación fue igual que el año pasado, por lo tanto hubo una caída del 30% en términos reales. Mientras que en agosto cayó un 33% aproximadamente”, informó Blutrach.
La subida exponencial del dólar, que llegó a valer casi 40 pesos, también ha afectado a la actividad teatral. “Hemos notado en estas dos últimas semanas, cuando sucedió la gran corrida cambiaria, un descenso de la boletería entre un 15% y un 20% aproximado. Las entradas no aumentaron, de hecho el aumento no alcanzó ni siquiera un 10% porque no hay demanda. Los costos siguen creciendo porque aumenta la nafta, y a partir de ahí los costos en general”.
Con la gran corrida cambiaria hubo un descenso de la boletería de entre un 15% y un 20%
La situación es bastante parecida en el circuito del teatro under. “Si la gente no tiene para calefaccionarse en la casa, tampoco puede pagar una entrada”, aseguró Liliana Weimer, presidenta de la Asociación Argentina de Teatro Independiente (ARTEI). “A finales de junio hicimos un relevamiento que nos dio un 32,5% de promedio de baja de público, comparado con el año anterior. La situación no se estabilizó desde junio hasta ahora, ni hemos visto una mejora, sino todo lo contrario”.
Las consecuencias de esta crisis
Estas dificultades golpean a la actividad teatral. “Por esta situación, hay varios espectáculos a la gorra como modalidad. Si las obras no funcionan se levantan de la programación porque es un gasto para el teatro —manifestó Weimer—. Que haya menos espectáculos afecta a los espacios teatrales y a las cooperativas que tampoco están recibiendo apoyo del Estado para sus producciones y muchos postergan los estrenos”. Incluso deben afrontar las subas de los servicios y de los alquileres de las salas. “Esto afecta a la calidad de las producciones. El panorama no es muy feliz, pero estamos resistiendo“.
En el circuito comercial también hay “muchos proyectos grandes que se han pospuesto porque los productores suelen esperar mejores momentos, entonces los dueños de las salas salen a producir para tener contenido”, afirmó Sebastián Blutrach. Otra consecuencia es que “la temporada de verano no está programada, cuando esta altura del año la oferta para Mar del Plata y Carlos Paz siempre estaba completamente definida”.
Cuatro o cinco obras venden el 60% de las entradas, y a otras 70 les van mal. Ni siquiera los éxitos son grandes éxitos
La cartelera porteña siempre se caracterizó por tener una enorme oferta teatral para diferentes públicos. Espectáculos como Bossi Master Show, Moldavsky sigue suelto, Midachi Kindon, Siddharta, El violinista en el tejado, Los vecinos de arriba y ¿Qué hacemos con Walter? lideraron la taquilla en recaudaciones (del 27 de agosto al 2 de septiembre), según el ranking de AADET. En este contexto, el empresario sostiene que “hay cuatro o cinco espectáculos que venden el 60% de las entradas y que les va bien, pero a 70 les va mal. Los que están primeros en recaudación tienen cifras relativamente bajas para lo que son habitualmente. Ni siquiera los éxitos se puede decir que son grandes éxitos“.
Qué hacer para que el show pueda continuar
Las promociones se multiplican para atraer al público e incentivar el consumo de las diferentes propuestas culturales. “El teatro se reinventa todo el tiempo, plantea alternativas de lunes a lunes. Desde los productores hay un montón de propuestas distintas y por suerte tenemos un público con una idiosincrasia muy fuerte arraigada al teatro”, dijo el presidente de AADET. Además, la entidad armará en octubre la campaña promocional de “Vení al teatro” para fortalecer los últimos meses del año.
Entre las ofertas originales se destaca Derechas, una comedia de José María Muscari en el teatro Regina con un elenco coral de 11 figuras que mientras actúan, sirven comida al público. “Nos está yendo súper bien, al extremo que el espectáculo comenzó hace más de dos meses con tres funciones por semana, con la versión almuerzo al mediodía y con una versión cena. Era tanta la demanda de espectadores que decidimos realizar la versión merienda los fines de semana”, señaló el director.
Esta obra marca el debut como productor de Muscari, que se asoció con dos amigos para apostar a este desafío y asumir el riesgo económico. “Desde que gestamos la idea sabíamos que tenía muchas atracciones, como el elenco, el horario y la comida. Es una comedia en la que el público la pasa bien y la recomienda. El precio de las entradas va desde los 300 a los 700 pesos. El factor económico es muy tentador“. Por los buenos resultados, está evaluando seguir con el espectáculo durante el verano en Buenos Aires y presentarla en Mar del Plata con otro elenco.
Otra alternativa que fusiona el teatro con una buena oferta gastronómica es Microteatro Buenos Aires, en el barrio de Palermo. Es un espacio de “entretenimiento exprés” que ofrece una variedad de obras de 15 minutos en una sala de 15 metros cuadrados para un público de 20 personas. Una experiencia distinta para el espectador que se siente parte de la historia por la cercanía con los actores. Cada mes cambia el eje temático y se renuevan todos los espectáculos. En un día se realizan alrededor de 60 funciones, con artistas y directores tanto del teatro under como del comercial.
“El público decide cuánto tiempo quiere pasar en el teatro, cuánta plata quiere gastar. Se convierten en dueños de su tiempo y se mueven libremente. Disfrutan de una obra de 15 minutos por 90 pesos y hay una promoción de dos por 150 pesos los miércoles, jueves y domingos. Podés comer un sándwich por 150, 180 pesos. Sale más barato que cualquier otra propuesta cultural”, contó Julieta Novarro, una de las dueñas del complejo.
Además señaló que Microteatro tiene una estructura muy grande que no se puede solventar con las entradas a precios tan populares. “El bar sostiene al teatro. Nuestro recupero es que la gente consuma. Además, el 70% de la recaudación por las entradas va para la compañía y el 30%, para la sala. En un año, ya vinieron más de 150 mil personas”, aseguró la hija del cantante Chico Novarro.
“Ponemos mucho énfasis en una curaduría, en una programación muy florida para todos los gustos, pero siempre premiando la calidad. Nuestra base primordial son obras de buen gusto y de calidad. Cada espectáculo tiene un principio, un desarrollo y un final. No es un sketch, no es una escena suelta, es una puesta en escena, con escenografía”, manifestó.
Levantar el telón, a pesar de todo
El junio, Carlos Rottemberg publicó una carta abierta en Twitter que resume lo que está pasando en el sector teatral: “La caída de espectadores de 2016 sobre el 2015 no la pudo recuperar en 2017 una de las carteleras más brillantes y de nombres propios que la Av. Corrientes recuerde. Con ese dato, no hay dudas que el número total en la ciudad de Buenos Aires a diciembre de este año 2018 será en baja contra el último. Cada día cuesta más desempolvar los cartelitos de ‘No hay más localidades’. Así y todo es maravilloso el empeño, pasión y convicción del colectivo teatral. Como sea el teatro goza de buena salud en este país y sigue siendo una plaza teatral por excelencia. La propia historia lo ha demostrado”.
El empresario y productor sigue trabajando e invirtiendo para impulsar la actividad teatral y en breve inaugurará tres salas en el renovado complejo Multitabarís Comafi de la calle Corrientes, tras varios meses de refacciones en el histórico predio del Tabarís. Muscari está preparando la versión teatral de la película Atracción fatal para cuando se levante el telón de una de las salas.
“Me doy el lujo con Javier Faroni, el productor, y con Carlos Rottemberg, el dueño del teatro, de dar el puntapié oficial en un nuevo espacio teatral con esta obra con un gran elenco: Sofía Gala, Pablo Rago, Laura Novoa, Ana María Picchio, Esther Goris y Nicolás Pauls”, manifestó José María. “Es toda una movida económica en un momento difícil para seguir a apostando al teatro, generando ingresos y fuentes de trabajo para tanta gente”, agregó.
“La crisis del teatro es algo que vengo escuchando prácticamente desde que tengo uso de razón. Por suerte siempre el teatro ha seguido existiendo, a veces con más público, a veces con menos. Hace más de 25 años que vivo del teatro y de esta profesión. No me imagino diciendo: ‘Este año mejor me guardo’. A mí me pasa todo lo contrario. Mi lanzamiento como productor fue en el año más duro del teatro y por suerte me está yendo bien. Yo voy a seguir apostando”, finalizó Muscari.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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