Nairobi, 19 nov. El presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, buscará este domingo su sexto mandato en los 43 años que lleva como jefe de Estado, marcados por acusaciones de corrupción, fraude electoral y abuso de derechos humanos.
El pequeño país centroafricano, de cerca de 1,5 millones de habitantes, celebra mañana unos comicios presidenciales que estaban previstos en 2023, pero que se adelantaron para ahorrar costes y hacerlos coincidir con las elecciones legislativas y municipales.
Unos 420.000 votantes están llamados a las urnas en los colegios electorales, que abrirán a las 08:00 hora local (07:00 GMT) y cerrarán a las 18:00 hora local (17:00 GMT).
El país, que hoy vive un día de reflexión tras el cierre de la campaña electoral este viernes, sólo ha conocido dos presidentes desde su independencia de España en 1968: Obiang, de 80 años, y su tío Francisco Macías, a quien derrocó en un golpe de Estado en 1979.
Obiang, el presidente con más tiempo en el poder del mundo, encabeza la candidatura del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE), que concurre a los comicios coaligado con catorce formaciones políticas.
Sus dos rivales son el secretario general de Convergencia Para la Democracia Social (CPDS, único partido de verdadera oposición autorizado), Andrés Esono, y el líder del Partido de la Coalición Social Demócrata (PCSD), Buenaventura Monsuy Asumu, afín al PDGE.
“La paz es la que garantiza la estabilidad y el progreso del país”, afirmó este viernes Obiang, en el mitin de cierre de campaña en la capital ecuatoguineana, Malabo.
Frente a la “continuidad” que promete el mandatario, reelegido en los últimos comicios presidenciales (2016) con algo más del 95 % de los votos, su principal adversario, Andrés Esono, ofrece la “solución” del “partido del cambio”.
No obstante, Esono, de 61 años, advirtió esta semana en una entrevista con EFE de que el régimen organiza un “fraude monumental” más allá de las dos grandes ciudades del país, Malabo y Bata.
“En la periferia del país, nos llegan informaciones de que el partido en el poder está retirando los carnés de elector de la población. Y los votos de esos carnés van a favor del PDGE (…). O sea, que se está organizando un fraude monumental”, denunció el líder opositor, que opta por primera vez a la Presidencia.
Con Obiang al mando, Guinea Ecuatorial ha hecho notables inversiones en infraestructuras, aunque sus críticos le reprochan haberse beneficiado él y sus allegados de la riqueza petrolera del país, uno de los productores de crudo de África subsahariana, mientras parte de la población ecuatoguineana vive en la pobreza.
Las organizaciones defensoras de los derechos humanos también acusan al régimen de ser uno de los más represivos y corruptos del mundo.
“A Obiang y su mafia delictiva no les interesa que las elecciones en Guinea Ecuatorial transcurran de manera libre y justa. Estamos hablando de uno de los gobiernos más cleptómanos del universo. Mantenerse en el poder para seguir robando es el objetivo principal de ese gobierno”, declaró a EFE el director de la ONG pro derechos humanos EG Justice, el ecuatoguineano Tutu Alicante.
El vicepresidente del país, Teodoro Nguema Obiang, conocido como “Teodorín” y posible sucesor de su padre en el futuro, ha estado implicado en procesos judiciales en países como Francia, Estados Unidos o Suiza por casos de corrupción.
Antes de las elecciones, el régimen intentó mejorar su imagen internacional con la abolición de la pena de muerte, pero Alicante considera esa decisión “puro espejismo” porque en las cárceles “se sigue torturando a muerte”.
Los comicios también tienen lugar después de que el ilegalizado partido opositor Ciudadanos por la Innovación (CI) sufriera el pasado 29 de septiembre el asalto a su sede en Malabo por las fuerzas de seguridad, tras cinco días de asedio.
El líder de CI, Gabriel Nsé Obiang, fue detenido junto a unos 275 simpatizantes en una operación en la que murieron al menos cuatro civiles, según las autoridades.
Unas 135 personas fueron liberadas días después y denunciaron a EFE haber sufrido torturas y malos tratos.
“La situación de CI está muy mal. Yo mismo sigo escondido”, manifestó a EFE un dirigente de ese partido bajo condición de anonimato por miedo a represalias del régimen.
En su opinión, “ninguna posibilidad pueden tener frente a Obiang” sus dos contrincantes electorales, ya que “el verdadero rival de Obiang es Gabriel. Por eso, no le permiten hacer política en el país”.
Observadores de la Unión Africana (UA), la Comunidad de Países de la Lengua Portuguesa (CPLP) y la Comunidad Económica de los Estados de África Central (CEEAC) supervisarán los comicios.
Sin embargo, Esono declaró a EFE que no confía en esos “observadores invitados por el propio régimen” que “son guiados como si fueran turistas”, y reclamó misiones de la Unión Europea y otros organismos que realicen una “observación imparcial”. EFE
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