Noruega, el mayor productor de petróleo y gas de Europa occidental, planea seguir explotando el petróleo y el gas durante décadas, haciendo oídos sordos a las advertencias sobre la emergencia climática.
En un libro blanco sobre el futuro energético de un país que debe su opulencia al oro negro, el gobierno noruego dijo el viernes que quería “ampliar la práctica actual con ciclos regulares de concesión (…) para dar a la industria acceso a nuevas áreas de exploración”.
Esta postura se opone a la de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que recientemente instó al mundo a olvidarse “ya” de cualquier nuevo proyecto de exploración con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C, en línea con el Acuerdo de París.
“Suministraremos energía al mundo mientras haya demanda”, dijo la ministra de Petróleo y Energía, Tina Bru, en una conferencia de prensa.
“Por tanto, el gobierno mantendrá una política petrolera que facilite la producción rentable de petróleo y gas en el marco de la política climática noruega y de nuestros objetivos climáticos”, explicó.
Noruega quiere ser un país modélico en sus esfuerzos de lucha contra la deforestación en las regiones tropicales y en la promoción de los coches eléctricos en sus carreteras.
Su objetivo es reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero entre un 50 y un 55% para 2030, y ser neutro en carbono para 2050.
Pero también es criticado con frecuencia por las emisiones de CO2 liberadas en el extranjero por el petróleo que exporta.
Aunque se habla regularmente de “transición verde”, Noruega sigue siendo muy dependiente de los hidrocarburos para sus finanzas públicas, su balanza comercial (42% de sus exportaciones de bienes), el empleo (más de 200.000 puestos de trabajo directos e indirectos) o la planificación territorial.
Gracias al petróleo, este país de menos de 5,4 millones de habitantes tiene el mayor fondo soberano del mundo, valorado en unos 1,12 billones de euros (1,36 billones de dólares).
Esta semana, Oslo volvió a lanzar un nuvo concurso dirigido a la industria petrolera para explorar nuevas zonas marítimas, en contra de las recomendaciones de la AIE.
“El rápido descenso de la demanda significa que no es necesario realizar exploraciones y que no se necesitan nuevos yacimientos de petróleo y gas más allá de los ya aprobados”, dijo la agencia, que asesora a los países desarrollados sobre sus políticas energéticas.
– “Vuelta atrás” –
La vecina Dinamarca ha decretado por su parte el cese de la producción de petróleo en el Mar del Norte para 2050.
“Los países que dicen eso de todas maneras han terminado” de explotar sus principales recursos, replicó el viernes la primera ministra noruega Erna Solberg. “Así no les cuesta nada, ni un solo puesto de trabajo”.
En su defensa, la industria noruega argumenta que su petróleo es “uno de los más limpios”, pero solo en la fase de producción.
La conexión de un número cada vez mayor de plataformas marinas a la red eléctrica terrestre significa que las tradicionales antorchas de gas de estas instalaciones ya no son necesarias.
Pero hay muchas voces críticas.
“El gobierno y la industria de Noruega no pueden ignorar la ciencia”, dice Sandrine Dixson-Decleve, copresidenta del Club de Roma, un grupo de reflexión internacional.
“Esperamos que Noruega lidere y sea ambiciosa en la transición energética, y no que sea complaciente y vuelva atrás”, explicó en un comunicado.
En 2018, Noruega fue el decimocuarto productor mundial de petróleo y el octavo de gas natural, según los últimos datos disponibles de la agencia de información energética de Estados Unidos.
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