Los gobernadores que aceptaron tomarse la foto con el Presidente ayer no criticaron en público la decisión del Gobierno de volver a pedir dinero al Fondo Monetario, pero tampoco la apoyaron.
Dentro de Cambiemos sucedió algo parecido. De a poco, los principales dirigentes de la Argentina se empezaron a enterar que no solo se trató de una jugada desesperada. Parece, sostiene un vocero de la mesa chica de la administración, que era la única jugada posible para evitar la recesión, detener la corrida y un desmadre general de la economía.
Un par de días antes de la decisión, Mauricio Macri habló con varios economistas que no forman parte del Gobierno: Martín Lousteau y Carlos Melconian son solo dos de varios.
Ninguno de los dos le dijeron cosas que al jefe de Estado le caigan bien o comparta. Del segundo obtuvo su prudente silencio público.
Ahora, dentro del Gobierno hay un nuevo diagnóstico: el Presidente pagará el costo político de haber solicitado un préstamo al FMI, y probablemente también pagará el costo de la baja de la actividad económica y la suba de los precios derivada de la devaluación, pero el Estado tendrá una excusa menos para seguir manteniendo el desequilibrio fiscal.
Porque ahora, si no lo hace, no recibirá dinero del Fondo y otros organismos, y la vulnerable economía nacional se volverá indomable.
La euforia de ciertos dirigentes kirchneristas que se ponen contentos con este cimbronazo es anecdótica.
Más importante, todavía, es que el Gobierno entienda que tiene que barajar y dar de nuevo. Esto es: convocar al diálogo a los principales líderes de la oposición, escuchar y cambiar lo que haya que cambiar.
Porque hasta ahora la política económica y monetaria no está dando el resultado que todos esperaban.
ESCUCHÁ A LUIS MAJUL EN RADIO BERLÍN
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
Sé el primero en comentar en"Nadie quiere pagar el costo de la vuelta del FMI a la Argentina"