Música a raudales junto a la frontera entre las dos Coreas

Cheorwon (Corea del Sur), 2 sep (EFE).- Hermandad, conciliación y mucha música junto a la militarizada frontera entre las dos Coreas. Es la idea detrás de DMZ Peace Train Festival, evento que hoy inició su cuarta edición con la participación de artistas surcoreanos, alemanes, sirios o colombianos y sonidos que van de la electrónica de vanguardia al funk con tintes “retro”.

El festival surgió como una colaboración entre los organizadores del célebre Festival de Glastonbury y el Zandari Festa, cita imprescindible del underground que cada año se celebra en el barrio de Hongdae en Seúl.

Se fundó en 2018 al calor del acercamiento entre las dos Coreas y el proceso de diálogo iniciado entre el régimen de Kim Jong-un y EE.UU., y aunque las conversaciones descarrilaron al año siguiente y la escalada militar ha vuelto a imponerse en la península, el festival y su espíritu permanecen.

La idea es transmitir como la música ayuda “a superar diferencias en torno a inclinaciones políticas, desigualdad económica y conflictos ideológicos para alcanzar finalmente y de manera colectiva un régimen de libertad y paz”.

Lo importante en DMZ Peace Train Music Festival es pasarlo bien y disfrutar del hermoso enclave en el corazón del montañoso de Cheorwon, a apenas kilómetros de la Zona Desmilitarizada que divide dos países que técnicamente siguen en guerra desde hace más de 70 años.

Para llegar ahí hace falta atravesar un valle montañoso cuajado de cuarteles, divisiones motorizadas o un campo de maniobras con fuego real.

La surcoreana Verycoy Bunny, que abrió la jornada, hace que el periplo valga la pena con su rock entre meloso y oscuro.

Le siguieron los galeses Chroma y los raperos surcoreanos Hypnosis therapy, que dieron paso a TootArd, dúo formado por los hermanos sirios Hasan y Rami Nakhleh, que dispararon la energía de los presentes.

Nacidos en el corazón de otro de los puntos del planeta que mayor tensión militar concentra, los Altos del Golán, los Nakleh, con su sonido disco descaradamente nostálgico y divertido a partes iguales, subrayaron a la perfección el mensaje que trata de hacer llegar al mundo el DMZ Peace Train Festival.

La locura de los inclasificables hongkoneses Nanyangpaidui (o “N.Y.P.D”) dio paso después a Gateflowers y Silica gel, que aportaron más rock y psicodelia con sello coreano.

Después le llegó el turno al ex-Kraftwerk Michael Rother, que descargó una buena dosis de repertorio, incluyendo temas de sus recordadas bandas NEU! (que formó junto a Klaus Dinger) o Harmonia (con Hans-Joachim Roedelius y Dieter Moebius de Cluster).

El punto final a la primera jornada lo puso la electrónica surcoreana de Idiotape y 250.

El domingo aguarda la mezcla de rock, pop o hip-hop de los tailandeses KIKI, el funk del francés Onra o el son caribeño de los colombianos Frente Cumbiero. EFE

asb/ahg/alf

(foto)(vídeo)


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