Muere Arsenio Iglesias, icono del fútbol de los 90 como entrenador de Deportivo y Real Madrid

Arsenio Iglesias (EFE).
MADRID, 05/05/2023.- Imagen de archivo tomada el 14/05/2016 del exentrenador del Deportivo y el Real Madrid Arsenio Iglesias durante el homenaje que se le hizo en el descanso del partido de la 38 y última jornada de Liga de Primera División, en el estadio de Riazor, en A Coruña. Iglesias, técnico del Superdepor, ha fallecido este viernes a los 92 años de edad. EFE/ Cabalar (Cabalar/)

Arsenio Iglesias ha muerto este viernes a los 92 años. El exentrenador y exfutbolista gallego pasó sus últimos años peleando contra el párkinson, tras toda una vida vinculado a un fútbol que le hizo especialmente célebre en los años 90 del pasado siglo. Pasó a la historia, sobre todo, por su etapa como técnico del Deportivo de La Coruña entre 1987 y 1995. Él colocó en la élite a los de Riazor con hitos como la Copa del Rey del 95 y dos subcampeonatos de Liga, en 1994 y 1995. El primero de ellos, el del famoso penalti fallado por Djukic.

Más allá de sus logros con el ‘SuperDepor’ (tercero, además, en el curso 1992-1993), Iglesias también dirigió al Real Madrid de forma efímera, 19 partidos, en 1996. A lo largo de su trayectoria en los banquillos, equipos como Zaragoza, Hércules, Burgos y Elche fueron otros que pasaron por sus manos, aunque aquel en el que construyó su leyenda, por encima de todos, fue el Depor.

Antes de que los caminos del deporte rey le llevasen a la parcela técnica, Arsenio Iglesias también fue jugador, concretamente delantero. Debutó, como no podía ser de otra forma, en las filas deportivistas. Fue en 1951, con gol ante el FC Barcelona en Les Corts (el del honor, puesto que los suyos perdieron 6-1) y un “perdón, señor” al portero azulgrana, un mito como Ramallets, que forma parte de la leyenda del Bruxo de Arteixo.

De ascendencia humilde (el menor de nueve hermanos en una familia de labradores: nació un 24 de diciembre de 1930 en Arteixo), Iglesias, tras seis años como deportivista, llegó a disputar la Copa de Europa con el Sevilla, en la temporada 1957-1958. También militó en el Granada (finalista de Copa), el Oviedo y el Albacete, donde colgó las botas a los 35 años, en el curso 1965-1966. No daría el salto a los banquillos de primer nivel hasta 1970. Una oportunidad profesional que le brindó, cómo no, el Deportivo de La Coruña.

El entrenador por excelencia del Depor

Después de foguearse como técnico en el filial deportivista, el Fabril, Arsenio Iglesias fue capaz de llevar al Depor a Primera División nada más asumir las riendas del primer equipo. El Hércules fue su siguiente parada, con un ascenso y la mejor clasificación del equipo alicantino en Primera (quinto). Zaragoza (otro ascenso a Primera), Burgos (permanencia en Primera), Elche (al borde de subir a Primera) y Almería (escenario de su primera destitución, de nuevo en Primera) fueron sus siguientes destinos antes de regresar al Deportivo en 1982 para dirigirlo tres temporadas consecutivas en Segunda. Volvería a irse, puesto que dirigiría al Compostela en Tercera en el curso 1986-1987.

A partir de la temporada siguiente, se inició el que posiblemente fuera el periodo más importante de la vida de Arsenio Iglesias. Por supuesto, con el Depor de por medio. Poco a poco, el Brujo volvió a ser profeta en su tierra, construyendo un equipo ganador como no lo había habido nunca antes en A Coruña. La ciudad no ha olvidado cómo el club pasó de sufrir en Segunda a ascender, salvar la categoría y codearse con los grandes de España en la primera mitad de los años 90. Una vez que se regresó a Primera (1991), se fue a mayores poco a poco también de la mano de jugadores más que venerados: Bebeto, Mauro, Fran, Djukic, Liaño, Rekarte…

Arsenio Depor
La foto con la que el Depor ha homenajeado a Arsenio Iglesias por su fallecimiento (Deportivo de La Coruña)

LaLiga se resistió in extremis, pero no ocurrió lo mismo con la Copa. Difícil olvidar la final del torneo del KO contra el Valencia en 1995, que tuvo que disputarse en dos días. Durante el primero, el 24 de junio, el partido se suspendió a los 79 minutos, cuando marchaba 1-1 (goles de Manjarín por parte del Depor y de Mijatovic en el caso del Valencia): la lluvia dejó el terreno del Santiago Bernabéu hecho una balsa. Ya en la segunda jornada de la final, disputada sin más contratiempos el 27 de junio, Alfredo, con un gol de cabeza, puso el 1-2 definitivo para los coruñeses en el marcador.

Arsenio Iglesias ya no estaría para dirigir al Depor que se hizo con la siguiente Supercopa de España. Tampoco al que se proclamó campeón de Liga en el curso 1999-2000. Otra Supercopa llegó en el año 2000, y otra Copa, la del Centenariazo, en 2002. Ese año también se conquistó el último título del Deportivo hasta la fecha, una nueva Supercopa. Mucho antes de toda esa gloria, noches de ensueño en la Champions incluidas, el Bruxo de Arteixo se fue sin hacer ruido. Aunque algo sí había hecho.

Poner las bases del mejor Deportivo de La Coruña que se recuerda llamó la atención de todo un Real Madrid, que le eligió para sustituir a Jorge Valdano a mitad de temporada en 1996. Después, Iglesias decidió que ya había tenido suficiente fútbol, con algunos partidos al frente de la selección de Galicia entre 2005 y 2008 como recorrido final en los banquillos.

Se ha ido el entrenador que más veces ha dirigido al Depor en partidos oficiales: 568. “Con un total de 714 partidos oficiales con el primer equipo; como entrenador y como jugador, es el personaje con mayor influencia directa en el terreno de juego a lo largo de estos 116 años” de historia del Deportivo, tal y como ha reconocido el club, que también le disfrutó como futbolista en el Fabril y el CD Juvenil, al despedirle.

Iglesias tenía la insignia de Oro y Brillantes del Depor y era Lenda Branquiazul desde 2016. Además, es Hijo Predilecto de Arteixo e Hijo Adoptivo de A Coruña. En esta última ciudad, hay un busto dedicado a él junto a Riazor, y el complejo deportivo de A Torre lleva su nombre. Para el recuerdo, también quedó, antes de pelear por los trofeos, cómo el Brujo salvó al equipo del descenso en 1992. Y, por supuesto, algunas frases memorables.

“Me voy para que luego puedan darme un abrazo y no me maldigan en agosto. Lo que no quiero es que nadie me maldiga”, dijo Iglesias en su último partido al frente del Deportivo. “Lo que no podemos es andar como locos con la fiesta, porque te la quitan de los fuciños inmediatamente”, afirmó días antes de que se escapase la Liga de 1994. “El fútbol es ahora tan cambiante que tenemos que estar siempre con la mosca detrás de la oreja”, expuso también. “Orden y talento” fue la mayor consigna a la hora de construir sus equipos. “A falta de talento, con mucho orden”, añadía un hombre que llegó a presumir de tener “mucho que decir y poco que contar”.


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