Mónaco, un enano con pies de gigante

Luis Miguel Pascual

París, 17 may. El ambiente en la minúscula sala Gaston Médecin, situada en las entrañas del estadio Luis II del Mónaco de fútbol, se parece más al de un partido de barrio que al de un equipo que se apresta a jugar la Fase Final de la Euroliga, algo que no hacía un club de la liga francesa desde 1987.

En esa sala antigua y mal iluminada de apenas 3.000 asientos el Mónaco Basket, conocido como “La Roca Team”, ha asentado una piedra de su historia abonada con dinero ruso, jalonada de grandes jugadores pagados a precio de oro y esculpida con la personalidad de un entrenador brillante, el serbio Sasa Obradovic.

Detrás de la fulgurante ascensión de un equipo fundado en los 70, desaparecido en los 80 y resucitado hace apenas una década con el objetivo de brillar en Francia y en Europa está el oligarca ucraniano Sergey Dyadechko.

Apasionado del baloncesto, expropietario del Donesk, territorio del que huyó a principios de la pasada década por el conflicto de esa provincia del este de Ucrania, este financiero se instaló en Mónaco, donde enseguida se hizo con el club local de su deporte favorito.

El año pasado, en plena guerra de Ucrania, Dyadechko, al que la billetera no le llegaba más lejos, pasó el testigo al ruso Aleksej Fedoricsev, propietario del gigante de los fertilizantes Fedcom, que durante años había sido patrocinador del equipo de fútbol, pero que quería tener el control de una entidad deportiva, como su compatriota Dmitri Rybolovlev hace con el deporte rey.

Con el beneplácito del príncipe Alberto II, que se reserva el derecho de veto sobre todas las operaciones en el diminuto Principado, Fedoricsev adquirió la mayor parte de las acciones del club de baloncesto e inyectó el dinero necesario para hacer venir estrellas como el estadounidense Mike James.

Gracias a ese salto, el Mónaco ganó la Eurocopa de 2021, lo que le permitió jugar la Euroliga del año siguiente, en la que cayó en el quinto partido de los cuartos de final contra Olympiacos, lo que le valió acabar entre los ocho mejores y, por tanto, revalidar un año más su billete para la máxima competición europea.

ASENTARSE EN EUROPA

A la segunda han alcanzado la ‘Final Four’ tras derrotar en la eliminatoria al Maccabi Tel Aviv y, por tanto, se aseguran un año más estar entre los mejores, a poco que la exigente competición siga aceptando que juegue en una sala que no cumple los requisitos mínimos.

Fedoricsev, que no habla de la guerra de Ucrania y que también tiene un pasaporte húngaro, y su buque insignia Fedcom, uno de los grandes patrocinadores de la Euroliga, quieren perpetuar su presencia entre los mejores del continente, un objetivo para que el ganarían muchos enteros si levantan el trofeo en Kaunas.

Sería el espaldarazo definitivo a un proyecto que también persigue ganar el campeonato francés por primera vez en su historia, para lo que desde este año cuenta con el presupuesto más elevado del país, casi 21 millones de euros, muy por encima del ASVEL de Tony Parker, que no llega a los 11 millones.

Instalado desde hace tres décadas en el Principado, reputado por no ser muy cercano al Kremlin, Fedoricsev reforzó al equipo con estrellas como el estadounidense Jordan Loyd, ex del Valencia y de los Toronto Raptors, o el francés Elie Okobo, el mejor galo de su campeonato.

Junto a ellos, Alpha Diallo, una revelación y Yakuba Ouattara, el alma del equipo, que ya tiene asegurado acabar primero la temporada regular en Francia.

EL ESPÍRITU DE SASA OBRADOVIC

El otro salto lo dieron de la mano de Sasa Obradovic, que tomó las riendas del equipo tras la salida del montenegrino Zvezdan Mitrovic, el artífice de la Eurocopa de 2021, que cayó por los malos resultados y por las tensiones con James.

El serbio, que había obrado en Mónaco hasta que en 2019 partió para su adorado Estrella Roja, regresó para dar un toque ganador al “la Roca”.

Ahora quieren hacer fructificar ese espíritu de un enano con pies de gigante, que sueña con llevar el éxito al diminuto pabellón situado bajo el césped del Luis II, un recinto que rozó la gloria en 1992, cuando sirvió de lugar de preparación para los Juegos de Barcelona del “dream team” de Michael Jordan y Magic Johnson. EFE

lmpg/fa/ea


Sé el primero en comentar en"Mónaco, un enano con pies de gigante"

Dejá un comentario

Tu dirección de Correo Electrónico no será compartida


*