Miles de israelíes exigen un acuerdo en una nueva movilización multitudinaria

Cientos de miles de israelíes, según los convocantes, han tomado un sábado más las calles de las principales ciudades israelíes para exigir un acuerdo para la liberación de los rehenes secuestrados por las milicias palestinas en la Franja de Gaza.

La cita más importante ha sido de nuevo en la calle Begin de Tel Aviv, donde Anat Angrest, la madre de uno de los rehenes, el soldado Matan Angrest, ha hecho pública una grabación de audio recuperada en la Franja de Gaza en la que su hijo implora al primer ministro Benjamin Netanyahu que traiga de vuelta a los secuestrados en el que supone su primera prueba de vida desde el 7 de octubre.

Otros muchos familiares de rehenes han participado en la concentración, como Einav Zangauker, quien ha afirmado que quien mantiene a su hijo secuestrado es Netanyahu, “un líder mentiroso”.

Una de las rehenes liberadas en noviembre, Raz Ben Ami, ha afirmado por su parte que ya entonces sabía que si los rehenes “no vuelven ahora, volverán en ataúdes”. “Estoy harta de la presión militar, que hasta ahora solo ha conseguido que mueran”, ha argumentado.

Otro familiar, Omri Shtivi, hermano del secuestrado Idan Shtivi, se ha referido a la futura presencia israelí en el corredor Filadelfia, entre Gaza y Egipto, clave en las negociaciones sobre un posible acuerdo de liberación de rehenes. “Preguntaros qué es reversible. Filadelfia es reversible. La vida de un rehén asesinado no lo es”, ha subrayado.

Durante la manifestación ha habido enfrentamientos con la Policía, que ha cargado contra los participantes que no han disuelto la marcha a la h ora prevista, y hay al menos siete detenidos sorprendidos con una posible sustancia inflamable y varios neumáticos que podrían utilizarse para levantar una barricada.

La marcha por los rehenes se ha vuelto a unir con la manifestación contra el Gobiernod e Netanyahu que se celebra también semanalmente en la calle Kaplan de Tel Aviv.

También ha habido conatos de enfrentamiento entre asistentes y contramanifestantes de extrema derecha que han permanecido en la zona incluso después de la reanudación del tráfico rodado.