Milagros, la boda de Palito Ortega y Evangelina Salazar, y el secreto de una medalla: la historia de la Abadía de San Benito

Palito Ortega y Evangelina Salazar protagonizaron una de las bodas más recordadas por los argentinos
Palito Ortega y Evangelina Salazar protagonizaron una de las bodas más recordadas por los argentinos

Fue el primer casamiento televisado en Argentina. Los novios: dos súper figuras: Palito Ortega y Evangelina Salazar. La fecha: 3 de marzo de 1967. El lugar: la imponente Abadía de San Benito de Palermo.

Pasó más de medio siglo de ese acontecimiento que enloqueció a los admiradores de la pareja. No se movieron ni dos pasos de al lado del televisor a lo largo de horas, para seguir el minuto a minuto de la ceremonia de la mano del fogoso relato de Pipo Mancera.

Otros, más fervientes, se movilizaron hasta la puerta del templo para poder saludar a los novios. Si podían….

Palito y Evangelina se conocieron filmando Mi primera novia, en 1965, pero el final feliz que el cine les negó lo tuvieron en la vida real.

La prensa local desbordó la Abadía, además de los casi mil invitados a la boda. Palito confesó que no pudo escuchar al párroco. “Entre los nervios y la cantidad de gente poco pude seguir la ceremonia”, confesó años después el Rey.

La escenografía elegida, para el inicio de esta historia de amor fue San Benito, uno de los grandes íconos de Buenos Aires, que casi 50 años después de su piedra fundacional aún no se terminó de construir.

Lo primero que sorprende al llegar a Villanueva 905  -el límite entre Palermo y Belgrano- es la inmensidad de la Abadía que ocupa la mitad de la manzana.

La construcción ni iba a ser fácil. Comenzó en tiempos de la Segunda Guerra (1940) y todavía sigue sin estar lista. Su nombre es honor al santo  nacido en Nursia, muy cerca de Roma, en el año 480. Considerado Santo Patrono de Europa y fundador de la Orden Benedictina escribió”La Santa Regla” para sus monjes, reglamento que ha sido inspiración para muchas otras comunidades religiosas. Se le atribuyen varios milagros.

San Gregorio, en su biografía de San Benito, relató algunos de esos milagros:

*El muchacho que no sabía nadar. Un joven cayó en un profundo lago y comenzó a ahogarse. San Benito ordenó a uno de sus discípulos: “Láncese al agua y sálvelo”. Cuando logró sacarlo sano y salvo hasta la orilla, se dio cuenta que había logrado atravesar el lago sin saber nadar. La obediencia al santo le había permitido hacer aquel salvamento milagroso.

*El edificio derrumbado. Cuando se estaba construyendo el monasterio, se cayó una enorme pared y sepultó a uno de sus discípulos. San Benito comenzó a rezar y pidió que se removieran los escombros. Debajo de todo apareció el monje sepultado, sano y sin heridas.

*Panes que se multiplicaron. Hubo una gran escasez en esa región y San Benito mandó repartir entre los pobres todo el pan que había en el convento. Solamente dejó cinco panes, y los monjes eran muchos. Al verlos aterrados ante esa acción de caridad, les dijo: “Ya verán que el Señor nos devolverá con la misma generosidad con la que hemos repartido”. A la mañana siguiente, llegaron a las puertas del monasterio 200 bultos de harina, y nunca se supo quién los había enviado.

En 1941  por pedido de Adolfo Blaquier y su mujer Marta Unzué, miembros de la aristocracia argentina, el templo de Palermo empezó a tomar vida. El deseo del matrimonio lo concretaron los arquitectos Alejandro Bustillo y Martín Noé. Sin embargo, el proyecto definitivo fue del Padre Eleuterio González, uno de los primeros monjes benedectinos llegados a Buenos Aires en 1915.

Luego de la guerra, hubo que esperar hasta 1956 para que abriera sus puertas. En poco tiempo, se convirtió en una de las iglesias más elegidas por los porteños. Según la la secretaria de la parroquia, en temporada alta, inclusive hay lista de espera para casarse. Y una vez al año se ordenan allí los futuros sacerdotes. Además, en este templo se hizo la primera misa en castellano.

Espaciosa y luminosa su interior revestida en Piedra París
Espaciosa y luminosa su interior revestida en Piedra París

Una de las particularidades de esta joya arquitectónica es que se construyó de adentro hacia afuera. Y la “piel” que debería cubrir la fachada aún no está finalizada. “Cuando llueve o hay tormenta, se generan filtraciones de agua, lo que deteriora el interior “, cuenta Eneas Pampliega miembro de la comisión de San Benito Abad que lleva a cabo el proyecto de terminación.

Una vez adentro la mirada encuentra el gran crucifijo negro -original del época- que contrasta con la luminosidad de la Piedra París que reviste toda la iglesia.

Responde al estilo arquitectónico romano
Responde al estilo arquitectónico romano

Palermo -en ese entonces- estaba una zona la alejada, y desde la cima se podía apreciar la inigualable vista al río. Hoy la vista, es otra, se entrecruzan los techos de las embajadas, palacetes y edificios.

Falta la piel que recubre
Falta la piel que recubre
“Reza, Trabaja y Anuncia”, se encargó de promulgar San Benito por el mundo, mensaje tallado en la ábside.
“Reza, Trabaja y Anuncia”, se encargó de promulgar San Benito por el mundo, mensaje tallado en la ábside.

“El estilo de la Abadía responde al romano: con una nave principal en forma de cruz  y las dos torres del costado. Es luminosa, amplia y con apenas algunos ornamentos. Otra de las características son los arcos en punto y los bóvedas”, explicó Fernando Bruzzese, arquitecto y miembro de la comisión.

Pero esto no es todo. Entre los tesoros que alberga, del lado derecho del altar mayor y debajo de la figura de San Benito Abad se hallan depositados parte de sus restos.

Desde 2014 -de la mano del arquitecto Alejandro Polizzi- se retomaron las tareas de finalización para no poner en riesgo el estado de la iglesia. “Ya estamos en la tercera etapa. Falta el ábside y la torre Norte para que quede lista. Dependemos de las donaciones privadas para concluir la cuarta etapa”, refuerza Pampliega.

El frente ya está listo: León Ferrari -padre- fue uno de los responsables de elaborar el diseño final.

Además de la recordada boda de Palito Ortega y Evangelina Salzar, también se casaron distintas celebridades, como Martín Palermo y  Darío Barassi. Con una de las mejores acústicas se organizan Ciclos Clásicos de San Benito y distintos conciertos de música, como fue la reciente presentación de la Camerata Monteverdi, y los maravillosos cantos gregorianos.

¿Cuál es el secreto que encierra su medalla?  Es una de las más antiguas de la cristiandad y se desconoce la fecha exacta en que se hizo la primera. En el frente aparece San Benito con la Cruz en una mano y el libro de las Reglas en la otra, con la oración: “A la hora de nuestra muerte seamos protegidos por su presencia”. En el reverso, tiene, entre otras cosas, las iniciales de la frase “Vade retro satana”, la frase que pone Marcos en los labios de Jesús en el Evangelio.

La medalla jubilar de San Benito es un sacramental reconocido por la Iglesia como poseedor de un gran poder de exorcismo.

“Yo uso un crucifijo que contiene la medalla de San Benito. El crucifijo tiene una función fundamental, porque es Cristo quien derrotó a Satanás y es en nombre de Cristo que derrotamos a Satanás”, dijo hace algunos años el sacerdote italiano Gabriele Amorth, quien ejerció como exorcista en la diócesis de Roma.

Bodas y amor. Cantos y Fe. Historia y misterios. La Iglesia San Benito Abad guarda en su interior todos los secretos. Hoy los vecinos trabajan para terminar las obras, pero buscan que nunca pierda el magnetismo.

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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS

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